Estos pequeños aviones que dan la impresión de que
se pueden guardar incluso bajo la cama para
usarlos a la hora de ir al colegio o al trabajo,
figuran casi siempre en los sueños de los adolescentes
Por Sheldon M. Gallager
y Howard Levy
ESPERA UNO que un reactor sea rápido, pero cuando se trata de un diminuto manchón moviéndose por el espacio a más de 300 mph (480 kph), el espectáculo resulta casi increíble. Cuando asciende en línea vertical y luego realiza una serie de volteretas. Se frota uno los ojos en ademán de incredulidad y se pregunta: ?Es cierto lo que estoy viendo?
Este pequeño y extraordinario avión es el BD-5J. el más nuevo de varios espectaculares modelos de hechura casera que ha creado el famoso Jim Bede y el primer avión con motor de reacción que se ha diseñado especialmente para aplicaciones deportivas y para ser construido por aficionados. El 5J es increíblemente pequeño ya que mide menos de 12 1/2 pies (3,81 m) de largo y la envergadura de sus alas es de 17 pies (5,18 m) solamente. La parte superior del techo de la cabina apenas llega a la cintura de uno. Para caber dentro de la cabina, el piloto casi tiene que ir acostado. Uno simplemente no se mete en el avión -sino que se lo coloca y lo lleva puesto.
El techo de este avión, que se muestra arriba en posición retraída, se mueve hacia arriba y hacia atrás para dar acceso a la cabina. Al cerrarse, queda apenas unos cuantos centímetros de la cabeza del piloto. La vista de la cabina (foto superior) muestra el tablero de control, el cual incluye todos los instrumentos necesarios para vuelos IFR y VFR. La palanca de control es ese corto asidero a la derecha, ubicado hacia un lado de la cabina, en vez de quedar entre las piernas del piloto. El mango para retraer el tren de aterrizaje se encuentra en el centro, donde normalmente iría la palanca de control. Simplemente se empuja o se tira de él para alzar y bajar las ruedas. Los frenos de empuje con forma de almeja (fotos a la derecha) parcialmente cierran la lumbrera del chorro al efectuar aterrizajes para reducir la velocidad sin cortar la fuerza del motor -una característica de seguridad para impedir pérdidas súbitas de potencia. Los frenos se muestran abiertos en la foto superior y cerrados en la inferior a fin de que el lector tenga visión completa del caso
Vista seccional del BD-5J (debajo) que muestra al piloto embutido en la cabina en una posición inclinada, semejante a la de un corredor de un auto de Fórmula Uno. La rueda en el extremo delantero se retrae en el aire, entre los pies del piloto. El espacio detrás del asiento va ocupado por el tanque principal de combustible y el motor. Para ahorrar peso
y eliminar la complejidad todos los controles se activan manualmente con una manivela o un cable, sin ningún auxiliar hidráulico. A la izquierda, vista exterior del avión.
El BD-5J cuenta con .las mismas líneas aerodinámicas que su pariente activado por hélices, el BD-5, pero ésa es toda la semejanza que hay entre los dos. A impulso de un motor de turborreacción que desarrolla un empuje de 200 libras (90 kg) , tiene una velocidad máxima de más de 330 mph (528 kph) un fenomenal índice de ascenso !de 2400 pies (731 m) por minuto, un techo de vuelo de 30.000 pies (9144 m) y un alcance de 550 millas (880 km). Sin embargo, las velocidades de pérdida de sustentación son sorprendentemente bajas para un reactor -60 mph (96 kph) con aletas y 70 mph (112 kph) sin aletas, Para despegar, requiere una extensión de 1100 pies (335 m) y para aterrizar requiere un tramo de 800 pies
(243 m) -algo también excepcional para un avión de reacción, Por tratarse de un modelo acrobático. el avión tiene refuerzos que le permiten resistir una fuerza de gravedad de 9 G, Unos frenos neumáticos especiales, llamados 'atenuadores de empuje', le permiten a uno reducir la velocidad de vuelo sin bajar la potencia del motor a un nivel peligroso. Consiste en placas con forma de almeja que se cierran alrededor de la lumbrera del chorro al aproximarse el avión a la pista de aterrizaje, con objeto de reducir el empuje. Si de repente se produce un caso de emergencia que requiere una potencia mayor, como sobrevolar un aeropuerto, las placas se pueden abrir con rapidez, con objeto de proporcionarle todo su empuje al avión.
No obstante su pequeño tamaño, el BD-5J no da la sensación de confinamiento. La visibilidad es excelente, debido a que la línea visual de uno se encuentra bien por delante de la línea de las alas. Los aterrizajes son fáciles, porque la altura del aparato es tan reducida que siempre sabe uno exacta mente dónde se encuentra la pista al aproximarse a ella -hasta casi puede uno sacar la mano y tocarla. Los juegos completos para construir el SJ se ofrecerán a un precio de 21,400 dólares. También se venderán modelos de producción, listos para volar, por una suma de 29.000 dólares. A estos precios, no puede decirse que el diminuto reactor sea una 'baratija'. Ni tampoco ha sido concebido para principiantes sin
experiencia, Se trata de un avión de alto rendimiento que requiere el manejo de un aviador experimentado, por la que resulta ideal para los aficionados avanzados que ya tenga suficiente experiencia en la conducción de aviones de hélice y que ahora buscan algo más complejo. Sea cual sea su futuro, el reactor Bede representa un importante avance en la aviación deportiva.
Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 27 - Febrero de 1974 - Número 2