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Estás leyendo parte de la revista de Julio de 1963
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Viejo Barril Volante |
Por Roy L. Clough, Jr. |
LLEVE USTED este modelo al campo la próxima
vez que haya competencias y todos se quedarán boquiabiertos. Si alguien
se burla, recuérdele que el ala anular es un principio aeronáutico
sumamente antiguo. Luego lance el modelo al aire, y si el hecho de que se
trata de algo tradicional no inspira respeto a nadie, su velocidad seguramente
se encargará de hacerlo.
Se han construído por lo menos media docena de aviones de tamaño
completo (además de innumerables cometas y planeadores) a base del
diseño del "barril volante". Uno de los primeros aviones
construí dos por Ellehammer -el primer holandés en volar-
tenía esta forma. Louis Bleriot, el arriesgado francés que
fue el primero en volar sobre el Canal de la Mancha, colocó uno de
ellos sobre flotadores y lo hizo despegar del agua. Los franceses todavía
utilizan este diseño; acaban de construir un avión de ala
anular, conocido como el "Coleoptere", dotado de motores de reacción.
Una de las grandes ventajas de este diseño es su eficiencia de propulsión.
La eficiencia en un sistema de vuelo es más elevada cuando la velocidad
del aire descargado es casi tan grande como la velocidad de avance del avión.
Significa esto que es mejor mover una gran cantidad de aire a una alta velocidad. (Algo así como equilibrar
las impedancias). El ala anular con una hélice por delante funciona
como una eficaz aspiradora para aumentar la cantidad de aire que se lanza
hacia atrás durante el vuelo del aparato.
Un ala semejante tiene más sustentación de lo que podría
uno imaginarse. La naturaleza de circuito cerrado de la superficie aerodinámica
elimina los remolinos que se producen en las puntas de las alas. Teóricamente,
un avión de ala redonda no tiene que inclinarse para virar. Sin embargo,
este modelo sí tiene que hacerlo, debido a la aleta estabilizadora
vertical montada encima del ala. Se añadió esta aleta para
producir un efecto comparable al diedro; algo necesario para la estabilidad
en tales naves sin piloto como ésta. |
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grande y claro |
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Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 33 - Julio
1963 - Número 1 |
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