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Las Conjeturas Cuestan Millones, ¿Pero
Cuáles Serán las Correctas para 1963? |
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Detroit espera ver la otra parte de la medalla. Después
de jugarse varios cientos de millones de dólares, los grandes directores
y los ingenieros esperan ver ahora si han dado con la combinación
ganadora.
Ciertamente, 1963 no será un año de grandes innovaciones mecánicas.
Nada hay totalmente nuevo, tal como la inyección de combustible o
un motor trasero enfriado por aire. Tampoco debuta ningún motor oblicuo
de aluminio, ni transejes, cajas de cambio de cuatro velocidades o motores
con combinaciones de múltiple y ariete. No obstante,
1963 representa una importante aventura para una gran serie de
departamentos (e incluso compañías enteras) de la industria.
En el pasado otoño, muchos directores pusieron su reputación
en juego cuando presentaron sus productos al público.
Aunque resulta extraño, no siempre es la compañía más
grande la que hace la mejor jugada. Tomemos el caso de la Studebaker,
que está pasando dificultades tratando de mantener al público
interesado en su excelente Lark; sin embargo, ha presentado
un coche totalmente nuevo, hecho de un material también nuevo -el
Avanti, de fibra de vidrio- un coche con asientos de cubo
muy similar al Hawk, de modo que hasta cierto punto esta compañía
se hace competencia a sí misma en sus propios salones de exposición,
lo que por regla general es un procedimiento algo arriesgado.
En este momento nadie puede decir cuáles serán los resultados
para la Studebaker. Luego, considere usted lo
que ocurrió con el viejo Rambler. Habiéndose
ganado una envidiable reputación como coche práctico para
personas prácticas, y habiendo sido diseñado para presentar
un aspecto bastante práctico también, ahora se presenta con
un estilo que combina el del Lincoln Continental de la
GM con el de un moderno coche italiano. La buena señora vestida de
gris ha substituído sus faldas de lana por pantalones de Capri y
se ha convertido en una de las pollitas más vistosas del gallinero.
Lo que no se sabe todavía en Kenosha es si el nuevo Rambler
podrá atraer aun nuevo tipo de comprador sin perder la lealtad de
los admiradores del viejo Rambler. En
la Ford juegan de distinta forma. Están apostando a que
el Falcon puede ganarse nuevos amigos con la misma cara
vieja, porque es el único compacto, con la excepción del Rambler
de los últimos años, que sigue presentándose
durante cuatro años consecutivos con pequeños cambios que
se refieren únicamente al radiador. Muchos norteamericanos hablan
en serio a los investigadores de mercados cuando dicen que necesitan un
coche práctico y bueno, sin tener que gastarse mucho dinero en grandes
cambios anuales. El Falcon les ofrece una oportunidad para
invertir su dinero tal como han dicho. En la División
Plymouth también se hallan a la expectativa después
de tres años consecutivos de estar ofreciendo al público un
coche que se considera bueno, pero con mala apariencia. La reacción
de los compradores al Plymouth de 1963 interesa a toda
la industria. Quisiéramos hacer una apuesta con algunos de nuestros
amigos de la Chrysler Corporation y pronosticar que el nuevo Valiant
se venderá como pan caliente.
Existe cierta ansiedad también en la División Dodge, porque
quieren saber si su nuevo Dodge con una mayor distancia
entre ejes y con sus esbeltas líneas cuadradas repetirá lo
que sucedió en 1960, cuando el Dart del tamaño
del Plymouth se apoderó de un gran número
de compradores de autos de bajo precio. Parece ser que
la División Chrysler alcanzará mucho éxito
con su producto de nuevo estilo, pudiendo repetir así las grandes
ventas del año 1962.
Después del hecho algo sorprendente de vender un poco más
de uno de cada dos coches el año pasado, las preocupaciones de la
General Motors, desde luego, no son grandes. Su gran aventura del año
procede de la División Buick, con el lanzamiento del Riviera.
Como de costumbre, cada gerente de la distintas divisiones
de la GM está más preocupado de la jugada que sus propios
compañeros de la compañía le pueden hacer, que de cualquier
competencia exterior. Por ejemplo, Ed Warner, de la Cadillac, quiere saber
si el Riviera de Ed Roller le robará ventas, mientras
que este señor, a su vez, puede sentirse inquieto al mirar el elegante
Starfire. En la Oldsmobile, el gerente general Jack Wolfram
probablemente sentirá escalofríos al oír las palabras
Grand Prix. Mientras que en la Pontiac, Pete Estes quiere
saber si el nuevo y atrevido Impala, y el Corvette
de 1963, Con su silueta de nave espacial, habrán de restarle
ventas al Grand Prix. Y ahora, vamos nuevamente
a observar la carrera de caballos más fascinante de todas,
la entablada entre los nuevos coches sin caballos. |
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Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 32 -
Abril 1963 - Número 4
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