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Click para ver más grande Estás leyendo parte de la revista de Julio de 1952
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Noticias de Detroit - Por Siler Freeman - Julio 1952
DURANTE EL PRESENTE AÑO todo parece indicar que no se producirá escasez alguna de nuevos modelos de automóviles. El aumento en las cuotas para el segundo trimestre, unido al alza de precios en los modelos de 1952, elimina casi por completo la posibilidad de que se origine una situación similar a la que ocurrió a la terminación de la Segunda Guerra Mundial.

       En los círculos industriales se predice que dentro de muy pocos meses, siempre y cuando el programa de defensa se mantenga al ritmo actual, las limitaciones gubernamentales serán sólo cuestión de fórmula. Esto, como es natural, estimulará aún más la producción de nuevos modelos y dará motivo a que los concesionarios de coches se vean obligados a salir a la calle en busca de posibles compradores.

       El aligeramiento del programa de defensa ha desechado también la mayoría de los temores de que 1952 habría de ser el último año de los grandes cambios de modelos. Los programas sobre motores, que se hallaban paralizados debido a la congelación que el Gobierno había impuesto sobre las máquinas-herramientas, han adquirido nuevo ímpetu.

       Dodge, cuyo motor V-8 similar al Chrysler Firepower y al Firedome del DeSoto se encuentra casi terminado, tiene la completa seguridad de poder presentar la nueva planta de fuerza en sus modelos de 1953. Buick y Pontiac, del grupo de la General Motors, continúan adelantando los planes para sus motores V-8 que han de salir al mercado el próximo año. Posiblemente, Packard está en la misma situación, aunque no en un plano tan avanzado como las del Buick y Dodge.

       Pero la pregunta que todos se hacen es: ¿Cuáles son los planes de Chevrolet? El coche que más se vende en su categoría ha tenido que confrontar una competencia muy seria este año.

       Los nuevos modelos que Chevrolet había comenzado para 1952, se paralizaron originalmente con la intensificación del programa de defensa. La General Motors pensó que con la reducción de producción no sería necesario fabricar un modelo de diseño completamente nuevo. Más tarde, los altos funcionarios de esa compañía decidieron que se hacía imprescindible superar los planos adoptados en principio, y emprendieron la tarea.

       La competencia por la supremacía de fuerza motriz esta muy lejos de haberse terminado. El aumento paulatino de potencia en los coches de alto precio, dió comienzo con la implantación del V-8, como motor de norma, en este tipo de automóvil. Este año, Cadillac marcha a la cabeza en lo que a esta característica se refiere. ¿Pero por cuánto tiempo?

       Es evidente que Chrysler no se halla satisfecho con los 190 HP que su archi-rival anuncia, mientras su propio motor de tamaño grande tiene "solamente" 180. La conferencia dictada por James C. Zeder, director de ingeniería y de la sección de investigaciones de la Chrysler, en una reciente reunión de la Sociedad de Ingenieros Automovilistas, indica el sentir de esa compañía.

       Zeder dió a conocer los experimentos llevados a cabo con un motor Chrysler V-8 que ha desarrollado hasta 353 HP .La compresión se aumentó a más de 12:1, habiéndose usado gasolina de octanaje muy alto en la prueba.

       Asimismo, Zeder anunció un segundo motor que alcanzó más de 300 HP, a pesar de tener una compresión normal y consumir gasolina ordinaria. Es inconcebible que este tipo de planta de fuerza se instale en ningún modelo nuevo, pero todo esto pone de manifiesto la importancia que las fábricas de autos le dan a la potencia de sus motores.

       Recientemente tuve ocasión de preguntarle a William Graves, ingeniero jefe de la Packard, por qué las fábricas ponen tanto énfasis en el aumento de potencia de sus motores cuando las condiciones de tránsito y las carreteras aun no están listas para permitir velocidades de más de 160 k.p.h. Graves me contestó: "Cierto es que nuestras carreteras no son todavía apropiadas para esas grandes velocidades, pero cuando usted paga alrededor de 5000 dólares por un coche," desea un motor que supere abiertamente al del automovilista que marcha a su lado."

       Por otra parte, este tipo de motor presenta serios problemas de ingeniería. Primero, debemos disponer de frenos que correspondan a las velocidades de .160 k.p.h. También es necesario el chasis para alojar la nueva planta de fuerza y los neumáticos deben resistir con perfecta seguridad tales velocidades. Pero nada de esto nos hará desistir de continuar nuestra lucha por aumentar la potencia."

       Las fábricas de neumáticos están tratando de desarrollar las llantas apropiadas para estas grandes velocidades. El Dr. Arthur Bull, de la U.S. RubberCo., me informó que esta compañía se halla experimentando con neumáticos para velocidades de 160 k.p.h. o más.

       El Dr. Bull mencionó al Cadillac, Chrysler y Nash-Healey como los tres coches que su compañía está utilizando en estas pruebas.

       Packard fué el originador de los frenos motrices para estos superveloces coches. Graves hizo hincapié en que los frenos de este tipo además de ser más efectivos para detener el vehículo, reducen considerablemente el tiempo de reacción que experimenta el conductor al aplicarlos. La altura del pedal del freno queda aproximadamente al mismo nivel que la del pedal del acelerador. Esto permite llevar el pie suavemente, sin levantarlo, del pedal del acelerador al del freno.

Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 11 - Julio 1952 - Número 1


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Idea original de Mi Mecánica Popular por: Ricardo Cabrera Oettinghaus