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La Prueba del Plymouth V8 1957 |
Por Floyd Clymer |
LA PRUEBA consistió en un recorrido de 4440 kilómetros,
que se extendió desde Detroit hasta Los Angeles, incluyendo las marchas
que se hicieron fuera de la carretera. El automóvil fué un
sedán Belvedere de cuatro puertas, provisto de reforzador de potencia.
El motor Fury de 4.93 litros es veloz y potente. Además, es silencioso
y no produce vibraciones. Mientras más lo manejaba más me
convencía que era uno de los mejores autos que he conducido.
El auto que probé pesaba 1770
kilogramos, su distancia entre ejes era de 3 metros, o sea 7.6 centímetros
más que el del 1956. En su categoría de auto grande y pesado,
reúne las consiguientes cualidades de seguridad y fácil manejo.
Sin embargo, su longitud total, comparada con la del año pasado,
es como un centímetro menos; y en cambio, tiene 9.1 centímetros
más de ancho.
Juzgo que las cualidades más
sobresalientes del Plymouth son su seguridad y facilidad de manejo. El chasis
y la suspensión son nuevos. Los muelles de espiral corrientes de
adelante se han reemplazado con barras de torsión de 113 centímetros.
El muellaje se obtiene por el retorcimiento de varillas de una pulgada.
Este sistema no es nuevo, pues algunos autos europeos lo vienen empleando
por varios años.
El Plymouth sólo tiene 1.44
metros de alto, o sea una reducción de varias pulgadas con respecto
a modelos anteriores. El piso tiene un diseño ligeramente descendente,
lo que contribuye a que el centro de gravedad sea aún más
bajo. Se emplea una suspensión de articulación esférica.
El nuevo extremo frontal reduce de modo considerable el bamboleo en los
virajes, que en los Plymouth de otros años era mayor que en la mayoría
de los automóviles. Asimismo, se ha reducido al mínimo la
inclinación del extremo frontal que se producía al aplicar
los frenos. El capó es relativamente plano y ancho, al igual que
los guardafangos. Cuando se marcha por un camino desigual, los extremos
de los guardafangos delanteros vibran un poco, si bien menos que en modelos
anteriores.
Se ha rediseñado la suspensión
trasera por exigirlo así la menor altura del bastidor. A causa de
la excentricidad del montaje del eje trasero sobre los muelles, se advierte
menos oscilación cuando se frena. El eje va unido al muelle en un
punto situado a un tercio de la distancia desde el extremo trasero hasta
el grillete frontal, y de esa manera se consigue mayor rigidez de acción
entre el eje y los soportes colgantes de los muelles.
Debido a la circunstancia de que el
centro de gravedad sea más bajo, la estabilidad es mayor a cualquier
velocidad y en cualquier terreno. Las ruedas de 14 pulgadas también
contribuyen a dicha reducción, si bien el franqueo vertical ha disminuido
en 1.8 centímetros. En el modelo de este año, los neumáticos
rechinan menos en los virajes.
La transmisión TorqueFlite,
que es nueva en el Belvedere, tiene cinco botones de presión y cuenta
con tres velocidades. Mejora la aceleración, se consigue mayor economía,
y el frenamiento al bajar pendientes es más efectivo. En otros modelos
se utiliza la transmisión PowerFlite de dos velocidades (con cuatro
botones).
Se puede cambiar a baja cuando se marcha
amenos de 100 kilómetros por hora si se oprime hasta el suelo el
acelerador.
Este auto tiene una gran velocidad.
El velocímetro llega a marcar 185 en rectas prolongadas (el velocímetro
del coche que probé marca con un error de un seis por ciento de exceso).
Alcanza 160 kilómetros, aparentemente sin esfuerzo. Es excelente
el manejo a esta velocidad. Recorrí 1615 kilómetros en un
día (de la ciudad de Kansas hasta Alburquerque, en Nuevo México)
y, al día siguiente, 1353 kilómetros, desde Albuquerque hasta
Los Angeles. Debo declarar que durante estas largas marchas me fatigué
menos que al efectuar pruebas similares con cualquier otro automóvil.
Los instrumentos están bien
distribuidos, y no existe el aro superior de la bocina que obstruya la vista.
Se emplean indicadores de aguja para el combustible y la temperatura, y
señales de aviso para el aceite y el generador (una disposición
de uso general en la industria, según parece). Se produce algo de
reflejo durante la noche en la parte superior del parabrisas, el cual se
origina en el panel y, sobre todo, en la columna de la dirección.
El cubretablero del carro probado estaba acolchado, como también
las viseras contra el sol.
Lo nuevo este año son las boquillas
de pivote circulares del descongelador, las cuales se hallan encima del
panel y permiten que el conductor dirija el aire caliente a cualquier punto
del parabrisas. Al fin se ha eliminado la toma de aire del Plymouth, habiéndose
substituido por una abertura sin bordes, a través del cubretablero.
El compartimiento para los guantes
es de tamaño medio; Su defecto es que, al abrirlo, la puerta desciende
y puede chocar contra las rodillas del pasajero, si no se tiene cuidado.
La amplitud vertical se ha reducido este año, sobre todo en la parte
de atrás.
El auto que probé tenía
frenos motrices y el ancho pedal está bien situado en relación
con el acelerador. El Plymouth siempre se ha caracterizado por sus frenos
excelentes; pero me parece que los de este año son todavía
mejores. Mostraron muy poca tendencia a debilitarse, a pesar de haberlos
usado en lugares con muchas subidas y bajadas.
La posición al manejar es cómoda
y la colocación del manubrio es similar a la de los automóviles
deportivos. El interior es mejor que antes, y los asientos están
bien acolchados, si bien el que hay atrás no es muy mullido.
Las ventilas de las ventanas delanteras
son más pequeñas que antes, lo cual no constituye desventaja
alguna. Las puertas están firmemente instaladas. Las manijas, de
tipo tirador, son fuertes y pesadas; pero serían más apropiadas
para un camión que para un automóvil. Convendría mejorarlas.
No me agrada el hecho de que el baúl (grande y espacioso) requiera
de llave para cerrarse.
Las aletas de atrás son altas.
Los fabricantes dicen que esto le proporciona mayor estabilidad. En resumen,
debo declarar que es un automóvil que place manejar, pues se experimenta
absoluta seguridad, y se conduce perfectamente a cualquier velocidad.
El consumo de gasolina es satisfactorio
a velocidades normales, pero es muy alto a grandes velocidades. |
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Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 20 - Marzo
1957 - Número 3 |
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