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Hombres de mente creadora actúan en muchos campos del saber. Kettering no se contentó con ser un especialista en registradoras. Al interesarse en los automóviles, ideó el arranque automático
Cómo Crear Ideas Originales
Por Webb Garrison
ALBERT A. MICHELSON es conocido particularmente como ganador del premio Nobel de física; sin embargo, su interés se extendió a muchos otros campos, entre los cuales debe mencionarse el enorme deseo que siempre mostró por descifrar los múltiples enigmas relativos al flujo de las mareas.
En la cúspide de su fama, este sabió alemán tuvo una súbita "visión" que le proporcionó una complicada ecuación de todo un grupo de fenómenos de las mareas. No fué algo descubierto a costa de esfuerzos y tanteos. Cuando un matemático de su laboratorio arribó aun resultado diferente, después de varios días de trabajo intenso, Michelson rehusó que se modificara su fórmula en lo más mínimo. Después de regresar a su mesa, el matemático encontró un error en sus cálculos, el cual se apresuró a corregir, y continuó trabajando por varias horas para obtener la nueva y revolucionaria ecuación que su jefe había recibido como una misteriosa dádiva.
Nadie sabe todos los elementos que participan en la gestación de una idea, por elemental que sea. Aristóteles investigó el tópico sobre la originalidad, en el siglo IV, A.C. El asunto ha fascinado a los científicos de las más variadas ramas del saber, tales como Emmanuel Kant, filósofo; Alfred North Whitehead, matemático; Carl Jung, eminente psicólogo; y muchos más que harían esta lista interminable.
Fué por intuición como Johannes Kepler formuló la primera ley sobre el movimiento planetario, después de lo cual se demoró un mes para comprobarla matemáticamente. Arquímedes no descubrió el principio de la gravedad específica por medio de experimentos, sino que acudió a su mente como una inspiración repentina mientras tomaba un baño. La máquina a vapor de Watt fué el factor decisivo de la revolución industrial; no obstante, la idea nació en su cerebro mientras paseaba un domingo por la tarde, y no mientras trabajaba en un taller. Cuando hace algunos años la Sociedad Química Americana interrogó a muchos de los inventores y científicos de renombre sobre la génesis de sus inventos, el 83 por ciento declaró que había recibido la ayuda gracias a una súbita inspiración.
De acuerdo con análisis efectuados en muchos casos, se ha comprobado que los factores que determinan la creación de nuevas ideas pueden resumirse en cuatro aspectos principales. Primero, debe existir el deseo ferviente de solucionar un problema específico. Segundo, la mente del innovador debe mantenerse alerta a diversos tópicos. Tercero, debe procurarse descanso y cambio, de modo deliberado y sistemático. Finalmente, un inventor prolífico debe trabajar en numerosos proyectos a la vez: debe tener "varios hierros en la fragua."
Westinghouse inventó el freno de aire para F.C., pues siendo muy joven no sabía que era imposibleDeseo vehemente de resolver un problema: Juzgado a simple vista, parece extraño el sugerir que el fervor emocional pueda contribuir a la originalidad, pero la verdad es que muchos de los autores de ideas creadoras y originales, especialmente en el campo
de las matemáticas, han mencionado este factor.
Newton concibió la ley de la gravedad como resultado de un destello de inspiración. Los resultados de las observaciones astronómicas de 1666 aparentemente contradecían su teoría. Por esta razón, él archivó su fórmula por un tiempo, y sólo volvió a considerarla cuando las observaciones posteriores dieron señales de coincidir con su hipótesis. Newton estaba en tal grado de excitación que le fué imposible hacer los cálculos necesarios, por lo que tuvo que requerir la ayuda de un amigo. Después de resolver cualquier problema difícil, el gran científico usualmente se sentía embargado de una emoción tan intensa que tenía que interrumpir su trabajo por cierto período de tiempo.
