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El Taller Rueda Hasta la Escuela -Julio 1948
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Por Joseph S.
Baer |
GRACIAS
a la iniciativa del Dr. John S. Carroll, Superintendente de escuelas
del distrito de San Diego, Calif., se ha iniciado un nuevo movimiento
que colaborará en la ya ardua tarea de instruir a los
niños y niñas que asisten a escuelas donde las
responsabilidades pedagógicas recaen sobre una sola persona.
Se trata del nuevo “taller móvil,” que
brinda la oportunidad de hacer algo más completa la
instrucción de los escolares y, a la vez, provee un medio de
enseñanza recreativa en los períodos de clase.
Esta idea nació con la decisión, tomada por la
Dirección de Material Sobrante de Guerra, de ofrecer en
venta talleres móviles completamente equipados, de la cual
se aprovecharon 18 pequeñas escuelas del distrito de San
Diego.
Desde hace mucho tiempo los educadores saben que la escuela de un solo
maestro no puede ofrecer a los niños todos los elementos
necesarios para una enseñanza adecuada. Los recursos
económicos limitados de los distritos más
pequeños, impiden la compra e instalación de los
equipos y materiales costosos que el escolar metropolitano tiene a su
alcance. Tampoco es dable esperar que el maestro de estas escuelitas
rurales imparta enseñanza primaria y, a la vez, sea un
especialista en artes y oficios.
Estos talleres, montados sobre camiones fueron comprados por dichas
escuelas a un costo promedio de Dls 450 cada uno.Estos camiones son
verdaderamente talleres mecánicos rodantes, pues cuentan con
todas las herramientas esenciales. Su solidez les permite absorber el
trajín semanal de varios centenares de escolares
entusiastas. Son vehículos de 2 y 1/2 toneladas, de 6
ruedas, y el precio a que fueron adquiridos representa menos del 5% de
su costo original.
Grupos de escolares se encargaron de hacer ligeras modificaciones en
estos camiones; los pintaron de aluminio y reemplazaron algunas de las
herramientas pesadas que usaban las fuerzas anfibias del
Ejército, por equipos completos de herramientas manuales.
Entre éstas se encuentras las indicadas para trabajar con
plásticos, madera, en alfarería, cuero, y metal.
Estos talleres móviles, gracias a su instalación
eléctrica, pueden conectarse a cualquier fuente de
energía de este tipo.
Se pusieron en servicio dos de estos camiones. Cada uno de ellos es
conducido por un especialista en enseñanza de las artes
industriales. Los instructores parten de un punto central del distrito
y, durante su gira semanal, invierten generalmente medio día
en cada escuela.
Al llegar el taller rodante a la escuela, el conductor-maestro baja las
cortinas del mismo y pone en actividad el taller. En las escuelas
pequeñas, donde el número de alumnos es reducido,
los escolares abandonan el aula y trabajan directamente en el taller,
pues el clima benigno del Sur de California presenta muy pocos
obstáculos para esto.
En ocasiones, la enseñanza se efectúa en el
interior de la escuela, donde el maestro puede trazar planos sencillos
sobre el pizarrón. Después de un breve
período de instrucción, los alumnos se inician en
la construcción de pajareras, armarios y repisas.
La visita del taller rodante liga enseñanza de labores
manuales con la primaria escolar. Por ejemplo, si la clase se encuentra
estudiando la historia de California, los niños emplean las
herramientas para construir modelos de carretas, casas de adobe, o
carretones del tipo remolcado por bueyes. Los pequeños gozan
con este método de dramatizar sus estudios, pues en esta
forma se traslada a la realidad el texto del libro.
Los conductores-instructores también hacen indicaciones a
los maestros de las escuelas que visitan, sobre la forma en que se
puede proseguir dicho trabajo constructivo durante la ausencia del
taller rodante, hasta la próxima semana. El instructor les
demuestra como construir simples auxiliares para la
enseñanza, que exponen gráficamente, por ejemplo,
como una unidad pude ser dividida en fracciones.
Estos talleres móviles han despertado gran entusiasmo entre
los niños, maestros y administradores de escuelas. Se
preparan planes para utilizar estos mismos camiones para clases de
adultos y boy-scouts interesados en artes y oficios. Y los dos camiones
restantes serán problamentente equipados y puestos en
servicio dentro de poco tiempo.
Actualmente, la operacion de un camión se calcula que cuesta
caso Dls. 5,000 anuales, que incluyen el sueldo del instructor. Cada
escuela, agrupando sus recursos con los de otras, podrá
recibir la visita de este taller por medio día cada semana,
a un costo de sólo Dls 500. |
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Fuente: Revista Mecánica
Popular - Volumen 3 - Julio 1948 - Número 1 |
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