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¿Qué Veremos en el Año 1957? |
Por Arthur R. Railton |
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LA INDUSTRIA automovilista está llena de secretos que suponen
inversiones de muchos millones de dólares. El
objeto de ello es hacer que el público se olvide de la salida de
nuevos modelos cada año. Y hay una buena razón para esto:
los concesionarios deben vender los modelos del '56 hasta la víspera
misma de la salida de los autos de 1957, y en algunos casos hasta muchas
semanas después. Pero
a pesar de la reserva que guardan las fábricas respecto a las innovaciones
que han de aparecer en los nuevos modelos, siempre hay algo que trasciende.
He aquí un sumario de lo que debemos esperar en los modelos de 1957.
Es casi seguro que no todo lo que se conjetura sea cierto, y que al igual
que en los juegos de adivinanzas, haya su margen de errores. Pero la gran
mayoría de las noticias pueden tomarse como fidedignas.
Los modelos de 1957 incluirán
los cambios de estilo más grandes que se hayan presentado en año
alguno. Todos los coches, excepto el Lincoln, el Rambler y el Continental,
presentarán nuevos tipos de carrocería. Los
modificaciones realmente han de ser asombrosas. No será ése
un año de "adornos" y sí uno de ideas enteramente
nuevas en lo que a estilos se refiere. Las
ruedas serán más pequeñas: tendrán 14"
de diámetro en lugar de 15. Sin embargo, los neumáticos serán
mayores, por lo que no habrá una reducción total neta. No
obstante, la apariencia de las ruedas será considerablemente diferente,
con sus pequeños cubos y neumáticos más robustos. Se
semejarán bastante a las ruedas de los aviones. El
promedio de auto tendrá sólo 57-1/2" de altura (el de
1956 es de unas 60"). Otros serán aún más bajos,
tal vez hasta 56" en algunos casos. Serán además más
pequeños y no más largos; algunos han de ser más cortos.
A medida que la altura de los coches
disminuye, dificultando la entrada y salida de de los mismos, veremos como
se generaliza más y más el empleo de puertas de "alas
de gaviota," similares a las del Mercedes 300SL. Asimismo,
en los coches más bajos el túnel del eje motor es más
alto. Los ingenieros incluirán una junta universal adicional en dicho
eje, con objeto de reducir la altura del túnel parcialmente. Con
el tiempo, la transmisión se moverá al eje trasero, a fin
de disminuir la prominencia en el piso frontal. Los
techos serán de apariencia más delgada. Esto quiere decir
que serán más planos; menos curvos al verse desde el frente
o desde atrás. Las áreas de vidrio serán mayores, y
los cubretableros más bajos. El conductor se sentará más
alto en relación al capó, disfrutando de una mejor visibilidad
hacia adelante. Pero no podrá usar sombrero una vez dentro. La amplitud
vertical ha de sufrir menoscabo, como ha sucedido en los dos o tres últimos
cambios de estilo. Cuando los
asientos sean más bajos (como serán en 1957) se requerirá
más espacio para las piernas de los pasajeros. Pero el compartimiento
de pasajeros no puede hacerse más largo, por lo que los estilistas
tendrán que ver en qué forma sacan el espacio requerido, de
la parte inferior del asiento delantero. Las
dimensiones interiores, como muy bien puede usted haberse dado cuenta ya,
serán peores en 1957 de lo que son hoy. Pero no queda más
remedio. A medida que la altura de los coches se reduce, es necesario sacrificar
espacio interior. El auto gana en apariencia y estabilidad, pero pierde
en amplitud. Los guardafangos
traseros serán más pronunciados. El estilo de aleta continuará
dominando. Los autos se asemejarán más a aviones, y las aletas
se proyectarán hacia arriba y hacia afuera. Las líneas de
la carrocería serán más pronunciadas, desapareciendo
el estilo bien redondeado que actualmente está de moda.
Veremos un verdadero convertible de
techo duro. Al toque de un botón, el techo desaparecerá al
interior de la carrocería, detrás del asiento trasero.
Los modelos desprovistos de pilares
entre las puertas dominarán el mercado. Algunas compañías
tal vez no ofrezcan otro tipo en sus sedanes de dos y cuatro puertas.
Los parabrisas de curva compuesta
harán su aparición. Estos parabrisas sobresalen de abajo hacia
arriba y de un lado a otro. (Más problemas para el ya desorientado
ingeniero encargado de diseñar los limpiadores de parabrisas). Los
parabrisas y las ventanillas traseras se extenderán hasta formar
parte del techo. Algunas ventanillas traseras serán más bajas,
a fin de que proporcionen mejor ventilación al interior del auto.
Los faros delanteros han de causar
sensación. Muchos modelos de 1957 probablemente tendrán hasta
cuatro faros delante, aun cuando en el momento de redactar estas líneas
quedan cuatro estados que todavía no han aprobado el cambio. Los
guardafangos delanteros en la mayoría de los coches del '57 tendrán
aberturas lo bastante anchas para acomodar esas dobles luces. Tampoco
está lejano el. regreso del faro "durmiente," aquél
que desaparece en el interior de la carrocería durante el día.
La suspensión neumática
tal vez aparezca en 1957. Una compañía está cerca de
haberla perfeccionado ya, por lo que es posible que veamos este mecanismo
el año próximo. Los ingenieros están tratando de incorporarle
un dispositivo nivelador (similar al del Packard), lo cual por cierto les
está dando bastantes dolores de cabeza. El
motor de seis cilindros ha pasado a la historia. Este tipo de máquina
no se verá más, excepto en camiones pequeños y taxímetros.
Puede jugarse doble a sencillo que todos los coches, incluyendo el Rambler
y el Studebaker Champion, aparecerán con motores V8 en 1957. |
Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 18 -
Marzo 1956 - Número 3
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