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EL NASH RAMBLER
Visto por sus Dueños |
Por Floyd Clymer |
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La
prueba verdadera de la bondad de un automóvil comienza cuando su
dueño empuña el manubrio. Por eso, Mecánica Popular
comisionó a Floyd Clymer para que se pusiera en contacto con un millar
de dueños de autos Nash Rambler y averiguara su opinión en
relación con ese coche.
Floyd Clymer es uno de loS más destacados expertos norteamericanos
en materia automovilística. Desde la edad de 11 años ha estado
relacionado con el automovilismo; ha llevado a cabo centenares de pruebas
en coches de todas las marcas y hasta el momento lleva escritos unos 60
libros sobre automóviles.
Publicamos aquí un reporte de Clymer sobre la primera Encuesta Automovilística
de "Mecánica Popular." |
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¿QUIENES son los más capacitados para juzgar la bondad de
un modelo de automóvil? ¿Los ingenieros que lo diseñaron
y ayudaron a construir? ¿Los choferes de prueba que lo han sometido
a duros ensayos en las pistas de la fábrica? ¿O el experto
que lo maneja en un corto recorrido por la carretera?
Estas fueron las interrogaciones planteadas en una conferencia editorial
celebrada recientemente en las oficinas de "Mecánica Popular
." y o tuve el gusto de asistir a esa conferencia en calidad de experto
en materia automovilística.
Se llegó allí a la conclusión de que la opinión
de los ingenieros diseñadores y los choferes de prueba era inevitablemente
parcial. En cuanto al experto ...bueno, tampoco salí muy bien parado.
Se me ocurrió mencionar que yo había recibido un Nash Rambler
nuevo en Kenosha, Wisconsin, y me encontraba en viaje hacia mi hogar en
Los Angeles. A través de los años, he ensayado multitud de
automóviles diferentes y he escrito muchos libros sobre la materia.
"Este pequeño Nash es un coche que realmente vale la pena -les
dije- y yo no tendría inconveniente en escribirles un artículo
sobre la prueba a que lo estoy sometiendo."
Ante esta proposición mía, los redactores de la revista me
miraron con gesto nada aprobador; uno de ellos habló en nombre del
grupo: "Eso constituiría la opinión de una sola persona
y no es eso lo que estamos buscando. Hay multitud de expertos que están
ansiosos de dar su opinión sobre un auto después de manejarlo
unos cuantos centenares de millas. Lo que realmente nos interesa es conocer
la opinión de aquellas personas que en verdad están capacitadas
para juzgar los automóviles: sus propietarios, los hombres y mujeres
que los conducen día tras día, bajo toda clase de circunstancias."
-De acuerdo, -contesté yo-, pero eso costaría un trabajo enorme:
sería necesario obtener la opinión de centenares de propietarios
. . .
Y no me equivoqué: resultó una labor "enorme"; pero
los resultados alcanzados justificaron lo intenso del trabajo llevado a
cabo. La información obtenida de los propietarios de autos Nash Rambler
arrojó mayor cantidad de datos que los que yo obtuve en mi viaje
de ensayo por la vía del Pikes Peak. Podría decirse que aprendimos
más sobre el Nash que lo que nos hubieran enseñado los propios
ingenieros de la fábrica. Tomaron parte en la encuesta 1000 propietarios
de autos Rambler en 20 estados. Entre otros datos interesantes para el público
en general, averiguamos que al 93% de ellos les gusta la distancia de 2.54
M entre ejes. A propósito, parece que los autos de tamaño
pequeño tienen un magnífico futuro. |
Ensayando el Rambler, Clymer toma una curva en la cuesta
del Pikes, a más de 3600 metros de altura |
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Gran
parte de las respuestas al cuestionario son encomiásticas, como por
ejemplo: "Admirable coche." "Todo en él es perfecto,"
"Desde hoy en adelante, mi auto será siempre un Rambler ."
"Ausencia de ruidos, buen motor, todas sus características son
satisfactorias." "Funcionamiento suave; fácil de manejar."
"Parece tener mucha potencia; también me gustan sus accesorios
integrantes." "La construcción Airflyte del Nash es excelente.
Yo sufrí un accidente no hace mucho; el otro auto, que era un coche
grande, quedó destrozado; mi Nash no sufrió grandes averías."
Desde Raleigh, Carolina del Norte, escribe el dueño de un Rambler:
"Este automóvil ha sido para mí una agradable sorpresa.
