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EN
LA ERA ATOMICA hasta la sencilla linterna eléctrica llegará
a ser algo muy distinto de lo que es hoy en día. Hay ya linternas
atómicas sin baterías ni ninguna fuente de energía
externa, que producen luz de unos doce años de duración, o
quizá más, y de color blanco, verde, amarillo o azul. Las
luces, producidas por productos químicos, se utilizan para la iluminación
de mapas, cuadrantes de instrumentos y señales de emergencia instaladas
en edificios. |
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HOY EN DIA parece que es problema de aprovechar la energía de la
bomba de hidrógeno para fines pacíficos se reduce sólo
a una cuestión de tiempo, dólares e inteligencia.
Tanto los hombres de ciencia de los
Estados Unidos como de Rusia guardan ahora con menos reserva los secretos
atómicos, al menos en lo referente a las reacciones de la fusión.
El problema principal en éstas estriba en la conservación
del calor. Para obtener energía de la fusión, es necesario
calentar un combustible nuclear hasta unos 1000.000.000 de grados, o más,
y mantenerlo a esa temperatura hasta que se produzca la unión de
los núcleos. Una de
las soluciones propuestas consiste en el uso de un campo magnético
como "recipiente" para el combustible nuclear. En
el programa de investigaciones de los Estados Unidos, el sistema relativo
a este campo de la experimentación se denomina Proyecto Sherwood,
y todo parece indicar que con el tiempo llegará a ser más
famoso aún que el Proyecto Manhattan, que, como se recordará,
fué el nombre con que se conocieron los trabajos que condujeron a
la producción de la primera reacción en cadena y de su consecuencia
inmediata: la famosa bomba atómica. En
los primeros meses de este año se comenzará a construir en
Hunterston, cerca de Glasgow, Escocia, una fábrica atómica
de electricidad que, según se dice, será la mayor del mundo
en su género. Costará unos 98 millones de dólares,
y se calcula que para 1961 empezará a producir unos 360.000 kilovatios
de energía eléctrica. Tendrá dos reactores gemelos,
con 500 toneladas de uranio natural. Se espera que la fábrica permita
ahorrar alrededor de un millón de toneladas de carbón por
año. |
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APARENTEMENTE, las investigaciones atómicas actuales se ocupan
ya de la solución de problemas inherentes a la construcción
del aeroplano atómico. La Admiral Corporation anunció recientemente
la iniciación de un programa de investigación encaminado a
determinar el efecto de la radiactividad en los equipos electrónicos
del tipo requerido en la navegación aérea. Hace poco la Goodyear
construyó un nuevo laboratorio -el primero de su clase en la industria
del caucho- para hallar con exactitud los efectos que los fenómenos
radiactivos producen en el caucho. Al informar sobre el laboratorio, la
compañía expresó que "uno de los principales objetivos
que se persiguen es la fabricación de neumáticos para
avión resistentes a la radiación, que podrían usarse
en los aeroplanos atómicos del porvenir."
El laboratorio de la Goodyear está
provisto de una zona poderosamente protegida, denominada la "cueva,"
donde se guarda la sustancia radiactiva utilizada, que es el cobalto 60,
la cual se conserva en el fondo de un pozo de 5 metros de profundidad. Para
los experimentos, se levanta hasta el centro de la cueva, operación
que puede realizarse de modo que quede situada en el centro de un neumático.
Después que éste ha sido expuesto a los rayos gamma, se inspecciona
para determinar el daño que ha sufrido. El caucho es muy afectado
por las radiaciones. |
Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 20 -
Mayo 1957 - Número 5
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