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Estás leyendo parte de la revista de Mayo de 1967
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Jackie Stewart
Prueba
EL FIREBIRD |
Jackie Stewart, escocés de 27 años
de edad, se ha convertido en uno de los más cotizados corredores
profesionales en apenas tres años. En 1966 ganó el campeonato
de Nueva Zelanda y Australia, el Grand Prix de Mónaco, la carrera
internacional de Monte Fiji en Japón, y estaba a la cabeza en Indianápolis
cuando se vio obligado a retirarse de la carrera, faltándole apenas
diez vueltas para terminar |
. . . Y LO PRUEBA AL
MÁXIMO. Dice que en uno de los recorridos a alta velocidad "un
pasajero me rogó que lo dejara bajarse" |
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EL NUEVO FIREBIRD de la Pontiac no es meramente
otro nuevo auto de tipo personal con un capó largo y una cubierta
corta que parece haber despertado el entusiasmo del público automovilista
norteamericano. Todo lo contrario; es un auto interesante de verdad, posiblemente
debido a sus singulares características de diseño. Pero hablaremos
de esto más adelante. Ahora mismo hablemos de las pruebas a que lo
sometí.
Conduje dos modelos Firebird, ambos convertibles, uno impulsado por una
versión de alto rendimiento del Pontiac Seis con leva en lo alto
y de 3,769 l de desplazamiento, y el otro con un V8 de 6,555 l. El motor
con leva en lo alto desarrolla una potencia de 215 caballos a 5200 rpm,
mientras que la potencia nominal del V8 a una velocidad igual es de 318
caballos. Los dos motores tenían un solo carburador de cuatro cañones.
El Seis tenía una transmisión manual de cuatro velocidades
totalmente sincronizadas, dirección manual y frenos manuales de discos
en las ruedas delanteras. El V8 tenía una transmisión automática,
dirección motriz y frenos motrices (también de discos en las
ruedas delanteras). |
Al efectuar virajes de 90 grados a alta velocidad, dice Stewart
quie "el coche se bambolea mucho", pero esto es algo que rara
vez experimentan los conductores que efectúan virajes a velocidad
alrededor de 25 kilómetros por hora |
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El tacómetro montado en el capó agradó
mucho a Jackie Stewart. Dice él que es aquí donde debe instalarse
el velocímetro. De esta manera el conductor no tiene por qué
apartar los ojos del camino para echarle un vistazo al cuadrante |
Sometí los coches aprueba un cálido
día de noviembre en los Campos de Prueba del Desierto de Mojave que
tiene la General Motors cerca de Mesa, Arizona. La pista escogida para MP
incluía una vía circular e inclinada de 8 kilómetros
de extensión (ideal para desarrollar altas velocidades) , un tramo
recto que resultó excelente para las pruebas de aceleración
y enfrenamiento y otro tramo de "tránsito" con curvas hacia
la izquierda y la derecha como existen en los cruces de las calles y carreteras.
Por lo tanto, tuve una amplia oportunidad de someter el auto a casi todas
las pruebas de manejo que pueda haber.
En las pruebas de aceleración el V8 resultó ser un coche con
un excelente rendimiento. No obstante llevar el tanque lleno de combustible
y un pasajero, pude acelerar de 0 a 48,2 kph en 17,1 segundos.
El Seis de tamaño menor no resultó tan rápido, pero
corrió con ciertas desventajas que casi no permiten una comparación
justa-llevaba a bordo dos pasajeros y el carburador estaba muy desajustado,
haciendo que el motor funcionara de manera abrupta a todas las velocidades.
De hecho, durante las pruebas de viraje que realicé después,
verifiqué que no estaba fluyendo nada de combustible al motor. Pero,
para no dejar de mencionarlos, he aquí los resultados que obtuve
durante las pruebas de aceleración del Seis: de 0 a 48,2 kph en cuatro
segundos, de 0 a 96,5 kph en 11,8 segundos, y de 0 a 160,9 kph en 35 segundos.
Los dos modelos dieron buenos resultados al someterlos a una serie de paradas
súbitas mientras desarrollaban una velocidad de 112,6 kph. Durante
la primera parada súbita con los frenos manuales del Seis, éstos
parecieron trabarse. Pero luego desapareció este problema característico
de los frenos de discos, los cuales adquieren mayor eficacia al calentarse.
Además, los frenos de discos vuelven a adquirir su capacidad con
rapidez después de debilitarse. No hubo que oprimir el pedal demasiado
para que los frenos agarraran.
Los frenos en el V8 me dieron la impresión de no proporcionar la
sensación del camino que esperaba. Realicé mis pruebas sobre
un pavimento seco; sin embargo, creo que sería difícil aplicar
los frenos motrices en una parada súbita sobre un camino mojado sin
que se trabaran las ruedas. Esto no sucede con este auto solamente, sino
con casi todos los coches norteamericanos provistos de sistemas de frenos
motrices. Creo que éstos necesitan algún dispositivo que impida
la traba de las ruedas.
En el Seis encontré que la dirección manual era poco pesada,
cosa que podría cansar mucho al manejar el vehículo en medio
del tránsito de una ciudad. Es posible que esta condición
se deba en parte al uso de neumáticos con huellas grandes. Por otra
parte, el sistema de dirección motriz en el V8 resultó demasiado
activo y, en mi opinión, demasiado insensible a las condiciones del
camino.
