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¿Somos un error cósmico?
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Por Jim Wilson |
Una nueva forma para analizar la
luz procedente de estrellas distantes podría responder a una
de las preguntas básicas de la astronomía.
¿Es la Tierra algo único? El hecho de que nuestro
Sol -una estrella típica- luzca un collar de planetas
sugeriría que los millones de estrellas semejantes que
iluminan el universo podrían tener atavíos
semejantes. Hasta hace poco, cualquier astrónomo que lo
sugiriera era criticado por su falta de seriedad. Eso es, hasta que sus
instrumentos detectaron la existencia de planetas extrasolares (PeS).
Los astrónomos han descubierto por lo menos 18 PeS. Algunos
han ido más allá y han teorizado sobre la
presencia de vida en ellos. Pero lo que han encontrado sugiere que la
Tierra y sus vecinos inmediatos difieren más del resto de lo
que se había pensado.
Durante una reciente reunión de la Sociedad
Astronómica Estadounidense se discutieron las diferencias
principales entre los PeS y los planetas de nuestro sistema. La primera
es que los PeS son realmente grandes, casi del tamaño de
Júpiter. Su tamaño ha provocado que algunos
astrónomos sugieran que no se trata de planetas, sino de
enanas café -cuerpos celestes demasiado pequeños
para considerarse estrellas o planetas-. La segunda diferencia se
encuentra en la silueta de sus órbitas. Los PeS parecen
tener órbitas elípticas, tal vez debido a su
tamaño. Cuando los PeS se acercan entre ellos, las fuerzas
de gravedad varían su ruta. Sin embargo, una posibilidad
indica que la órbita de los PeS podría haber sido
alterada por las estrellas cercanas.
Algo es seguro: si la mayoría de los planetas en el universo
se parecen a los PeS descubiertos hasta la fecha, la Tierra y sus
vecinos son errores cósmicos.
Para superar las generalizaciones, los astrónomos necesitan
analizar a los PeS con más cuidado, empleando una nueva
clase de instrumento: el interferómetro.
A pesar de las variaciones que se introducen en su diseño,
todos los telescopios operan de la misma forma. Un paquete
óptico compuesto por lentes o espejos enfoca la luz hacia un
sensor. Mientras mayor sea el paquete, mejor será el
telescopio gracias a que reúne más luz y forma
una imagen más nítida. La desventaja es que los
telescopios grandes son pesados. Por ejemplo, el espejo principal del
telescopio Palomar pesa más de 100 toneladas.
Para crear telescopios con resolución suficiente para
resolver las preguntas básicas sobre los PeS -y tal vez
descubrir algunos más pequeños-, los
astrónomos necesitan construir una clase diferente de
telescopio. En lugar de emplear acero y concreto para sujetar las
piezas del paquete óptico, una computadora
acomodará pequeñas piezas de vidrio, las cuales
trabajarán como un espejo gigante.
Para producir este efecto, los elementos individuales pueden colocarse
por separado en el vacío del espacio. Lo primero que ocurre
cuando se empela esta distribución óptica es que
desaparece el objeto que se está observando. Es reemplazado
por una imagen abstracta que los científicos califican como
un "patrón de interferencia".
EL ojo humano no puede comprender los patrones de interferencia, pero
una computadora sí. Al combinar los patrones, una
computadora puede afinar la resolución de la imagen. Para
observaciones en espacio profundo, el telescopio ya no sirve. La mejor
alternativa será el interferómetro. Y para
resolver este enigma, un pequeño interferómetro
que la NASA incluirá en su sonda Deep Space 3, que
será lazada en 2002 ofrecerá la primera cuenta
realista de PeS cercanos.
Más importante: su capacidad para detectar planetas del
tamaño de la Tierra a una distancia de hasta 30
años luz nos dirá si nuestro más
antiguo hogar es tan único como parece. |
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Fuente: Revista Mecánica
Popular - Volumen 52 - Junio 1999 - Número 6 |
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