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Estás leyendo parte de la revista de Marzo de 1968
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Me gustó el coche tanto como le gusta a un pato el
agua. Ofrece un excelente manejo, un alto rendimiento y una atractiva apariencia |
MP solicitó a este famoso conductor que tanta fama alcanzó
en Indianápolis que probara el último modelo deportivo de
la Dodge. Su veredicto es muy bueno |
Por Rodger Ward - Ganador de las Carreras
de Indianápolis de 1959 y 1962 - Fotos de Jeannie Weaver |
ASI ES CUANDO maneja uno un nuevo Charger R/T de la Dodge,
particularmente un modelo impulsado por el potente motor hemisférico
de 425 caballos de fuerza.
Ante un semáforo en la carretera Telegraph Road de Detroit, tal como
le sucederá frecuentemente a todos los dueños del R/T, un
coche se me colocó al lado. Sabe usted a lo que me refiero -ruedas
de rayos de magnesio, neumáticos anchos, un motor que rugía
como un león, el radio tocando música ye-yé. El conductor:
un chico joven, con una melena que le cubría las orejas, que pisaba
el acelerador con impaciencia. Una calcomanía en su guardafango delantero
lo identificaba como "Slug". . . y Slug quería correr.
Pero cuando el semáforo cambió a la luz verde, dejé
que saliera corriendo envuelto en una gran nube de humo. ¿ Por qué
?
Pues, por una parte, ya he crecido un poco y esas chiquilladas ya no me
agradan. Por otra parte, no tenía ganas de que al día siguiente
apareciera en los periódicos una foto de Rodger Ward explicándole
aun policía de tránsito por qué se puso a competir
con un mozuelo ye-yé en una vía pública. Pero la tercera
razón es que no quería desilusionar a ese pobre chico. Estoy
seguro de que, con el motor hemisférico, mi R/T lo hubiera dejado
atrás en un abrir y cerrar de ojos. |
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El auto va por donde lo conduce uno, gracias a su nueva suspensión
de servicio pesado |
No se engañe usted, un Charger con un motor hemisférico
es como un proyectil y no uno de esos vehículos que le compraría
uno a la mamá para que fuera a hacer compras al mercado. El coche
corre de verdad y su manejo a alta velocidad requiere gran pericia de parte
del conductor. Pero es posible obtener una versión más dócil
del vehículo, impulsada por un motor de 318 ó de 383 pulgadas
cúbicas (5.211 ó de 6.276 l) . Sin embargo, cuando obtiene
uno el motor Magnum de 440 pulgadas cúbicas (7.210 .) o el motor
hemisférico de 426 pulgadas cúbicas (6.981 l) , entonces sí
que hay que prestar absoluta atención al camino al poner el auto
acorrer. Conduje el Charger con motor hemisférico en una pequeña
pista de carreras en Milford, Michigan, al norte de la ciudad de Detroit.
Es una lástima que la pista no fuera más grande, ya que en
ningún momento hice acelerar el auto al máximo. Sin embargo,
sí pude someter su rendimiento a toda clase de pruebas.
En cuanto a manejo, una de las primeras cosas que me llamó grandemente
la atención fue la facilidad de conducción del vehículo.
Llevaba barras de torsión, muelles traseros (se había añadido
otra hoja al muelle posterior derecho para compensar los rebotes y la torsión
de la rueda) , amortiguadores y una barra deslizante de servicio pesado.
Todo esto contribuye a que el auto vaya por donde lo guía uno -siempre
bajo un perfecto control.
En una sola ocasión fue que el extremo trasero comenzó a desplazarse.
Efectué un viraje agudo con excesiva rapidez y sentí cómo
se desplazaban las ruedas traseras. Pero una sencilla corrección
de la dirección, al tiempo que apartaba el pie del acelerador, enderezó
el vehículo con facilidad. Por lo tanto, puedo asegurar que el Charger
responde maravillosamente a las maniobras de cualquier conductor experimentado.
Sin embargo, aun en un auto de este tipo, una dirección motriz seria
una gran ayuda. Con la dirección convencional que tiene y los anchos
neumáticos que lleva, es un poco difícil estacionar el vehículo.
y hasta sería más fácil correr por una pista con dirección
motriz. |
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El Charger tiene un novedoso y sencillo estilo en la cubierta
y el extremo traseros. Sus líneas pues son, ideales para desarrollar
altas velocidades |
Como ya se lo habrá imaginado usted, la aceleración
es sorprendente. Dependiendo de la rapidez con que puede uno echar mano
de la palanca de la transmisión de cuatro velocidades sincronizadas,
es posible alcanzar una velocidad de 60 mph (96.56 kph) desde la inmovilidad
en un período de tiempo sorprendentemente corto. En tres recorridos
semejantes, obtuve un promedio de 6.6 segundos. A pesar de que no tomé
el tiempo, aceleró de 70 a 100 mph (112.65 a 160 kph) en lo que me
pareció un abrir y cerrar de ojos. Evidentemente, hay que sacrificar
algo para obtener un rendimiento semejante: Casi puede uno ver la aguja
del medidor de combustible bajar mientras maneja. Sin duda, no es un auto
económico.
Por dentro, todo es sencillo y práctico. El tablero tiene instrumentos
(no hay ni una sola luz indicadora) inclinados hacia el conductor. Como
resultado, son fáciles de leer. Creo, sin embargo, que el manubrio
de dirección debiera estar en una posición más baja
y apartada del conductor. Tengo una estatura promedio y me sentí
incómodo alzando los brazos para coger el manubrio. Además,
me gusta contar con toda la comodidad necesaria para el tipo de manejo que
un auto semejante requiere.
La altura y tensión de los pedales resultan adecuados para la mayoría
de los conductores. La aplicación del pedal del embrague requiere
un poco de esfuerzo, pero esto resulta conveniente, ya que una reacción
retardada de este pedal podría hacer que se dejara de efectuar un
cambio, cosa que podría ser un verdadero peligro en un momento crítico.
Los asientos de cubo en la parte delantera son cómodos, aunque me
imagino que podrían parecer un poco duros al final de un viaje largo.
La amplitud horizontal es adecuada y hay también suficiente amplitud
vertical. Atrás no hay tanto espacio, aunque los pasajeros pueden
montar allí con comodidad. Pero tal vez no sea así durante
un viaje.
La visibilidad es buena en todo el derredor. Sin embargo, el Charger -como
sucede con la mayoría de los automóviles- tiene áreas
que impiden ver por los dos lados de atrás donde el techo se inclina
hacia abajo para unirse a la parte superior de los guardafangos. Posiblemente
los diseñadores e ingenieros podrían eliminar este problema
. . . tal vez con una especie de barra contra vuelcos, algo que debieran
tener todos los automóviles.
Finalmente, creo que el nuevo Charger es uno de los autos más atractivos
que existen hoy. Su estilo es elegante, aunque sobrio también. Al
conducirlo, no le sorprende a uno que el auto llame la atención de
todos.
En resumidas cuentas, se trata de un atractivo coche con un excelente rendimiento,
que me agradó de verdad. |
Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 42 -
Marzo 1968 - Número 3
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