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El Éxito por Accidente
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| Una noche, allá por el
año 1903, el Dr. Edouard Benedictus, químico
francés se dedicaba a arreglar su laboratorio. Al tratar de
alcanzar algunas botellas que se encontraban en lo alto de un anaquel,
con objeto de ordenarlas, golpeó accidentalmente con el brazo
uno de los frascos, el cual cayó al suelo con gran
estrépito. Al inclinarse a recoger los trozos de la botella, el
sabio se quedó asombrado al observar que, aun cuando el vidrio
mostraba las rajaduras, el frasco se encontraba intacto sin ninguna
astilla separada. Los productos químicos que estaban dentro de
la botella habían formado, al secarse, una película
interna que sostenía los fragmentos de vidrio perfectamente
unidos entre sí.
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| Fuente: Revista Mecánica
Popular - Volumen 6 - Junio 1950 - Número 6
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