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Estás leyendo parte de la revista de Julio de 1956
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EN
LA Universidad de California, Los Angeles, se ha establecido un centro científico
donde se recopila y evalúa toda la información sobre el núcleo
atómico que pueda obtenerse de diversos laboratorios a través
del mundo. Dicha información es estudiada por hombres y por cerebros
electrónicos. Los estudios indican que el núcleo no tiene
un borde agudo. El Dr. David Saxon, quien dirige al grupo de físicos
dedicados a esta investigaciones, compara el núcleo a un ovillo de
lana con una superficie felpuda, o a una nube cuyos bordes se desvanecen
en el espacio. Describe el ataque del átomo por parte de ciclotrones
y otros instrumentos como "el tratar de determinar la forma de una
casa en la oscuridad, lanzando pelotas de tenis contra ella para que reboten
de sus paredes. Los neutrones y protones disparados por estos desmenuzadores
de átomos son como pelotas luminosas de tenis. Con notar la manera
en que las pelotas rebotan, estamos comenzando a averiguar cuál es
la verdadera forma que tiene el núcleo del átomo."
Estas investigaciones básicas proporcionarán información
de importancia para ciertas aplicaciones futuras. Por ejemplo, el Ejército
está tratando de encontrar un medio de propulsar grandes camiones
con fuerza atómica. Es probable que dichos camiones se empleen para
tirar de trenes de remolques cargados de equipo y provisiones para tropas
en lugares aislados. Cierto ingeniero opina que el motor atómico
para un camión de este tipo tendría que tener un ancho de
unos 3 metros y un peso de aproximadamente 100 toneladas, debido al blindaje
que tendría que llevar afín de proteger a los camioneros contra
las radiaciones.
La protección contra radiaciones atómicas también se
tomó en consideración en otro lugar, al desarrollar los científicos
de la General Electric una cabeza de caucho (arriba) con el fin de probar
la eficacia de las máscaras que usan los que trabajan con rayos atómicos,
para no sufrir sus letales efectos. Unas bombas instaladas en la cabeza
"respiran" a través de la máscara. Un filtro dentro
del "esófago" de caucho retiene cualquier partícula
radiactiva que entre a la máscara. De esta manera, es posible establecer
si ésta es eficaz o no.
Otra
medida de protección contra el átomo lo constituye lo que
probablemente pueda considerarse como la caja de caudales más radiactiva
del mundo (abajo, izquierda). La caja, que se ha construído en la
planta atómica de Hanford, Washington, consiste en un cilindro de
15 toneladas. Se halla en un sótano y se usa para almacenar muestras
radiactivas de uranio que se han sometido a reacciones en cadena, dentro
de un reactor que produce plutonio. Las muestras se guardan en receptáculos
cilíndricos bajo una tapa de acero con un grosor de 25 centímetros.
Cuando alguien quiere una muestra. le da vuelta a una rueda que hace girar
a uno de los receptáculos abajo. Esta alinea la muestra con el agujero
de acceso. Luego se coloca una cuba de plomo de una tonelada sobre el agujero,
y un mecanismo de garras coge la muestra y la alza para colocarla dentro
de la cuba.
Se están usando trazadores radiactivos para averiguar la eficacia
de ciertos nuevos insecticidas. Usando dichos trazadores, se puede seguir
la trayectoria del insecticida por el cuerpo del insecto. Estos estudios
dan a conocer cómo un insecto puede convertir una substancia nociva
en una inofensiva. |
Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 19 -
Julio 1956 - Número 1
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