Jacques Hadamard, famoso matemático de Princeton, declaró enfáticamente que un alto grado de exaltación contribuye ala creación en el campo de las matemáticas. Henri Poincaré, uno de los iniciadores en el estudio de la luz y de la electricidad, corrobora lo dicho. Bertrand Russell, matemático de gran originalidad en los últimos tiempos, describió una vez la intuición como "algo tan emocionante como manejar un carro a toda velocidad." El diario de Kepler incluye numerosas referencias al extraordinario placer que se experimenta al descubrir algo.
Charles Goodyear empleó gran parte de su vida en perfeccionar el tratamiento del caucho. Bell, Morse y Fulton se sentían todo el tiempo tentados a echar a un lado todos sus otros asuntos, a fin de dedicarse íntegramente a los experimentos que absorbían todo su interés. Edison no podía comer ni dormir en los períodos en que se hallaba sumido en las vicisitudes de sus creaciones.
Casi sin excepción, el hombre que produce una nueva idea ha abordado cierto problema en un estado de ardoroso entusiasmo. No sólo desea sumergirse totalmente en el mundo de esa idea, sino que le sería imposible abandonarla o posponerla. Se halla tan absorto en su búsqueda que cualquier otro asunto pierde toda su importancia.
Mente alerta y curiosidad penetrante. Más que un decir, es una verdad absoluta que "no hay nada nuevo en la huerta del Señor ." Todo adelanto o invención se basa en descubrimientos previos. Los dispositivos que se califican de nuevos sólo son combinaciones de dos o más que ya existían. Así, el hacha es una combinación de la palanca y el cuchillo. Unos cuantos principios mecánicos básicos, perfectamente conocidos por muchos siglos, se reunieron para obtener una nueva combinación y perfeccionar el abrelatas giratorio responsable de varias fortunas. No fue de la nada, ni mucho menos, de donde partió Mergenthaler en sus búsquedas para inventar el linotipo; a decir verdad, contaba con numerosos mecanismos que le sirvieron de punto de partida. Su originalidad consistió en ver relaciones que hasta entonces no se le habían ocurrido a nadie más.
Edison no podía comer ni dormir en sus períodos de creación. No fué una casualidad que inventara el fonógrafo en 24 horas

Un enorme interés en diversos tópicos distingue a los inventores. Así sucedió con Morse, padre del telégrafo
Es precisamente esa habilidad el núcleo vital de la invención y de la originalidad.
Nuevas ideas surgen de las viejas como un producto de amalgamación y combinación. A menudo, se reúnen los elementos más diversos. Jack Ritty captó la idea para las registradoras de ventas, al observar un mecanismo que contaba las revoluciones de la hélice de un barco. Eli Whitney correlacionó la idea de extraer las pepitas del algodón con las garras de un gato ladrón de gallinas, y el resultado fué que surgió la desmotadora. Newton arribó a la ley de gravedad comparando la súbita caída de una manzana con el perpetuo descenso de los planetas hacia el sol. Einstein dió un asombroso salto hacia adelante al relacionar materia, espacio y tiempo, lo cual le permitió descubrir la ley de la relatividad. Diesel combinó unas cuantas operaciones corrientes, que nadie hasta ese momento había vinculado, con el resultado de que obtuvo una nueva y revolucionaria fuente de energía.
Estos científicos no limitaron su curiosidad a un campo simple y estrecho, ni aceptaron como definitivas las explicaciones ofrecidas anteriormente.
Muchos esfuerzos creadores mueren al nacer debido a que el investigador descuida su actitud de vigilancia. Es natural que el experto en un campo reducido trate de aprender todo lo concerniente a su especialización. En este caso, hay el peligro que su mente se atiborre de tantos conocimientos viejos y convencionales que materialmente no habrá campo para una nueva idea.
Como antiguo y buen ferroviario que era, Cornelius Vanderbilt sabía que era imposible detener simultáneamente todos los carros de un tren. Debido a que en esa fecha el único método posible era aplicando los frenos de mano, carro por carro, Vanderbilt no se molestó en buscar otro sistema. A los 20, un pasajero del tren, George Westinghouse, era demasiado joven para saber que "no era posible" hacer tal cosa; por lo tanto, inventó un freno de aire capaz de detener simultáneamente todos los carros de un tren.
