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Estás leyendo parte de la revista de Enero de 1950
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Canastas de Cascara de Coco |
SE PUEDEN hacer atractivas y útiles canastillas de
las cáscaras de coco, utilizando solamente la corteza o combinando
partes de ella con mangos plásticos u otros adornos coloreados. Las
Figs. 1 y 4 muestran una canastilla hecha de una cáscara entera,
en un lado de la cual se han cortado dos secciones para dejar un mango integral.
Los cortes deben hacerse con una hoja de sierra de diente fino, a fin de
que los dientes individuales no dejen bordes ásperos en la cáscara.
Debe emplearse una segueta para todos los cortes rectos, los cuales se hacen
simultáneamente en ambos lados de la cáscara. La cubierta
áspera y fibrosa de la cáscara debe quitarse antes con un
limatón o raspa para madera y la superficie dura se alisa luego con
papel de lija. Las rugosidades sobre la superficie pueden conservarse en
bajo relieve con lijar sólo la parte superior de ellas, o puede darse
a la cáscara un acabado original lijándola primero para alisar
las rugosidades y luego rayando su superficie con un cepillo giratorio de
alambre. Este tratamiento hace resaltar las rugosidades un relieve más
marcado. La otra canastilla, Figs. 2, 3 y 4, se encuentra provista de una
tapa removible, un mango de plástico coloreado y una base separable,
o collarín, sobre la cual la canastilla se ajusta apretadamente.
Se hace de porciones de dos cáscaras y de dos trozos de plástico
coloreado. Para esta labor, escoja porciones de dos cáscaras de acuerdo
con la uniformidad de sus contornos. Después de cortar y alisar los
bordes para que las partes se ajusten entre sí perfectamente, perfore
agujeros en la tapa para el anillo plástico, Fig. 4, y perfore y
ranure el collarín a fin de que pueda acomodar el mango torcido de
plástico. Para poder torcer el plástico, es necesario calentarlo
a unos 230° C; luego se fija a la cáscara con cemento de secamiento
rápido. Para dar un acabado atractivo a las canastillas, aplíqueles
una capa de goma-laca (shellac) y luego encérelas y púlalas
hasta dejarlas bien lustrosas. |
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y claro |
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Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 6 - Enero
1950 - Número 1 |
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