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Estás leyendo parte de la revista de Enero de 1956
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EL NEGOCIO DE AUTOMOVILES es harto singular:
en 1953, Studebaker presentó sus modelos de "estilo europeo,"
que se distinguían por su poca altura y lados cóncavos esculpidos.
En 1956, de acuerdo con los rumores que se escuchan al redactar estas líneas,
dicho repujado ha desaparecido, ya que esta marca se ha "americanizado"
nuevamente. |
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No obstante, ahora (y continúan los rumores) Chevrolet
se aparece con su modelo Corvette 1956 con lados esculpidos. Como es natural,
el diseño del troquelado no es igual al del Studebaker; pero lo antedicho
corrobora de que es éste un negocio sumamente raro.
De paso, se asegura que el Corvette 1956 ha de causar considerable
revuelo. Busque usted una foto del Biscayne (el auto de ensueño del
Chevrolet en 1955) y tendrá una idea del estilo general del nuevo
Corvette. Este se hallará dotado de ventanillas que se arrollan hacia
arriba y de un techo duro removible.
Con ese modelo, Chevrolet espera abarcar buena parte del gran mercado
del Thunderbird. Esta división de la Ford vendió 16,155 autos
en 1955, y tiene esperanzas de elevar esa cifra a 20,000 en el presente
año.
Repujado Metálico
Cualquier cosa que trate de repujado metálico debe necesariamente
poner como ejemplo al Studebaker 1956.
El estilo de la tapa del baúl del Studebaker abre un campo
enteramente nuevo para el diseñador de automóviles. Dichas
piezas en los coches del futuro tal vez sean tan inequívocas como
las parrillas de hoy. Usted podrá identificar la marca del auto desde
atrás, con la misma facilidad que ahora lo hace desde el frente;
y no sólo por las luces de cola, como nos sucede actualmente.
Los coches del mañana puede que también tengan techos
forjados, lo bastante bajos para que una persona los vea al pararse al lado
de ellos. Esto significa que el techo debe tener carácter propio;
y el repujado metálico es el medio de lograrlo con efectividad.
Emblemas de Concesionario
Por lo menos, una compañía está llevando a cabo una
intensa campaña encaminada a que los concesionarios descontinúen
la práctica de colocar sus placas identificadoras en el extremo posterior
de cada auto que venden.
Los estilistas trabajan mucho tiempo en la forma precisa de la tapa
del baúl, o en el estilo exacto de la marca de fábrica del
coche. Pero más tarde, el concesionario atornilla en el automóvil
un llamativo letrero cromado, enteramente diferente a lo anterior, en el
cual se lee su nombre y dirección. Algunos, hasta pegan litografías
en colores, con toda la información sobre la agencia en cuestión.
A esto, con justificada razón, se oponen los diseñadores.
Después de todo, la parte que con mayor frecuencia se observa en
un automóvil es su extremo posterior. La parrilla frontal pasa ante
nosotros en una fracción de segundo. En cambio, cuando seguimos a
otro coche en el tránsito urbano, contemplamos su extremo posterior
durante mucho tiempo.
Camionetas de Estación
Todas las fábricas de autos se han dado perfecta cuenta de que el
mercado de la camioneta de estación es cada vez mayor. En los Estados
Unidos, por ejemplo, casi el 20 por ciento de la población vive en
el campo; y la mayoría de ese 20 por ciento se dedica a tareas tales
como sembrar árboles, reconstruir sus casas y a otros trabajos que
requieren el acarreo de numerosos artículos. Debido a esto, se espera,
justificadamente, que la demanda de la camioneta de estación crezca
en lugar de disminuir. (Puede decirse, de paso, que algunos ingenieros en
la industria automovilista opinan que el sedán ordinario del mañana
ha de tener cuatro asientos de cubo separados, y que el coche de seis pasajeros
será del tipo de camioneta de estación, con tres hileras de
dos asientos).
Muchas compañías presentan (especialmente en las líneas
de precio bajo) la camioneta de estación como una serie ajena a la
del sedán.
La camioneta de estación ha sido el factor determinante en
el gran aumento de ventas de la American Motors. La mitad de las ventas
del Rambler en 1955 correspondió al modelo Crosscountry. Es ésta
la razón de que la American Motors le dedique extraordinaria atención
a ese tipo de mercado.
La camioneta Rambler 1956 tiene 1.80 metros de largo de espacio interior,
detrás del asiento delantero; esto es, con el asiento trasero plegado
dentro del piso. El nuevo modelo tiene también una ventanilla posterior
que desciende al interior de la compuerta de cola; esto elimina la mitad
superior de la puerta trasera, que se asemeja a un tragaluz.
La American Motors ha anunciado un nuevo estilo de carrocería,
en anticipación al resto de su línea: una camioneta de estación
del tipo de techo duro, desprovisto de postes entre las puertas. Al escribir
este artículo, la fábrica ya había revelado que dicho
modelo aparecería un mes después que el resto de los coches
Rambler estuviera en los salones de los concesionarios. La razón
para esta prematura declaración se debe a que George Romney, presidente
de la compañía, se enteró de que otra fábrica
habría de presentar ese mismo estilo de carrocería, antes
de que él pudiera dar la sorpresa. Queriendo ser el primero, Romney
autorizó el adelanto de esa noticia. Nadie podría afirmar
cuál es la otra compañía, pero muy bien pudiera ser
Chevrolet o Pontiac. Tal vez ya el lector lo sepa cuando lea estas líneas. |
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Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 18 -
Enero 1956 - Número 1
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