No es un accidente que muchos famosos inventos se deban a personas que no estaban íntimamente vinculadas con el campo en el cual dieron pruebas de originalidad. Diariamente, se aceptan acciones rutinarias como algo evidente e inalterable. Sólo aquellas personas dotadas de mentes creadoras se detienen a examinar y poner en duda lo que se da por evidente y aceptado.
Newton era muy sensible. Después de resolver un problema difícil por lo general experimentaba una emoción tan intensa que tenía que interrumpir su trabajo cierto tiempo

Goodyear dedicó su vida al tratamiento del cauchoEs precisamente en el campo ferroviario donde gran parte de los cambios y adelantos se deben a personas que no estaban dedicadas a esas actividades en particular. Moses Farmer, el creador de la locomotora eléctrica, era maestro de escuela. Eli Janney, inventor del enganche automático, era dependiente de una tienda de ropa. Thomas Hall, originador del sistema de señales por tramos de vía, era fabricante de tejidos. y el coche dormitorio Pullman salió del cerebro de un ebanista que se había convertido en tendero.
Para concebir nuevas ideas en su propio campo, escoja períodos definitivos en los cuales debe dedicarse a analizar los problemas como si fuera una persona ajena al asunto. Supóngase que no supiera el método de hacer cierto trabajo, ¿qué forma optaría para ejecutarlo? Si tuviera que trabajar sin las herramientas de rigor, ¿qué dispositivos de otros campos se podrían adaptar?
Mientras cultiva su mente a fin de mantenerla siempre alerta a nuevas corrientes, no trate de controlar su curiosidad. Si se interesa en un problema fuera del campo en que está especializado, proceda a investigarlo. Si el caso requiere un período previo de aprendizaje, tanto mejor. Enriquecido con el germen de nuevas ideas, ajenas a su propia esfera, es posible que algún viejo concepto fructifique en algo original.
Es muy significativo que la mayoría de los autores de nuevas ideas hayan extendido sus actividades a muchos campos. Richard Gatlin, inventor de la ametralladora, no era un soldado profesional, sino un tendero rural. Gatlin ideó un arado a vapor, una sembradora de arroz y una hélice de gusano. Hiram Maxim, con mejor sentido de los negocios que Gatling, hizo una fortuna con su rifle de rebufo. Pero eso no fué sino el principio de sus actividades. Maxim se interesó en diversos campos y obtuvo la patente de cientos de inventos que incluían desde mecanismos para juegos y entretenimientos hasta partes de avión. Descubrió, incluso, una nueva forma de cocinar guisantes.
Bell quería desligarse de toda obligación, para entregarse por completo a sus experimentosPor su parte, el precursor de los alimentos frescos congelados ostenta más de 300 patentes en el campo de la mecánica. Clarence Birdseye no estaba satisfecho con el hecho de haber revolucionado la industria alimenticia. El ha inventado una diversidad de cosas, que incluyen desde un arma de disparo rápido para arpón, hasta una lámpara calefactora usada ampliamente.
Charles Kettering pudo haberse satisfecho con su especialización al perfeccionar las máquinas registradoras. Mientras se hallaba empleado como ingeniero en la National Cash Register Company tramitó varias patentes en ese campo. Sin embargo, cuando uno de los vicepresidentes de esa compañía resultó herido al darle vueltas ala manivelá de arranque de su automóvil, Kettering se sintió muy interesado en este tipo de vehículo. Resolvió inmediatamente el problema de un arranque automático, y siguió adelante para descubrir un sistema de encendido y alumbrado.
Impulsado por un interés vehemente en muchas cosas, Roger Bacon suplementó los estudios usuales de un monje de la edad media, con un condimento de alquimia, y el resultado fué la producción de pólvora. Georg Cantor estudió matemáticas como una curiosidad teológica, y se convirtió en el precursor del campo de las matemáticas del infinito. El interés de Ellas Howe abarcaba desde la construcción de relojes hasta la fabricación de telas. Luego, tomando nuevos rumbos, inventó una máquina de coser para
usar en el hogar.