Pueden ustedes decir que yo lo recomiendo sin reservas." (Su coche
había recorrido ya 14,475 kilómetros cuando contestó
nuestro cuestionario.)
Pero no vayamos a creer que todas las repuestas que recibimos fueron flores;
hubo también críticas muy desfavorables. No faltaron comentarios
de esos que no sabe uno si son elogios o censuras, como el del individuo
que nos escribió una carta en la que, después de quejarse
largamente de un ruido en la parte de atrás de su auto, termina diciendo:
"A pesar de todo, creo que es un magnífico automóvil
(Su velocímetro ya marcaba más de 9300 kilómetros)
hay que felicitar a los ingenieros de la Nash por haber dotado a este corto
y ligero coche de tan buenas cualidades de manejo y rodaje."
Hay una cosa en que parecen estar de acuerdo todos los dueños de
autos Rambler: es un coche verdaderamente económico. Según
las investigaciones realizadas, el consumo de gasolina es de 10.01 kilómetros
por litro en la ciudad y de 11.67 en las carreteras. Vale la pena mencionar
el hecho de que el 85% de los dueños usan gasolina corriente y sólo
el 15% emplea gasolina de alta calidad; el 79% de ellos cambian aceite cada
2672 kilómetros, como promedio; el otro 21% de propietarios añaden
aceite cada 1593 kilómetros aproximadamente, pero rara vez hacen
el cambio completo.
El baúl y el radio de este coche son dos cosas de las cuáles
se quejan amargamente sus propietarios. Uno de éstos contestó
encomiásticamente todas las preguntas hasta que llegó a la
que dice: ¿Qué es lo que le disgusta en este auto? La contestó
así: "El baúl, por ser demasiado pequeño; .en
realidad no se le puede llamar ni baúl." |
En respuesta a la pregunta ¿ Qué
características de este auto le gustan más? , exactamente
el 92% de las personas que respondieron mencionaron la facilidad de manejo;
el 61 %, la economía; el 58%, la aceleración; el 46%, el estilo
de la carrocería; el 36%, la comodidad de los asientos; el 28%, el
sistema de convertible. El 60% considera al Rambler en términos generales
como excelente; el 29% lo califica de bueno; e110% lo encuentra regular,
y el 1% lo considera que es de calidad inferior .
La construcción Airflyte del Nash (la carrocería y el chasís
están soldados formando una sola pieza) obtuvo una aprobación
casi unánime: 97%. El porcentaje de dueños satisfechos es
altísimo; el 85% de ellos manifestó su deseo de seguir comprando
auto Nash. El 15% de los propietarios declaró que posiblemente volverían
a comprarlos. Sólo el 2% manifestó que no comprarían
más automóviles de esa marca. Un 28% de los participantes
de la encuesta habían tenido coches Nash anteriormente.
Un señor de Indianapolis, Indiana, que tiene un automóvil
grande, compró también un Rambler y dice lo siguiente sobre
las cualidades de rodamiento del pequeño auto: "Estoy encantado
con mi Rambler; desde que lo compré he viajado en él 3220
kilómetros, mientras que en mi coche grande he recorrido solamente
483 kilómetros. En algunos fines de semana hemos hecho recorridos
de 300 y 500 kilómetros y he notado que, a pesar de la corta distancia
entre ejes, su manejo no me cansa; es más, estoy inclinado a creer
que el esfuerzo de conducir el Nash es menor que el de conducir el coche
grande. Yo creía que era imposible fabricar un auto de sólo
2.54 M entre ejes que tuviera tan buenas cualidades de rodamiento."
Algunos se quejaron del mecanismo de la capota convertible y, para sorpresa
nuestra, muchos de ellos se mostraron muy tolerantes, añadiendo que
estaban seguros de que la fábrica trataría indudablemente
de mejorarlo. |
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La velocidad y conomia del Rambler se deben en su gran parte
a la gran potencia y poco peso del motor |
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Lo que más censuraron los dueños de Rambler
fué el reducido espacio del baúl. Ab: Clymer, que mide 1.79
M de altura, demuestra el gran espacio para las piernas en el Nash y la
cómoda posición del chofer |
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La capota se desliza en unas correderas situadas en la parte
superior de los fuertes costados del auto |
Desde East Hartford, Connecticut, escribe el dueño de un Nash:
"Nuestro Rambler es de los primeros que se pusieron a la venta. En
su parte delantera se producía un ruido desagradable y el mecanismo
del convertible no funcionaba bien, pero el coche fué reparado por
la fábrica a satisfacción nuestra. Su radio es muy deficiente.
