El cloro está en problemas -Abril 2001

Por Jim Wilson

Cualquiera puede pensar que el cloro es una maravilla y sinónimo de pulcritud. Se trata del principal desinfectante del agua y gracias a su introducción se erradicaron la tifoidea y el cólera de gran parte del planeta, las que antes se contraían con la facilidad de un resfriado. Pero ésa no es su única virtud. También es la base de los pesticidas que ayudaron a eliminar mosquitos y termitas de los plantíos de las zonas tropicales. Es el cimiento de los refrigerantes, sin los cuales el uso de refrigeradores y de aire acondicionado sería impensable. También lo encontramos en varios envases de plástico. Tiene como ventaja adicional que su producción es muy barata: se obtiene de la sal de agua, la que se somete a una corriente eléctrica para separar a los átomos de cloro de los de sodio.

No obstante lo anterior, el cloro no es tan bueno y un número cada vez más grande de científicos, ambientalistas y expertos en salud pública demandan que se prohíba su uso.

Después de una serie de estudios y varios debates, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) elaboró una lista de Contaminantes Orgánicos Persistentes más peligrosos para nuestro planeta (los denominados POP, por sus siglas en inglés). Para sorpresa del público, en la lista aparecieron 12 compuestos químicos que contienen cloro: los llamados organoclorados. De acuerdo con varios estudios, esos químicos incrementan los riesgos de contraer cáncer y que los bebés tengan defectos al nacer. También provocan reacciones alérgicas y daños en el sistema nervioso, el inmunológico y el reproductivo y reducen la reproducción de las especies animales al causar una mutación en su estrógeno. Como si fuera poco, son compuestos muy duraderos -una vez introducidos en el medio ambiente tardan muchos años en transformarse en estructuras químicas menos dañinas. Aunado a eso, se concentran, razón por la cual en algunos animales se han detectado POPs a niveles 70,000 veces mayor que en el entorno en donde viven.

Prohibición mundial
La dimensión del problema hizo que diplomáticos de 122 países se reunieran en Johannesburgo, Sudáfrica, para redactar las bases de un Tratado que prohibirá el uso global de los 12 organoclorados. Ocho son pesticidas. El más famoso es el DDT, al que se suman el aldrín, el clordano, el dieldrín, el endrín, el heptacloro, el mirex y el toxafeno.

otros dos son químicos industriales. Uno de ellos de amplio uso doméstico, los PBC (bifeniles policlorados), están presentes en aditivos para pintura y en plásticos. El otro es el hexaclorobenzeno, un compuesto muy peligroso que se usa para la fabricación de municiones, fuegos pirotécnicos y plástico sintético. No por ello creas que no estás expuesto a él, ya que antes se le incluía en productos de limpieza y es común encontrarlo en la atmósfera.

Los dos organoclorados restantes son las dioxinas y los furanos, que se liberan de forma no intencional durante procesos industriales para producir pesticidas, solventes y polivinílicos.

Adiós al cloro
El tratado redactado en Johannesburgo se firmará en mayo de este año (según la agenda preestablecida antes del cierre de esta edición) en estocolmo, Suecia. Posteriormente, tiene que ser ratificado por los gobiernos de al menos 50 países, un proceso que podría tardar varios años.

En cuanto esto ocurra, quedarán prohibidos totalmente 10 de los 12 organoclorados, excepto el DDT y los PBC. En el caso del primero, no hay sustituto para combatir al mosquito de la malaria. En el segundo, hay que dar tiempo a una metamorfosis industrial que, según los cálculos, estaría finalizada hasta 2025.

El tratado es flexible y podría haber excepciones de acuerdo a las particularidades de diversos países del mundo. Eso, por otro lado, también significa que la lista de 12 POPs podría tener nuevas adiciones en años por venir.

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Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 54 - Abril 2001 - Número 4