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Estás leyendo parte de la revista de Mayo de 1958
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Juega con Cometas y Negocia con Ellas
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Cuando el
contraalmirante Richard E. Byrd condujo la expedición
Operation Deepfreeze a la Antártica, sabía por
experiencia que se necesitarían altísimas antenas
de radio, de baja frecuencia, para mantenerse en constante contacto con
el resto del mundo, pues debido a su naturaleza especial, la
atmósfera polar atenúa las señales de
onda corta. El erigir gigantescos y costosos mástiles
requeriría el transporte de miles de toneladas de acero, en
condiciones muy desfavorables. Y una vez levantados,
tendrían que soportar los violentos temporales que con tanta
frecuencia azotan esa desolada región. Por esa
razón, Byrd decidió usar globos cautivos para
elevar las largas antenas. No obstante, contrariamente a los inseguras
bolsas de goma llenas de gas que se usaron durante la última
guerra, estos globos debían permanecer
prácticamente inmóviles en el cielo polar, a
pesar de la furia del viento, lo que no es poco pedir. |
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Fuente: Revista Mecánica
Popular - Volumen 22 - Mayo 1958 - Número 5 |
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