Nos hemos dado cuenta de que el mejor kilometraje se obtiene a velocidades
de 72 a 89 kilómetros por hora (No estoy de acuerdo con este dato;
el mejor kilometraje que yo pude obtener con sobremarcha fué de 13.5
k.p.l. a velocidad constante de 48 k.p.h.) El baúl es tan pequeño
que de poco sirve. La pintura es muy buena. En la arrancada le gana a cualquier
coche norteamericano durante la primera cuadra. Para el manejo en la ciudad
es superior a cualquier otro auto, excepto en lo que se refiere al estacionamiento,
pues su radio de viraje es muy largo. (En esto ose equivoca; el Rambler
es muy fácil de estacionar y su radio de viraje es más corto
que el de cualquier otro auto norteamericano, con excepción del Henry
J y el Crosley.)
Hay algunas diferencias de opinión con respecto a la velocidad de
carretera. Unos dicen que es "regular"; otros, que "no es
nada notable." Pero algunos, en cambio, la califican con verdadera
admiración. (Yo estoy de acuerdo con estos últimos). Un señor
de Fort Riley, Kansas, dice: "El Rambler es bastante rápido
y fácil de manejar. Yo lo he corrido a 160 kilómetros por
hora varias veces. Se impulsa con rapidez, se estaciona con facilidad y
es cómodo de manejar en cualquier clase de caminos." Algunos
consideran que resulta incómodo subir al coche o bajar de él.
Muchos se quejan de que las puertas son muy pesadas (estoy de acuerdo),
y que resultan un peligro para los niños. Dos de las personas que
contestaron el cuestionario se quejaron de que el Rambler vibraba en las
velocidades altas. De cada mil propietarios sólo uno se queja de
que el acumulador está mal colocado. |
El kilometraje se prueba con el indicador que se ve aquí.
Clymer registra los datos en este dictáfono |
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En la cima del Pikes Peak, un grupo de curiosos interroga
a Clymer sobre el funcionamiento del Rambler |
En las respuestas hubo también su aspecto humorístico. Un
señor dice muy entusiasmado que no ha encontrado defectos en su Rambler
...pero sólo ha recorrido en él 37 kilómetros en 3
meses. Otro dice que le molesta mucho la palanca del freno de emergencia,
pues se le introduce por debajo del pantalón cada vez que sube a
su auto. Desde California nos dice un individuo bromista: "Lo que más
me agrada de mi Rambler es que si se me acaba el combustible en la carretera
puedo empujarlo fácilmente 3 ó 4 kilómetros hasta la
próxima estación de gasolina." El auto pesa 1125 kilos.
Otro nos dice que le gusta la amplitud del espacio para las piernas, y cree
que el conductor de un Rambler puede poner sus piernas en mayor número
de posiciones que el chofer de un Cadillac.
De los participantes en la encuesta, el 75% mostró su preferencia
por los motores en línea. El 69% indicó ser partidario de
los motores de 6 cilindros, el 29% los desea de 8, el 2%, de 4. Solamente
al 49% le gusta las transmisiones automáticas. Al 79% le agradan
los nuevos neumáticos de baja presión, aunque el 39% de ellos
los inflan unas 3.03 libras más de lo que es necesario.
Yo tenía especial interés en comparar mis propias opiniones
con las obtenidas en nuestra encuesta. Las pruebas a que sometí el
Rambler en mi viaje de Kenosha a Los Angeles fueron muy diversas. Una de
ellas fué la ascensión del Pikes Peak en Colorado, la cual
realicé en 21 minutos y 11 segundos, desde el punto de partida situado
a 2286 metros de altura hasta la cima, que se encuentra a 430 metros. La
distancia según el velocímetro era de 19.4 kilómetros.
El recorrido tiene más de 150 curvas, siendo extremadamente cerradas
muchas de ellas. La cuesta es muy empinada y para subirla es necesario emplear
primera y segunda la mayor parte del tiempo. La carretera es muy buena,
pero la subida es continua por más de 1830 metros. La velocidad directa
se puede usar sólo en unos 2 kilómetros.
Las pruebas hechas en el Pikes Peak duraron dos días. Entre otras,
se incluyó el descenso con el cambio de velocidad en punto muerto.