Michelson tuvo una súbita inspiración que le facilitó la compleja ecuación sobre mareasDescanso y cambio de ritmo. Para favorecer la originalidad se requiere abordar las investigaciones con disposición y entusiasmo. Por otra parte, un período de receptividad pasiva y tranquila rinde a menudo valiosos resultados, siempre y cuando esté precedido de una acometida intensa y sostenida de un problema determinado. La mente humana frecuentemente produce ideas originales en un período de descanso que sigue aun esfuerzo intenso.
Muchos de los descubrimientos que hizo Newton en matemáticas surgieron en su mente mientras dormía. Howe resolvió la mayoría de los problemas de la máquina de coser en largos períodos de intenso trabajo, en los cuales aplicó el método de prueba y error; pero fracasó al intentar la solución referente a la aguja. A la postre, la solución acudió en alas de un sueño.
A John Rust, inventor de una cosechadora de algodón, se le ocurrió que la forma más fácil de arrancar los copos de algodón era con un huso dentado; pero se dió cuenta también que de esa manera era imposible soltarlos. Se hallaba echado en la cama cierta vez, en ese estado intermedio entre el sueño y la vigilia, cuando de pronto acudió a su mente la idea de usar un huso húmedo y sin dientes.
Frederick G. Banting despertó con una idea que lo llevó al descubrimiento de la insulina. August Kekule, en su brega con un problema de química orgánica, se sintió desilusionado y se sentó para dormitar. Amodorrado ante el fuego de su hogar, comenzó a soñar con atómos en forma de serpientes. Al principio se movían en hileras ondulantes; luego, comenzaron a unirse, mordiéndose unas a otras por las colas, hasta formar una rueda. Al despertar, estimulado por el sueño que había tenido, Kekule anotó en un papel su revolucionaria teoría de la estructura de la molécula del benceno. Su teoría sobre la estructura atómica acudió a su mente mientras se hallaba semidormido en un ómnibus repleto.
Se han observado abundantes pruebas de que la mente transforma y modifica, inconscientemente, gran parte del material que recibe.
Observe el dibujo en la parte inferior de esta página. Al principio con lentitud, y luego con rapidez, la figura aparece alternativamente como de dos y tres dimensiones. Es imposible evitar, por medio de la voluntad, la realización de este fenómeno. Parece que le que la mente del ser humano trabaja sin cesar modificando y transformando la información que recibe de los órganos de los sentidos.
Se supone que este proceso mental continúa, por lo menos en parte, cuando uno se halla descansando, y aun durante el sueño. Frente aun determinado problema, y no existiendo causas de distracción, la mente tiende a encontrar la solución aun nivel por debajo de la conciencia.
Muchos psicólogos atribuyen las inspiraciones súbitas al resultado de esa función conducente a solucionar problemas. Hay muchas indicaciones que la mente tiende, naturalmente, hacia la unidad y el orden. Frente a una figura geométrica que esté incompleta o que sea irregular, la mente pugna por alterarla, tratando de completarla y conferirle simetría. Enemiga de tener anaqueles desordenados y revueltos, la mente se esfuerza por disponer sus existencias en compartimientos clasificados.
En lo que se refiere a la psicología de la invención, esto significa que definitivamente existe una tendencia para obtener orden y forma de cualquier cantidad de información relativa aun problema determinado. En las horas de trabajo intenso y concienzudo se paraliza esa función mental. El descanso le confiere a la mente libertad de acción, dando como resultado que pueda producirse un "destello de intuición" tan repentino y diáfano que sería motivo de asombro.
Después llegar al final de un problema sin encontrar su solución, un cambio deliberado de ritmo o actitud puede facilitar la inspiración. Puede que un paseo o una siesta den el resultado apetecido. Queda por descontado que, en ningún caso, el descanso por sí solo produce ideas; su virtud se manifiesta Únicamente como un compás de espera, después de una dura labor e intensa concentración en un problema.
