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Empleando el agua de la Luna
Por Jim Wilson
Desde que la NASA anunció que su sonda Prospector había encontrado hielo  en la Luna, ha crecido el entusiasmo -y  las propuestas- para utilizar el recurso.  El descubrimiento, aun así, no significa  que la Luna esté llena de agua. Todo el líquido lunar apenas llenaría un lago terrícola pequeño. Pero cuando cada gota vale su peso en oro, se debe aprovechar  hasta la cantidad más pequeña. Así que, en lugar de utilizarla para algo tan ordinario como beber -al igual que los astronautas de la Mir, los exploradores beberán sudor reciclado-. el agua lunar será convertida en hidrógeno y oxígeno.

Animados por el descubrimiento,  los astrónomos ahora quieren utilizar  el líquido para crear un observatorio permanente en el lado oscuro de la Luna. Allí. protegidos contra el Sol. los telescopios capturarían imágenes carentes de interferencia luminosa.

Los astrónomos no son los únicos  con propuestas creativas. Los científicos proyectan convertir a nuestro satélite en  una estación espacial de combustible, en donde las misiones que se dirigen hacia Marte y otros satélites con agua -como Europa- puedan rellenar sus tanques.  Mientras tanto. aquéllos que desean alcanzar las estrellas sueñan con una estación para ensamblado de cohetes impulsados mediante energía nuclear; así,  alcanzarían las altas velocidades requeridas para viajar a soles lejanos.

La primera señal se presentó en  l996, cuando la misión Clementine ( un proyecto conjunto de la NASA y el Departamento de Defensa de Estados  Unidos) transmitió datos que indicaban la existencia de hielo dentro de un  cráter. Los instrumentos a bordo de la  reciente misión Prospector sugirieron  que los primeros 45 cm de la superficie lunar contienen entre 10 y 300 millones de toneladas de agua, la mayor parte reunida en los polos.

En teoría. para utilizar este líquido  bastaría con versiones a escala industrial de equipo que se encuentra en cualquier laboratorio escolar: un alambique para calentar el pedregoso terreno de la Luna y capturar la humedad  que escape, y equipo para electrólisis  que divida las moléculas de agua en  hidrógeno y oxígeno. La NASA estima  que el líquido lunar puede transformarse en combustible y oxidante suficientes para impulsar más de un millón de lanzamientos de transbordador.

Sin embargo, antes de cavar pozos  en la Luna, es necesario solucionar dos problemas fundamentales: el polvo y los trajes espaciales. ¿Recuerda la huella de Neil Armstrong que aparece en  todos los documentales? Ese mismo  polvo descompuso instrumentos en todas las misiones Apolo. Esto significa que los caminadores lunares deberán ser tripulados para solucionar cualquier inconveniente. Por su parte, las barreras  de los trajes espaciales los vuelven demasiado pesados e impiden que los astronautas trabajen con comodidad.

Madhu Thangavelu, arquitecto espacial, cree que es posible solucionar ambos problemas mediante la combinación de dos viejas ideas: la rueda y la  cúpula. Sugiere que los astronautas permanezcan dentro de un caminador -llamado Nomad Explorer- que aterrizaría en una zona donde pueda haber  mucha agua, como los polos. Después  de alunizar, el Nomad Explorer utilizaría su brazo robótico para conectarse a  un remolque de potencia auxiliar. Combinados, los sistemas de celdas de combustible y baterías solares generarían  potencia suficiente para miles de kilómetros de viaje y para mantener a una tripulación de seis integrantes.

Lo que distingue al Nomad Explorer  de otros caminadores es su cúpula para actividad fuera del vehículo. Al viajar,  Nomad se detendría en los puntos donde previamente se habrían depositado paquetes con equipo científico; la campana se colocaría sobre una esterilla y se  conectaría herméticamente con ella. La tripulación, sin necesidad de trajes especiales. podría trabajar en el área creada.

Thangavelu cree que el Nomad Explorer podría hacer mucho por el programa espacial, sin limitarse a la construcción de una base lunar. La velocidad  con la que permitiría trabajar a los estudiosos crearía la sensación de progreso,  tan necesaria para conservar la atención  pública. Y, con el paso del tiempo, el Nomad Explorer podría convertirse en el  primer autobús turístico de la Luna.
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Empleando el agua de la Luna - Agosto 1998

Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 51 - Agosto 1998 - Número 8


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Idea original de Mi Mecánica Popular por: Ricardo Cabrera Oettinghaus