LOS HABITANTES DE LA TIERRA están preparando muchas clases de combustibles
para impulsarse a sí mismos fuera de este mundo en que vivimos.
1. La gasolina es económica, y su flujo es fácil
de regular. Sin embargo, resulta difícil de almacenar y de manipular.
Además, no es de toda confianza, ya que el cohete que la use tiene
que ser muy complicado, y existen por lo tanto muchas posibilidades de
que se descomponga. Su índice de empuje es de moderado a bajo,
aproximadamente de 270 libras por cada libra de combustible que se consume
por segundo. El empuje de la kerosina es también bastante bajo.
2. Los combustibles exóticos. Algunos son substancias
comunes difíciles de usar. El hidrógeno pudiera ser un combustible
poderoso si se emplease como tal, pero resulta sumamente difícil
mantenerlo en estado líquido. Sería posible liquidar el
hidrógeno, si se le permitiera combinarse con un elemento tal como
el boro, que tiene un elevado calor de combustión (25.000 unidades
térmicas británicas). Por lo tanto un buen combustible exótico
es el diborano (B2 H6) : su calor de combustión es de 31.000 unidades
térmicas británicas por libra. Pero los hidruros combinados
con boro son venenosos y fácilmente puede que hagan explosión.
3. Los combustibles sólidos son muy útiles,
ya que pueden desarrollarse en el interior del propio cohete. El material
combustible pudiera ser algo tan sencillo como la combustión de
caucho con el oxígeno de algún compuesto sólido.
Pero los cohetes que funcionan con combustibles sólidos tienen
la tendencia a consumir éstos irregularmente.
4. Los motores de fisión nuclear están
ahora en la fase de su desarrollo y, como es natural, proporcionan gran
empuje y duran mucho tiempo. Pero su escape radiactivo contaminaría
el sitio de lanzamiento. Tal vez el motor se emplee una vez efectuado
el despegue con algún combustible más seguro.
5. La fusión nuclear es algo que se empleará
en lo futuro, ya que la fusión controlada no se ha logrado todavía.
6. Las explosiones atómicas. Tal vez algún
día se usen las explosiones atómicas pequeñas para
impulsar cohetes o las naves espaciales.
7. El cohete de iones es uno en el cual las partículas
cargadas tales como los iones de cesio son acelerados por un campo eléctrico
y despedidos violentamente por la tobera. Es posible lograr fácilmente
que un átomo de cesio pierda un electrón (es decir, se ionice),
y entonces el campo eléctrico puede actuar sobre él. Puede
desarrollarse un empuje de más de 20.000 libras por cada libra
de cesio que se consuma cada segundo, pero lo cierto es que no resulta
nada fácil ionizar libras y libras de cesio.
8. El cohete de chorro de plasma funciona en la siguiente
forma: Se le inyecta alguna mezcla de combustible como si fuera vapor,
y una chispa eléctrica lo enciende. La combustión calienta
los componentes y los gases de expansión salen despedidos por la
tobera.
9. La propulsión solar es de varios tipos. Unos
espejos cóncavos (u otros dispositivos) pueden absorber la luz
solar y producir calor para calentar determinado tipo de gas, expulsándolo
así del motor. O el calor solar tal vez mueva una turbina que produce
electricidad para expulsar los iones. O la luz solar posiblemente pueda
usarse como una simple presión. En regiones de vacío alejadas
de los limitadores campos de gravitación, la aceleración
debida a la presión de la luz solar sobre las superficies grandes
finalmente proporciona una enorme velocidad a la nave espacial.
10. Otra energía del espacio, tal como las fajas
con energía de iones, al igual que las fajas Van Allen alrededor
de la Tierra, posiblemente se emplee en lo futuro. Hallando la forma de
pasar de una faja a otra, tal vez sea posible "navegar" casi
eternamente con este combustible que aun no se ha empleado.
Tal vez el hombre pueda aprovechar algunas de estas formas de energía
que existen en el llamado espacio vacío, a fin de llegar algún
día a las estrellas.
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