Habrá una camioneta de estación con "cúpula
panorámica" entre los modelos de 1964, pero no aparecerá
tan pronto como se creía.
Hace poco, MP pronosticó que el Buick Special y posiblemente el Oldsmobile
F-85 tendrían una camioneta de tipo de cúpula en 1964. Sin
embargo, durante las presentaciones oficiales de los nuevos modelos no había
ninguno con la mencionada cúpula. Es por ello que no encontrará
usted la foto correspondiente en el artículo sobre los nuevos autos
que comienza en .la página 42. Todavía no se quiere divulgar
nada acerca de estos nuevos modelos.
Sin embargo, aparecerán posteriormente. Según los últimos
informes recibidos, la camioneta de estación con cúpula panorámica
del Buick SPecial debutará a mediados de 1964, o sea a tiempo para
la Feria Mundial de Nueva York.
A veces el silencio tiene mucho que decir, y los fabricantes
no han hablado mucho acerca de mejoras efectuadas a los frenos en los
modelos de 1964. Esto ha causado gran extrañeza, en vista del gran
número de potentes vehículos que están apareciendo
por doquier. Se están instalando motores V8 en autos compactos
que sólo ayer (1960) se comportaban como si estuvieran impulsados
por débiles mecanismos de bandas de caucho.
Extraña el hecho de que en las especificaciones de la mayoría
de los autos de 1964 no hay indicaciones sobre un aumento de capacidad
de los frenos ( tamaño de los tambores o área de los forros).
Se exceptúan los nuevos modelos intermedios de la General Motors,
o sea el Buick SPecial, el Oldsmobile F-85 y el Pontiac Tempest, en que
el área de los forros ha aumentado casi 26 pulgadas cuadradas (
167 cm2). Pero este aumento obedece principalmente al hecho de que los
modelos de norma de estas tres líneas disponen ahora de un mayor
peso y potencia.
Se han desplegado pocos esfuerzos por proporcionar a los nuevos vehículos
una capacidad de enfriamiento que guarde relación con el aumento
de potencia. Y esto se aplica particularmente a los coches de alto rendimiento.
Entre los modelos de precio mediano y precio elevado (de peso mayor también),
los frenos permanecen iguales que antes, en cuanto a las relaciones de
peso y potencia.
La pregunta que todos se hacen, por lo tanto, es la
siguiente: ¿Son adecuados los frenos en los modelos de 1964? Hemos
sometido a prueba diversos vehículos de 1964, y para ser francos,
la respuesta depende del auto en particular. Si maneja usted un Seis o
un V8 de tamaño de norma y somete el vehículo a un uso común
y corriente, entonces la respuesta es Sí. Pero si maneja usted
continuamente y con rapidez un vehículo cargado e impulsado por
un motor de más de 300 caballos de fuerza, entonces la respuesta
ha de ser No. Las paradas repetidas a velocidades de 80 a 100 kilómetros
por hora calientan excesivamente los tambores de los frenos, y producen
un desvanecimiento de éstos, lo que requiere una mayor presión
del pedal y un aumento en la distancia de parada.
También hay otro problema relacionado con la
tracción excesiva del mecanismo de ajuste automático. Este
funciona cuando el auto se enfrena mientras se da marcha atrás.
El problema radica en el hecho de que los cuatro frenos no se ajustan
automáticamente en el mismo momento exacto. De esta manera, un
par de zapatas acabadas de ajustar podrá proporcionar un enfrenamiento
mayor en una rueda que el otro par, desviando el auto hacia la derecha
o la izquierda. Esto es más molesto que peligroso, ya que al pisarse
el pedal con fuerza tanto los frenos holgados como los bien ajustados
se aplican con igual presión.
La industria ofrece varias soluciones para los problemas ocasionados por
los frenos convencionales. Uno es el forro de composición metálica
que se ofrece como equipo optativo para los autos Chevrolet y ciertos
vehículos de otras marcas. Otro es el freno de discos para las
ruedas delanteras que se ofrece como equipo de norma en el Avanti, como
tipo optativo en el Studebaker y como equipo especial en el Falcon.
¿Y qué hay de los frenos de discos ajustables?
Debido a su contacto directo (pistón-almohadilla-disco) son de
ajuste automático; el disco enfriado por aire proporciona siempre
la misma acción de enfrenamiento, con menos desvanecimientos.
De producirse en grandes cantidades, los frenos de discos no costarían
más que los frenos convencionales de tambores zapatas y forros
que hay instalados en la mayoría de los autos de hoy, excepto que
habría que disponer del mecanismo motriz, claro está.
¿Y a qué se debe el hecho de que no estén produciendo
más de estos frenos de discos? Principalmente al alto costo que
supone el cambio. Las máquinas para producir siete millones de
juegos de frenos de discos al año costarían millones de
dólares. Ni los fabricantes ni los suministradores se atreven a
invertir una suma semejante, a no ser que los compradores de autos norteamericanos
exijan frenos de discos como equipo de norma. |