|
Estás leyendo parte de la revista de Octubre de 1957
|
Recomienda este artículo a un amigo
|
|
TODA
LA INDUSTRIA automovilista espera ansiosamente la reacción que habrá
de causar el Edsel. Es éste un año bastante inseguro para
invadir el campo de precio mediano; cierto es que este mercado estaba muy
boyante cuando se aprobaron los planes del Edsel, en 1955, pero en la actualidad
ha menguado considerablemente.
La American Motors se siente satisfecha, y con razón: el Rambler
ha tenido una salida maravillosa; todos los modelos de seis cilindros se
han vendido y los concesionarios están pidiendo más y más.
En el mercado actual, eso es más que suficiente para que un fabricante
se sienta contento, especialmente la American Motors. Pero todavía
hay algo más; por lo menos parte de la industria automovilista ha
tenido que reconocer que la AM tenía razón respecto a la carrocería
de una sola pieza.
La construcción unificada, que desde hace tiempo es un distintivo
de la American Motors, se usará en 1958 en el Lincoln y en el Thunderbird.
Ya los ingenieros de la Ford han descubierto algunas de sus ventajas: excelente
rigidez, reducción de peso, mayor amplitud y mejor ajuste de las
puertas del coche. Y, como es fácil comprender, George
Romney, jefe de la American Motors, tiene que sentirse sumamente complacido
con la demanda, cada día mayor, de coches pequeños. Desde
hace años, Harlow H. Curtice, presidente de la General Motors, ha
venido manifestando que para que esa compañía le preste atención
al mercado de automóviles pequeños, éste debe crecer
hasta adquirir verdadera importancia. Bien, como todos sabemos, la GM ya
compite en ese campo, por lo que cabe suponer que se trata de un mercado
de significación.
Un Rambler Más Pequeño
Sin embargo, hasta el propio Romney no tenía suficiente confianza
en el coche pequeño: la American Motors descontinuó la fabricación
del Rambler de 2.54 metros de distancia entre ejes, dos años antes
de la cuenta. No obstante, pronto veremos el renacimiento de ese modelo.
Esa corta batalla fué la responsable del gran éxito del Rambler
original, pero este último desapareció para darle paso al
modelo de 2.74 metros que habría de llevar cuatro puertas.
La decisión de volver a fabricar el Rambler más pequeño
es indicación del continuo aumento del mercado de coches pequeños.
Hasta el momento de escribir estas líneas no hemos visto el nuevo
modelo, pero nos atreveríamos a vaticinar que será el mismo
auto de hace dos años, con sólo ligeras alteraciones.
El Thunderbird de 1958 será un automóvil muy diferente del
actual. Por lo pronto, tendrá mayor tamaño, y capacidad para
cuatro pasajeros. La Ford le ha encargado a la Budd la construcción
de las carrocerías para los nuevos modelos.
No sólo el Thunderbird será más grande; el Chevrolet,
el Lincoln, el Mercury, el Cadillac y el Pontiac habrán de aumentar
de tamaño; además, habrá un verdadero diluvio de nuevos
motores, todos más grandes que los actuales. No obstante, estas máquinas
serán de peso más liviano, al haber los ingenieros podido
desarrollar diseños más sencillos y menos costosos.
Todo este negocio resulta muy confuso en un momento en que Rambler planea
resucitar su pequeño coche; en que la Studebaker afirma tener pendientes
de entrega gran número de pedidos del Scotsman; y en que los concesionarios
del Buick y del Pontiac se disputan a brazo partido el limitado número
de franquicias del Vauxhall y el Opel.
¿Quién Pagará el Pato?
Pregunta: ¿Sufrirán las ventas de los Tres Grandes, o de los
autos extranjeros, con las nuevas importaciones "americanizadas?"
Respuesta: Esto es difícil de predecir. En Detroit hay quien opina
que los automóviles fabricados en Europa por firmas norteamericanas
suponen una seria amenaza al resto de los coches extranjeros; pero los concesionarios
de éstos no lo creen así. Por el contrario, son de opinión
que tales autos pequeños como el Vauxhall y el Opel habrán
de aumentar el atractivo de las otras marcas europeas.
El conjunto de cuatro faros frontales se empleará extensamente en
1958. Esto es algo que puede agravar el ya serio problema del deslumbramiento.
¿Cuándo fué la última vez que le graduaron los
faros de su coche? Sólo se requiere una abolladura en uno de los
guardafangos para que las luces de ese lado constituyan un verdadero peligro
para el automovilista que se aproxima de frente, durante la noche. Debido
a la íntima relación que guardan los guardafangos y las defensas
de los coches modernos, el más pequeño choque de éstas
desviará los haces de los faros. Hoy en día con el empleo
de cuatro faros de mayor1ntensidad, el problema es aún mayor. Ahora
bien, si tenemos cuidado de que en la estación de servicio nos atiendan
los neumáticos regularmente, ¿por qué no nos ocupamos
también de que nos comprueben las luces?
Las líneas del extremo trasero de algunos coches del '58 puede que
nos dejen boquiabiertos al principio. Ciertos diseñadores han adornado
esa parte del coche a tal punto que, por lo menos en una de las marcas,
el extremo posterior se asemeja a una parrilla frontal vista a cierta distancia..
Cuando usted la vea en la carretera, delante de usted, seguramente se va
a imaginar que es un loco que se le acerca de frente por la vía que
no le corresponde. ¡Tal vez pronto habrá que encender en pleno
día las luces de cola, para que sepamos a qué atenernos! |
|
Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 21 -
Octubre 1957 - Número 4
|
|
|