De nuevo, sin embargo, creo que esto sucede con todos los automóviles
norteamericanos provistos de dirección motriz. Creo que la mayoría
de los conductores preferirían un sistema de dirección con
un auxiliar motriz, en vez de un sistema totalmente motriz. Los sistemas
con auxiliar motriz permiten maniobrar el vehículo con mayor facilidad
a velocidades bajas o de estacionamiento, proporcionando una mejor sensación
del camino. Se utiliza este sistema en camiones grandes y pesados y, en
mi opinión, debiera emplearse también en autos de pasajeros. |
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Ambos autos tienen un excelente manejo, no mostrando
el manubrio una sensibilidad excesiva ni insuficiente. Creo que una sensibilidad
un poco insuficiente resulta mejor para un automovilista común y
corriente, ya que lo ayuda a decelerar y hasta a aplicar los frenos al tomar
curvas. Verifiqué que los dos autos se bambolean ligeramente al efectuar
virajes a alta velocidad. No hay que olvidar, sin embargo, que estaba tratando
de que los coches viraran a la velocidad más alta posible; a una
velocidad tan alta, en verdad, que en cierta ocasión uno de mis pasajeros
me rogó que lo dejara bajarse del vehículo.
Algo que no me gustó del Firebird es el cambio manual de engranajes.
Tiende a dificultar algo que debería ser fácil y suave en
un auto de este tipo. Pero me quejo de lo mismo en el Camaro y el Mustang,
por lo que es posible que todo se deba a mí.
Además, el pedal de los frenos convencionales me parece estar demasiado
apartado del acelerador y en una posición demasiado alta para alcanzarlo
rápidamente con el pie. Los ingenieros de la Pontiac me han dicho
que el nuevo sistema de dos frenos exige esto, debido a que, si un par de
frenos falla, se requiere un recorrido mucho mayor del pedal para activar
el otro par de frenos. No obstante esto, creo que se podría remediar
la situación colocando el acelerador a una altura más aproximada
a la del pedal de los frenos. No sucede lo mismo con los frenos motrices
dobles.
El Firebird se halla basado en la carrocería del Camaro de la Chevrolet,
pero ofrece características de estilo, principalmente en la parte
delantera, que lo identifican por completo como un Pontiac. También
ofrece ciertos toques especiales que se traducen en una mayor comodidad,
seguridad y conveniencia.
Los dos coches que manejé tenían manubrios cuya inclinación
puede ajustarse en cualquiera de siete diferentes posiciones, característica
ésta que ofrece gran comodidad al conductor. |
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Muchas características de seguridad
Hay una abundancia de características de seguridad. Además
de cinturones de seguridad en todos los asientos, hay una columna de dirección
de tipo de amortiguación de impactos y un sistema de frenos dobles,
conjuntamente con muchos otros artículos para eliminar peligros.
El interior de los Firebird se destaca por las manijas de las puertas; se
hallan empotradas en los brazos de los asientos.
En esta posición no estorban en lo absoluto y son fáciles
de alcanzar si desea uno abrir las puertas. Otra característica es
que los asientos delanteros se pueden inmovilizar totalmente, evitando que
una persona sea lanzada hacia adelante en caso de que se decelere el vehículo
de manera abrupta.
Y hablando de los asientos, no parecen dar muy buena cabida ni al conductor
ni a los pasajeros, problema éste que existe en casi todos los automóviles,
creo yo. |
Con este neumático plegable que se infla cuando se
necesita, soluciona la Pontiac de manera singular la escasez de espacio
en el baúl |
Personalmente, preferiría más
soporte lateral del que ofrecen los automóviles norteamericanos.
Sin embargo, es posible que sólo se trate de una excentricidad mía.
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Una característica optativa que me complació
mucho desde el momento en que me coloqué detrás del manubrio
fue la posición del tacómetro. Se halla directamente en la
línea de visión del conductor. Evidentemente, si se ha de
usar al máximo, no podría haberse encontrado una mejor ubicación.
Otra innovación que me gustó es el neumático de repuesto
de tipo "plegable". El neumático se dobla literalmente
alrededor de la llanta de la rueda de repuesto, reduciéndose su tamaño
a la mitad. Esto resulta importante, debido a que el espacio para el equipaje
en la mayoría de los autos de este tipo es casi siempre reducido.
Con el auto se suministra una lata de gas comprimido para inflamar el neumático
de repuesto en casos de emergencia. Se dice que este neumático puede
resistir un recorrido de 1600 kilómetros.
Si se necesita más espacio todavía para el equipaje, el respaldo
del asiento trasero se puede plegar hacia adelante, proporcionando una cubierta
plana y alfombrada donde colocar varias maletas pequeñas.
Pero, no obstante sus innovaciones de diseño, el Firebird resalta
por el hecho de que es un medio de transporte rápido y deportivo,
que carece de las incomodidades de un coche deportivo genuino. Encontré
que el coche es espacioso y cómodo, que ofrece una excelente visibilidad
al conductor y que da la sensación de ser un auto de gran tamaño,
no obstante su distancia entre ejes de 274,32 cm. En resumidas cuentas,
el Firebird cumple con uno de los requisitos personales que exijo de cualquier
automóvil-es muy cómodo de manejar.
La Pontiac clasifica al Firebird como coche deportivo. Pero, afortunadamente,
no lo es. Un coche deportivo genuino es casi una máquina para carreras,
con una dirección ultra-rápida y una suspensión muy
firme. Pero el Firebird, al igual que los coches personales de otras marcas,
es en realidad un vehículo de tipo Gran Turismo concebido para avanzar
a velocidades relativamente altas cuando se viaja por largas distancias
sobre carreteras. Y cumple este cometido a la perfección. |
Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 40 - Mayo
1967 - Número 5 |
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