Para mí, es ésta la más dura prueba a que se pueden
someter los frenos de un auto. Anteriormente, los vehículos que subían
esa montaña llevaban un pequeño tanque desde el cual caían
gotas de agua sobre los tambores de frenos para enfriarlos al descender.
Comprobé que el Rambler tiene excelentes frenos. No solamente resistieron
bien la prueba, sino que llegaron a Los Angeles, donde terminó mi
viaje de ensayo, en tan buenas condiciones que no necesitaron reparación
alguna. |
ANALISIS HECHO POR CLYMER DE LA ECONOMIA DEL RAMBLER |
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La potencia del coche me asombró. He realizado la prueba del Pikes
Peak con muchos automóviles, pero ninguno me dejó tan satisfecho
como el Rambler. La corta distancia entre ejes es una gran ventaja en las
curvas cerradas. Es muy fácil de manejar sobre suelos escabrosos
y se gobierna fácilmente en los deslizamientos. Pocos coches pueden
hacer el recorrido sin que sea necesario añadirles agua, pero en
las tres ascensiones sin paradas que hice hasta la cumbre de esa montaña
no tuve que agregar ni una sola gota de agua al radiador.
Después de la prueba del Peak, atravesé las Montañas
Rocallosas rumbo a Los Angeles. Al pasar por Nuevo México me encontré
con fuertes vientos laterales y una tormenta de polvo que duró todo
el día. Ninguna prueba mejor que ésta para un coche ligero
que marcha a gran velocidad. El Rambler la resistió muy bien; aun
a 145 kilómetros por hora este coche da la sensación de seguridad.
(y con la sobremarcha, el Rambler puede alcanzar una velocidad aun mayor.)
A 129 kilómetros por hora marcha muy bien con el acelerador hundido
en sus tres cuartas partes, después de que el coche ha alcanzado
esa velocidad. Es, indudablemente, un auto rápido en la carretera
y resistió perfectamente las marchas constantes a grandes velocidades.
Su excelente aceleración y velocidad se deben a su motor Nash "600"
de 6 cilindros y 82 H.P. que había sido proyectado para un coche
que pesara 295 kilos más que el Rambler. La sobremarcha es una magnífica
característica y yo se la recomendaría a toda persona que
tenga necesidad de viajar mucho por las carreteras. El motor consume muy
poco aceite y, aun bajo el calor del desierto, su temperatura se mantiene
normal. El consumo de gasolina durante mi viaje resultó muy económico;
en otra parte del presente trabajo aparecen los datos numéricos sobre
el kilometraje de este carro.
Además es un auto cómodo; en el asiento delantero pueden ir
tres personas con comodidad; el coche tiene amplio espacio para las piernas
de un individuo como yo, que mido 1.70 M de altura. También son muy
cómodos los cojines de caucho esponjoso. El cofre es bastante ancho,
y cuando uno mira por encima de él, da la sensación de que
el Rambler es de igual tamaño que muchos automóviles grandes.
Su calefacción es buena y el chofer disfruta de amplia visibilidad.
Estoy de acuerdo con los que contestaron la encuesta en que el radio debería
ser mejor y en que el funcionamiento de las puertas resulta más pesado
de lo necesario. Es imposible negar que el baúl es demasiado pequeño
en los modelos convertibles, lo cual se debe a que gran parte del espacio
se ha usado para alojar el mecanismo del convertible.
Cuando pasaba por Arizona se me presentó una tormenta de agua y,
aunque parece increíble, ni una sola gota de agua penetró
en el coche. No puedo decir lo mismo de otros autos que he probado después
de la guerra. El mecanismo de la capota es algo único. A mí,
en realidad, no me gustan los convertibles pero el sistema empleado en el
Rambler es excelente. Oprimiendo simplemente un botón se hace subir
y bajar la capota, que se desliza en. unas correderas. Los costados donde
van los marcos de las puertas son permanentes y ofrecen alguna protección
en caso de que haya accidente.
La estabilidad y el equilibrio del Rambler son muy buenos. Una ligera trepidación
en la parte de atrás es lo único que pone de manifiesto la
corta distancia entre ejes.
Resumiendo, puedo decir que mi opinión sobre el Rambler, de acuerdo
con las pruebas que hice personalmente, es que se trata de un auto de primera
categoría entre los coches livianos. |
Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 8 -
Marzo 1951 - Número 3
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