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¿Piensa que es nuevo? ¡Piense otra
vez! La sucia verdad sobre las aspiradoras
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Por Mary Seelhorst |
Presente:
Las pequeñas aspiradoras de mano limpian la conciencia
mundial. Siempre en busca de una mejor alternativa, los fabricantes
promueven la conveniencia de estas unidades
“como-polvo”. ¿Quién desea
una larga e incómoda manguera y llevar un enorme motor de un
lado a otro, cuando el mismo principio cuenta con una
versión en miniatura?
La publicidad que rodea las aspiradoras de propósitos
específicos ha sido tan exitosa que muchas personas
más de una. Yo tengo tres: una escoba eléctrica,
una para humedad y una recargable inalámbrica. ¡Y
hay una sola alfombra en la casa! Ahora que tenemos las mini-vacs, la
tapicería, las cortinas y los interiores del auto nunca
habían estado tan limpios. ¿O sí lo
estuvieron?
Pasado:
¿Piensa que las aspiradoras pequeñas son nuevas?
¡Piense otra vez!
Sabemos que las aspiradoras han existido durante muchas
décadas. Pero hasta que consulté ese viejo
volumen de Popular Mechanics, me enteré que las aspiradoras
pequeñas habían existido durante tanto tiempo.
PM mostró una aspiradora pequeña en 1923, tan
pequeña y ligera que podría colgarse del hombro y
ser transportada hacia las áreas más
difíciles de alcanzar. Entre ellos, se encontraban los
asientos del auto, radiadores, motores y equipo telefónico.
Pesaba tres kilos, lo mismo que la actual aspiradora Dirt Devil Ultra
Hand Vac.
Las aspiradoras portátiles eran una idea novedosa en 1923.
Pero “portátil” es un término
relativo. Justo como las primeras radios o computadoras
portátiles tenían el tamaño de un
portafolios, las aspiradoras portátiles eran mucho
más grandes de lo que pudiera imaginar.
Las primeras aspiradoras de motor en los Estados Unidos aparecieron a
principios de siglo y requerían instalación.
Ahora conocidas como aspiradoras centrales, eran grandes plantas
instaladas de manera permanente en el sótano de edificios
grandes, con tubos y mangueras integrados a la pared. Pero su
tamaño y costo impedían su uso en casas privadas.
Muchos inventores juguetearon con el concepto básico de la
limpieza por succión durante las primeras dos
décadas del siglo XX. Pero fue Murray Spangler, de Ohio,
quien en 1908 diseño la configuración utilizada
hasta nuestros días. La vendió una de sus
aspiradoras a una prima, y le agradó tanto que su
esposo, que trabajaba en el mercado de la piel, compró los
derechos para fabricarla. El esposo se apellidaba Hoover.
La historia de la aspiradora estaba comenzando. En 1909,
sólo el 10% de los hogares contaba con
instalación eléctrica. Y a la gente no le
agradaba saber que, a pesar de lo mucho que barrían y
golpeaban sus alfombras , estas continuaban sucias.
Después de la Primera Guerra Mundial, los vendedores
salieron a las calles. Cada día más casas
contaban con electricidad, y representaban clientes en potencia. Los
fabricantes buscaban ideas novedosas para persuadirlos. Las
pequeñas aspiradoras de mano fueron ofrecidas por algunos de
ellos. Muchas incluían accesorios. El utensilio favorito era
la secadora de cabello: la aspiradora presentada también
servía para secar el cabello después de lavarlo,
Las combinaciones de aspiradora/secadora de cabello han pasado -por
fortuna- a la historia, pero los modelos de mano no. Al menos
descubrimos una historia que había sido escondida durante
años debajo de la alfombra. |
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Fuente: Revista Mecánica
Popular - Volumen 51 - Mayo 1998 - Número 5 |
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