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Cabezazos inseguros
Los cascos hechos con hule espuma y las bandas recubiertas diseñadas para la cabeza hacen poco por suavizar el impacto de dar un cabezazo a una pelota de Fútbol soccer, o al menos eso es lo que indica un nuevo estudio.

Desde hace algún tiempo, se han relacionado los golpes entre cabeza y pelota con una disminución en la capacidad mental de los jugadores profesionales de fútbol, lo cual ha impulsado un nuevo mercado para los fabricantes de artículos deportivo. El equipo protector pueden reducir el riesgo de sufrir heridas después de una colisión contra un poste de la portería o contra otro objeto duro, pero no amortigua el impacto provocado por un remate de cabeza, indicó Phil Bayly, investigador de Whitaker en la Universidad de Washington.

Bayly y sus colegas probaron cuatro marcas de equipo protector. Cada pieza fue colocada en la cabeza de un maniquí metálico, sujeta a un cuello flexible, al cual se le integraron sensores de presión. Después, se arrojó un balón de soccer contra su frente metálica a una velocidad de 3O a 40 kph para simular un remate de cabeza, y a 55 kph para simular una colisión más fuerte, como el impacto resultante después de una pelota que rebota contra una barrera de jugadores. Los investigadores midieron la aceleración pico, un proceso común en estudios de impacto, particularmente en las pruebas automotrices. Los cascos y accesorios para la cabeza amortiguaron el impacto sólo cuando estos se presentaban a las velocidades más altas.

El problema, explicaron, es que tanto el balón de soccer como el equipo para la cabeza son relativamente suaves, de modo que cuando chocan los cambios en su fuerza y aceleración son mínimos. Un casco puede proteger contra objetos  duros -como el piso u otro casco- porque disipa la energía, su tamaño reduce la velocidad del impacto y el recubrimiento incrementa la duración del golpe, suavizándolo. "Esto reduce la tensión que experimenta el cerebro", dijo Bayly, quien jugó fútbol en su época universitaria.

"En mi opinión. si el problema se encuentra en los cabezazos, los cambios deberían hacerse al balón", expresó Bayly. "Una pelota más ligera y suave reducirá la aceleración. En el fútbol de ligas juveniles, seria recomendable evitar los cabezazos innecesarios (por ejemplo, durante los entrenamientos) , pero en este momento es sólo una sugerencia."

Esta área de investigación representa un campo enorme, dado que se calcula que 200 millones de personas juegan fútbol soccer a nivel mundial. En algunos países, los cascos y accesorios de protección para la cabeza aún no son muy populares. pero se teme que los que existen actualmente estén basados en una promesa falsa de seguridad.

Estas advertencias se dan después de la presentación de varios estudios europeos que relacionan a la práctica del fútbol con la aparición de deficiencias mentales semejantes a las que afligen a algunos boxeadores retirados. Un análisis efectuado en Holanda encuestó a 84 jugadores profesionales activos, pertenecientes a los clubes de la mejor liga del país. Los investigadores estudiaron la relación entre el número de cabezazos y el desempeño mental y descubrieron que aquellos jugadores que golpeaban la pelota con la cabeza con más frecuencia presentaban una reducción en sus memorias visual y verbal y una incapacidad cada vez mayor para concentrarse. La investigación realizada por Bayly y sus compañeros no examinó cómo los cascos afectan la rotación del cuello provocada por los golpes laterales.
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Cabezazos inseguros - Marzo 2003

Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 56 - Marzo 2003 - Número 3


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Idea original de Mi Mecánica Popular por: Ricardo Cabrera Oettinghaus