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Noticias de Detroit - Junio 1964 - Por Jim Whipple
¿Qué Validez Tienen las Pruebas de Durabilidad?
Traslado de la Compañía Studebaker al Canadá.
Recientemente, se llevó a cabo una prueba controlada de cinco autos Comet, en que cuatro de ellos terminaron un recorrido de 160.000 kilómetros y de 40 días de duración, a una velocidad de más de 160 kilómetros por hora. La singular prueba tuvo lugar en una gigantesca pista ovalada que hay en Daytona, Florida. Al final del recorrido, los motores se desarmaron para someter sus piezas a mediciones de desgaste. Sólo el claro de los pasadores de los pistones había excedido del límite permisible.
Los resortes de las válvulas alcanzaron su límite, pero el claro entre pistones y cilindros permaneció dentro de la tolerancia de producción para nuevas piezas, con un aumento de apenas .025 milímetro. Los cojinetes principales y de las bielas no mostraron ningún desgaste que exigiera su cambio. Pero la falla de un resorte de válvula dio lugar a que se retirara el quinto automóvil después de haber recorrido un poco más de 122.000 kilómetros.

De acuerdo con los funcionarios de la División Mercury, estos motores acababan de salir de la línea de montaje de la Compañía Ford y se habían "sometido únicamente a una inspección corriente de control de calidad".
Hay que llamar la atención hacia el hecho de que aún habiendo relaciones de ejes de apenas 2,70 a 1, no se hizo que los motores desarrollaran una velocidad superior a 3600 r.p.m., lo que es muy inferior al máximo de 6000 r.p.m. y 271 caballos de fuerza. Quiere ello decir que no se hizo intento alguno por forzarlos al máximo.

Básicamente, la prueba de durabilidad equivalió a una prueba de 1000 horas en un dinamómetro, bajo una carga constante y una aceleración parcial. Cualquier compañía de automóviles con motores que no puedan dar iguales resultados debería dedicarse a producir coches para bebés y tapas para botellas.
Así pues, hubo ciertas cosas que no pudieron constatarse en esta prueba de autos Comet. Sospechamos que cualquier otro coche norteamericano hubiera dado iguales resultados.
Una prueba semejante no quiere decir que cuatro de cada cinco motores pueden recorrer 160.000 kilómetros, sin necesidad de reparaciones y sin pérdidas de eficiencia, al someterse a condiciones reales de paradas y arranques múltiples en que se acumulan depósitos nocivos, y en que se rayan los cilindros durante los arranques en tiempo frío.
A propósito, mientras los Comet recorrían la pista de Daytona, un primo lejano de ellos, el Taunus 12M producido por la Ford de Alemania, efectuaba una prueba semejante en un aeropuerto francés. Se hizo que el pequeño vehículo con motor V4 de 65 caballos de fuerza desarrollara una velocidad de viaje normal de 95 kilómetros por hora, durante un recorrido de 355.327 kilómetros, sin producirse fallas de ninguna especie en la línea de mando. Falta ahora ver qué compañía lleve acabo una prueba de 1.000.000 de kilómetros.

La Studebaker no ha desaparecido ni tampoco ha sido olvidada. Los concesionarios informan que las ventas en los Estados Unidos aumentaron después de darse a conocer la noticia de que la producción final de los coches de esa firma se trasladaría a la ciudad de Hamilton, en el Canadá.
La Studebaker no ha abandonado los Estados unidos al trasladar sus operaciones de montaje al Canadá. Todavía produce los motores y las piezas de lámina metálica para las carrocerías de sus vehículos, en South Bend, Indiana. Mediante el traslado de sus líneas de producción, la división de automóviles puede producir un bajo volumen (30.000 vehículos por año) con ganancias.

¿Y hay acaso perspectivas de que se reanuden las actividades de esta compañía? Nos referimos al hecho de que se lleve a cabo nuevamente una producción cuantiosa de autos Studebaker en los Estados Unidos. No es algo imposible. ¿Recuerda usted cuando la Rambler dejó de producir el American en 1955 al bajar las ventas de este vehículo a 20.000 unidades por año, sólo para volverlo a fabricar en 1958? En 1962 se vendieron 125.000 modelos Arnerican.

Para que la Studebaker vuelva a fabricar coches en grandes cantidades, es necesario que se limite aun pequeño modelo especial (o dos) y que le dé la publicidad adecuada. La Willys se vio obligada a dejar de producir autos de pasajeros de tipo convencional, pero ha tenido gran éxito con sus vehículos Jeep con mando en las cuatro ruedas y sus camionetas de estación Waganneer.
Actualmente la Studebaker produce un atractivo y espacioso sedán conocido como el Cruiser que constituye un eficiente taxi, y cuenta además con una singular camioneta rural de techo deslizante. En nuestra opinión, el éxito futuro de esta compañía dependerá de estos vehículos y no de coches de tipo deportivo como el Avanti (el cual ya se ha dejado de producir).

Y hablando de resurgimientos, la División Chevrolet dio a conocer que volverá a producir el cupé deportivo Nova de la linea Chevy II, no obstante el hecho de que dicho modelo no apareció entre los nuevos autos de 1964. Parece que el público no estuvo de acuerdo con los expertos en ventas de la Chevrolet, los cuales opinaban que las salidas del Carvair y el Chevelle superarían a las del Chevy II. De hecho, corrieron rumores de que los funcionarios de la Chevrolet tenían la intención de suprimir la producción del Chevy II por completo.
Pero los concesionarios dieron a conocer la voluntad de los compradores, lo que indujo a la compañía a presentar nuevamente este auto sin pilares de la línea Chevy II. Parece que este modelo es un buen vehículo y que tiene un precio adecuado. De todos modos, esto constituye otra prueba de que si uno lo exige y tiene el dinero en la mano, Detroit le hará caso.


Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 34 - Junio 1964 - Número 6



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Idea original de Mi Mecánica Popular por: Ricardo Cabrera Oettinghaus