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Estás leyendo parte de la revista de Junio de 1959
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LOS
AUTOS de la Chrysler de 1960 tendrán más espacio para las
piernas. Las carrocerías de tipo enterizo se han diseñado
con depresiones anchas y planas para los pies, y rebordes angostos bajo
las puertas, a fin de que proporcionen mucha amplitud longitudinal.
Los asientos volverán a tener la altura de una silla (sólo
los de atrás). El conductor continuará sentado casi al nivel
del suelo. La altura total de los autos será más o menos la
misma que en 1959, pues se ha obtenido más espacio bajando el piso.
Dado que no existe el bastidor, cuyos largueros constituyen una limitación,
es fácil reducir la altura del piso.
Debido a que el bastidor y la carrocería van a ser de
una pieza, se sumergirá el conjunto en pintura de imprimado (a base
de caucho) hasta la mitad. La corrosión es un peligro grave en las
carrocerías enterizas. Con un bastidor de tipo corriente, el automóvil
conserva su solidez aun cuando el óxido corroa los paneles de la
carrocería. En cambio, un auto de carrocería enteriza quedaría
dividido en dos partes.
Hace algunos años, se comenzó a dar el Plymouth a vendedores
que no tenían otros productos de la Chrysler; pero luego se descontinuó
tal política. Se cree que esto se debe a que a la sazón ya
se había decidido construir un automóvil pequeño, y
tal norma hubiera provocado complicaciones.
Tal vez todos los agentes de la Chrylser Corporation se encarguen
de la venta del auto pequeño que se va a producir, el cual substituirá
al Plymouth como el coche más económico de esa compañía.
Hay quien dice que sólo los agentes del auto DeSoto venderán
el Plymouth. Es posible que el DeSoto salga con su propio nombre; pero totalmente
cambiado y aun en categoría diferente. Por supuesto, esto no pasa
de ser una hipótesis. Si los vendedores del DeSoto obtienen el Plymouth
con carácter exclusivo, venderán también el auto pequeño.
Por su parte, los agentes del Chrysler y del Dodge dejarán de vender
el Plymouth y obtendrán el auto pequeño.
Se rumora que el Lincoln de 1960 volverá a adoptar el diseño
de bastidor y carrocería separados. Esto permitiría emplear
el mismo casco en el Mercury y en el Lincoln de 1961.
El Ford de 1960 será totalmente nuevo, de acuerdo con los planes
existentes desde mediados del año pasado. Lo que motivó tal
resolución fué que la Ford pensó que el adornado Chevrolet
de 1959 se impondría decisivamente. Los hechos, sin embargo, no respaldan
tal conjetura. (Las ventas del Chevrolet sólo son ligeramente superiores
a las del Ford).
La división Plymouth se halla un tanto perpleja, pues no está
segura si son positivas las preferencias que el público manifiesta.
Se dice que su auto de 1960 será el más corto del trío
Ford, Chevrolet y Plymouth. Si los expertos han interpretado fielmente el
nuevo sentir de los consumidores, el Plymouth tendrá éxito;
pero si se han equivocado, bajarán sus ventas. Debe recordarse que
el coche de 1960 será de precio medio.
Es extraño lo que está ocurriendo con el Buick. Hace pocos
años, ocupaba el tercer lugar en las ventas, muy próximo al
segundo. Hoy día, se halla detrás del Pontiac y del Oldsmobile,
y sólo supera al Rambler por muy poco margen.
Lo curioso es que el Buick es ahora un coche muy superior al
de los tiempos en que se vendía muy bien. Incluso hay quienes opinan
que este año es el auto de mejor apariencia de la GM, lo cual dificulta
más aún el análisis.
La única explicación que cabe es que el Buick -más
que cualquier otro auto- era el símbolo de cierta categoría
social. Es (o tal vez sería mejor decir era) el coche que atraía
más al individuo situado a un nivel ligeramente por encima del gran
público: el empleado de alguna importancia, el comerciante pequeño,
el pagador de un banco. Situaba al propietario en un escalón más
arriba del consumidor anónimo, lo cual solía tener gran valor
para muchos.
Desde entonces ha ocurrido algo que es difícil definir. Parece que
el automóvil empezó, hace algún tiempo, a perder su
carácter de símbolo social, y existen síntomas que
indican que un coche ya no es factor de clasificación.
Esto no deja de ser alentador (si bien no para el Buick) .El automóvil
estaba adquiriendo una importancia desproporcionada; no por su función
como máquina de transporte, sino por lo que representaba. Es evidente
que una industria que basa su prosperidad en algo tan intangible y baladí
corre el riesgo de fracasar.
Hoy, más que nunca, se adquiere un auto considerando
su utilidad. El sorprendente éxito del Rambler y del Lark se debe
más a este cambio de actitud que a sus propias cualidades. Después
de todo, el Rambler sólo es ligeramente diferente a lo que era cuando
se veía en dificultades con una venta de 70.000 al año ( en
1958 se vendieron 186.000, y se espera que este año se eleve a 250.000).
Por lo tanto, hay que suponer que lo que ha cambiado es el público.
No queremos decir que el automóvil esté por desaparecer. Hoy
es más necesario que nunca. La cuestión estriba en que si
vamos a continuar considerándolo como un objeto de ornato y timbre
social (lo cual trataba de fomentar Detroit) o simplemente como un vehículo
conveniente.
Una vez que el automóvil retorne a su verdadera función de
máquina útil, las ventas aumentarán enormemente. El
público está dispuesto a adquirir vehículos cómodos,
confiables y de buena apariencia; pero se resiste a gastar el dinero en
símbolos. |
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Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 24 -
Junio 1959 - Número 6
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