Recientemente, se llevó a cabo una prueba controlada
de cinco autos Comet, en que cuatro de ellos terminaron un recorrido de
160.000 kilómetros y de 40 días de duración, a una
velocidad de más de 160 kilómetros por hora. La singular prueba
tuvo lugar en una gigantesca pista ovalada que hay en Daytona, Florida.
Al final del recorrido, los motores se desarmaron para someter sus piezas
a mediciones de desgaste. Sólo el claro de los pasadores de los pistones
había excedido del límite permisible.
Los resortes de las válvulas alcanzaron su límite, pero el
claro entre pistones y cilindros permaneció dentro de la tolerancia
de producción para nuevas piezas, con un aumento de apenas .025 milímetro.
Los cojinetes principales y de las bielas no mostraron ningún desgaste
que exigiera su cambio. Pero la falla de un resorte de válvula dio
lugar a que se retirara el quinto automóvil después de haber
recorrido un poco más de 122.000 kilómetros. De
acuerdo con los funcionarios de la División Mercury, estos
motores acababan de salir de la línea de montaje de la Compañía
Ford y se habían "sometido únicamente a una inspección
corriente de control de calidad".
Hay que llamar la atención hacia el hecho de que aún habiendo
relaciones de ejes de apenas 2,70 a 1, no se hizo que los motores desarrollaran
una velocidad superior a 3600 r.p.m., lo que es muy inferior al máximo
de 6000 r.p.m. y 271 caballos de fuerza. Quiere ello decir que no se hizo
intento alguno por forzarlos al máximo.
Básicamente, la prueba de durabilidad equivalió
a una prueba de 1000 horas en un dinamómetro, bajo una carga constante
y una aceleración parcial. Cualquier compañía de
automóviles con motores que no puedan dar iguales resultados debería
dedicarse a producir coches para bebés y tapas para botellas.
Así pues, hubo ciertas cosas que no pudieron constatarse en esta
prueba de autos Comet. Sospechamos que cualquier otro coche norteamericano
hubiera dado iguales resultados.
Una prueba semejante no quiere decir que cuatro de cada cinco motores
pueden recorrer 160.000 kilómetros, sin necesidad de reparaciones
y sin pérdidas de eficiencia, al someterse a condiciones reales
de paradas y arranques múltiples en que se acumulan depósitos
nocivos, y en que se rayan los cilindros durante los arranques en tiempo
frío.
A propósito, mientras los Comet recorrían la pista de Daytona,
un primo lejano de ellos, el Taunus 12M producido por la Ford de Alemania,
efectuaba una prueba semejante en un aeropuerto francés. Se hizo
que el pequeño vehículo con motor V4 de 65 caballos de fuerza
desarrollara una velocidad de viaje normal de 95 kilómetros por
hora, durante un recorrido de 355.327 kilómetros, sin producirse
fallas de ninguna especie en la línea de mando. Falta ahora ver
qué compañía lleve acabo una prueba de 1.000.000
de kilómetros.
La Studebaker no ha desaparecido ni tampoco ha sido
olvidada. Los concesionarios informan que las ventas en los Estados Unidos
aumentaron después de darse a conocer la noticia de que la producción
final de los coches de esa firma se trasladaría a la ciudad de
Hamilton, en el Canadá.
La Studebaker no ha abandonado los Estados unidos al trasladar sus operaciones
de montaje al Canadá. Todavía produce los motores y las
piezas de lámina metálica para las carrocerías de
sus vehículos, en South Bend, Indiana. Mediante el traslado de
sus líneas de producción, la división de automóviles
puede producir un bajo volumen (30.000 vehículos por año)
con ganancias.
¿Y hay acaso perspectivas de que se reanuden
las actividades de esta compañía? Nos referimos al hecho
de que se lleve a cabo nuevamente una producción cuantiosa de autos
Studebaker en los Estados Unidos. No es algo imposible. ¿Recuerda
usted cuando la Rambler dejó de producir el American en 1955 al
bajar las ventas de este vehículo a 20.000 unidades por año,
sólo para volverlo a fabricar en 1958? En 1962 se vendieron 125.000
modelos Arnerican.
Para que la Studebaker vuelva a fabricar coches en grandes
cantidades, es necesario que se limite aun pequeño modelo especial
(o dos) y que le dé la publicidad adecuada. La Willys se vio obligada
a dejar de producir autos de pasajeros de tipo convencional, pero ha tenido
gran éxito con sus vehículos Jeep con mando en las cuatro
ruedas y sus camionetas de estación Waganneer.
Actualmente la Studebaker produce un atractivo y espacioso sedán
conocido como el Cruiser que constituye un eficiente taxi, y cuenta además
con una singular camioneta rural de techo deslizante. En nuestra opinión,
el éxito futuro de esta compañía dependerá
de estos vehículos y no de coches de tipo deportivo como el Avanti
(el cual ya se ha dejado de producir).
Y hablando de resurgimientos, la División Chevrolet
dio a conocer que volverá a producir el cupé deportivo Nova
de la linea Chevy II, no obstante el hecho de que dicho modelo no apareció
entre los nuevos autos de 1964. Parece que el público no estuvo
de acuerdo con los expertos en ventas de la Chevrolet, los cuales opinaban
que las salidas del Carvair y el Chevelle superarían a las del
Chevy II. De hecho, corrieron rumores de que los funcionarios de la Chevrolet
tenían la intención de suprimir la producción del
Chevy II por completo.
Pero los concesionarios dieron a conocer la voluntad de los compradores,
lo que indujo a la compañía a presentar nuevamente este
auto sin pilares de la línea Chevy II. Parece que este modelo es
un buen vehículo y que tiene un precio adecuado. De todos modos,
esto constituye otra prueba de que si uno lo exige y tiene el dinero en
la mano, Detroit le hará caso. |