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Estás leyendo parte de la revista de Diciembre de 1956
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HE
AQUÍ ALGO que está sucediendo y que actualmente es la comidilla
del automovilista norteamericano:
Ahora puede usted conducir su coche sobre super pistas de peaje, desde Nueva
York hasta las afueras de Chicago, sin encontrar un solo semáforo.
Pero a todo lo largo de la ruta está prohibido desarrollar más
de 115 kil6metros por hora. De hecho, sólo en ciertas partes de Pensilvana
se permite esa velocidad. En la mayor parte del camino, el límite
es de 105 (en Ohio e Indiana) y de 95 (en New Jersey).
Bueno, ¿y qué? preguntará usted. El asunto es el siguiente:
A pesar de que no hay semáforos que se lo impidan ¿cómo
puede usted demostrar la asombrosa aceleración de su nuevo modelo
de 300 caballos de fuerza? Con estos límites de velocidad, ¿dónde
puede usted dejar que su formidable motor ejercite plenamente sus músculos?
Con estas maravillosas carreteras de varias vías y de enorme extensión,
¿dónde empleará usted el estupendo pique del auto,
para escabullirse del tránsito. Su primoroso modelo de 300 caballos
(y tal vez usted, también) llegará al punto de destino totalmente
decepcionado.
No obstante, el tamaño
y la potencia de los motores crecen de día en día. ¡No
cabe duda que todo esto realmente es paradójico!
Los Precios Han Subido
Los observadores de la industria, quienes tienen la corazonada de que el
público aceptará el aumento de precios en los coches del '57,
opinan que esa actitud del comprador puede dar como resultado un mercado
de ventas más tranquilo. La razón de esto, según ellos,
es que los fabricantes reducirán la producción, con objeto
de impedir la acumulación de grandes inventarios.
Dichos entendidos no vislumbran ninguna posibilidad de que las fábricas
rebajen los precios; ni tampoco de que los concesionarios reduzcan sus márgenes
de utilidad, a fin de absorber cualquier aumento de producción. Debido
a que deben de disponer de un menor número de modelos del '56, se
dice que las oportunidades lucrativas de dichos agentes habrán de
mejorar en 1957. La
General Motors parece haber adoptado una actitud algo retraída, en
lo que se refiere a la lucha de ventas con sus competidores. Como resultado
de ello, Ford y Chrysler muy bien pueden mejorar sus porcentajes en 1957.
En el momento de escribir
estas líneas, el 50 por ciento de las ventas del mercado automovilista
le corresponde a la General Motors, lo que supone, sin genéro de
dudas, una suculenta tajada. También puede que la mencionada restricción
mercantil de esta compañía (como por ejemplo, la suspensión
de la exhibición Motorama en 1957), le dé oportunidad a las
fábricas independientes de mejorar de posición.
Mejores Controles de Calidad
La protesta de los concesionarios contra las prácticas de las fábricas
dió como resultado que éstas aceptaran pagar el costo total
de preparaci6n de un nuevo coche, así como los servicios de reparaciones
durante el período de garantía. Para impedir que tales gastos
adquieran proporciones astronómicas, se espera que las fábricas
intensifiquen el control de calidad, tanto en la línea de montaje
como en la manufactura de piezas.
Los pronósticos en esta industria son muy expuestos, ya que nada
es definitivo hasta que el coche no está en la calle. Veamos algunos
ejemplos de cambios rápidos ocurridos durante las últimas
semanas. Ya se había
acordado la presentación de un nuevo tipo de transmisión automática
en una marca de coche determinado. El mecanismo habría de tener considerable
pique, conjuntamente con una suavidad sin paralelo. Los ingenieros de la
fabrica trazaron los planos, el departamento fotográfico hizo las
tomas necesarias, y todo el escenario estaba preparado para dar a conocer
al público el moderno mecanismo. Pero, de pronto y sin saberse por
qué, el proyecto fué cancelado.
Los ingenieros de otra
fábrica pasaron muchas noches de vigilia tratando de darle una solución
al problema del neumático de repuesto, el cual, por su volumen, ocupa
demasiado espacio en el baúl. Por fin, idearon una livianísima
llanta, sumamente fácil de usar, que habría de llevarse desinflada
en una esquina del baúl. Asimismo, perfeccionaron las provisiones
para su rápido inflamiento. Los ingenieros se sentían satisfechísimos.
Se tomaron las consabidas fotografías. De repente, todo fué
a dar al cesto de los papeles.
He aquí otro ejemplo: Un modelo de 1957 disponía ya, a un
costo considerable de dinero y horas de trabajo, de la mayoría de
las fotos y grabados publicitarios. Súbitamente, el jefe de la empresa
decidió eliminar una importante pieza de guarnición, que por
cierto era harto llamativa. La decisión obligó a desechar
verdaderas montañas de fotografías, y a comenzar el trabajo
de nuevo. Tales son
las cosas que suceden en todas las compañías. No en balde
los pobres agentes de prensa tienen ese aire de cansancio al llegar esta
época del año.
Se rumora que Pontiac
presentara un costoso auto deportivo, con motor superpotente y, a no dudarlo,
inyección de combustible. Por cierto, el inyector de combustible
del Chevrolet, que esta compañía ofrecerá como accesorio
optativo, fué uno de los secretos mejor encubiertos por la industria.
¡EI día que se dio a la publicidad, uno de los ingenieros jefes
de esa división de la GM nos confesó que era la primera vez
que tenía noticias de ese asunto! |
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Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 19 - Diciembre
1956 - Número 6 |
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