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Estás leyendo parte de la revista de Marzo de 2003
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Cabezazos inseguros
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Los cascos hechos con hule espuma y
las bandas recubiertas diseñadas para la cabeza hacen poco
por suavizar el impacto de dar un cabezazo a una pelota de
Fútbol soccer, o al menos eso es lo que indica un nuevo
estudio.
Desde hace algún tiempo, se han relacionado los golpes entre
cabeza y pelota con una disminución en la capacidad mental
de los jugadores profesionales de fútbol, lo cual ha
impulsado un nuevo mercado para los fabricantes de artículos
deportivo. El equipo protector pueden reducir el riesgo de sufrir
heridas después de una colisión contra un poste
de la portería o contra otro objeto duro, pero no amortigua
el impacto provocado por un remate de cabeza, indicó Phil
Bayly, investigador de Whitaker en la Universidad de Washington.
Bayly y sus colegas probaron cuatro marcas de equipo protector. Cada
pieza fue colocada en la cabeza de un maniquí
metálico, sujeta a un cuello flexible, al cual se le
integraron sensores de presión. Después, se
arrojó un balón de soccer contra su frente
metálica a una velocidad de 3O a 40 kph para simular un
remate de cabeza, y a 55 kph para simular una colisión
más fuerte, como el impacto resultante después de
una pelota que rebota contra una barrera de jugadores. Los
investigadores midieron la aceleración pico, un proceso
común en estudios de impacto, particularmente en las pruebas
automotrices. Los cascos y accesorios para la cabeza amortiguaron el
impacto sólo cuando estos se presentaban a las velocidades
más altas.
El problema, explicaron, es que tanto el balón de soccer
como el equipo para la cabeza son relativamente suaves, de modo que
cuando chocan los cambios en su fuerza y aceleración son
mínimos. Un casco puede proteger contra objetos
duros -como el piso u otro casco- porque disipa la energía,
su tamaño reduce la velocidad del impacto y el recubrimiento
incrementa la duración del golpe, suavizándolo.
"Esto reduce la tensión que experimenta el cerebro", dijo
Bayly, quien jugó fútbol en su época
universitaria.
"En mi opinión. si el problema se encuentra en los
cabezazos, los cambios deberían hacerse al
balón", expresó Bayly. "Una pelota más
ligera y suave reducirá la aceleración. En el
fútbol de ligas juveniles, seria recomendable evitar los
cabezazos innecesarios (por ejemplo, durante los entrenamientos) , pero
en este momento es sólo una sugerencia."
Esta área de investigación representa un campo
enorme, dado que se calcula que 200 millones de personas juegan
fútbol soccer a nivel mundial. En algunos países,
los cascos y accesorios de protección para la cabeza
aún no son muy populares. pero se teme que los que existen
actualmente estén basados en una promesa falsa de seguridad.
Estas advertencias se dan después de la
presentación de varios estudios europeos que relacionan a la
práctica del fútbol con la aparición
de deficiencias mentales semejantes a las que afligen a algunos
boxeadores retirados. Un análisis efectuado en Holanda
encuestó a 84 jugadores profesionales activos,
pertenecientes a los clubes de la mejor liga del país. Los
investigadores estudiaron la relación entre el
número de cabezazos y el desempeño mental y
descubrieron que aquellos jugadores que golpeaban la pelota con la
cabeza con más frecuencia presentaban una
reducción en sus memorias visual y verbal y una incapacidad
cada vez mayor para concentrarse. La investigación realizada
por Bayly y sus compañeros no examinó
cómo los cascos afectan la rotación del cuello
provocada por los golpes laterales. |
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Fuente: Revista Mecánica
Popular - Volumen 56 - Marzo 2003 - Número 3 |
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