Muchos hierros en la fragua. Algunos problemas se resuelven rápidamente. Por ejemplo, Edison inventó el fonógrafo en un día. Otros enigmas se mantienen invulnerables por largos períodos. Ya sea que las ideas originales nazcan con rapidez o lentitud, aparentemente acuden en proporción directa al número de problemas en que se trabaja.
Los creadores prolíficos no límitan su interés a un solo problema. todo lo contrario, están dedicados a varias empresas a la vez. Uno es un problema que está casi por resolverse; hay otro que no ha pasado todavía del estado de gestación y apenas si se ha esbozado una interrogante. Trabajando con varias ideas a la vez, los hallazgos de valor que se hagan en una línea determinada pueden ayudar al desenvolvimiento de otra.
No fue un mero accidente que Edison creara el fonógrafo a las 24 horas de haber empezado
a construirlo. Algunos meses antes, habla fracasado en su intento de enviar señales telegráficas de un disco giratorio, el cual, según había notado, emitía un sonoro zumbido a altas velocidades. En 1877, este sabio creó un embudo perfeccionado, por medio del cual las vibraciones de la voz hacían funcionar una rueda de trinquete y retén. Ocupado con lo que parecía ser un juguete inútil, el inventor de pronto, procedió a relacionarlo con los experimentos de su disco. Combinando elementos. de ambos artefactos creó el fonógrafo. Si Edison no hubiera tenido un problema pendiente, debe suponerse que sus experimentos con la bocina no habrían determinado, por sí solos, la invención del fonógrafo.
Parece que el fenómeno creativo es el resultado de una súbita fusión de elementos qué son familiares en la experiencia. El siguiente experimento en química constituye una buena analogía. Si se examina una solución supersaturada de sulfato de sodio, se verá que tiene todas las propiedades de un líquido y ninguna de las características de un cuerpo sólido. Pero si deja caer tan sólo un cristal en la solución, las moléculas reaccionarán instantáneamente y toda la solución se solidificará en forma de cristales.
Los problemas sin solución, hurgados por un tiempo suficiente en el receptáculo de la mente, tienden a adaptar un grado de supersaturación. Cuando se alcanza ese estado, la adición de Un solo factor nuevo, que sea pertinente a cierto problema, puede provocar la cristalización o "inspiración;"
Particularmente en el caso de los más grandes creadores, el número de. sus inventos o concepciones es tan sorprendente como la enorme amplitud de su campo de actividades; Leonardo fué casi igualmente. grande como pintor, matemático, arquitecto, ingeniero, escritor, psicólogo y físico. El mismo consideraba su trabajo militar tan importante como su labor artística. Leonardo estudió óptica y formuló una teoría acerca de la visión en tres dimensiones. Fué uno de los iniciadores de la hidráulica. La botánica, anatomía, geometría e historia natural merecieron su tiempo y atención. A pesar de esto, su primer trabajo de importancia fue como músico profesional. Inventó también un cañón de fuego rápido, una espoleta de tiempo, una draga para puertos, una máquina fileteadora, una campana para buzos y una laminadora.
Es claro que Ud. no va a convertirse en un Edison o un Newton con el solo hecho de poner en ejecución los cuatro principios que se han tratado aquí. No obstante, podemos asegurar que Ud. puede producir ideas nuevas, cuya importancia indudablemente estará en relación con su habilidad natural, preparación y medio ambiente. A fin de lograrlo, cultive un interés apasionado en varios problemas, enfóquelos con mente abierta, y obtenga información de diversas fuentes. Luego, déle una oportunidad al tan poco conocido mecanismo de la "inspiración," mediante, un cambio deliberado de actividad, sin dejar de trabajar mientras tanto en numerosos y diversos proyectos.

Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 14 - Mayo 1954 - Número 5



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Idea original de Mi Mecánica Popular por: Ricardo Cabrera Oettinghaus