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Estás leyendo parte de la revista de Agosto de 1998
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Empleando el agua de la Luna
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Por Jim Wilson |
Desde que la NASA
anunció que su sonda Prospector había encontrado
hielo en la Luna, ha crecido el entusiasmo -y las
propuestas- para utilizar el recurso. El descubrimiento, aun
así, no significa que la Luna esté
llena de agua. Todo el líquido lunar apenas
llenaría un lago terrícola pequeño.
Pero cuando cada gota vale su peso en oro, se debe
aprovechar hasta la cantidad más
pequeña. Así que, en lugar de utilizarla
para algo tan ordinario como beber -al igual que los astronautas de la
Mir, los exploradores beberán sudor reciclado-. el agua
lunar será convertida en hidrógeno y
oxígeno.
Animados por el descubrimiento, los astrónomos
ahora quieren utilizar el líquido para crear un
observatorio permanente en el lado oscuro de la Luna. Allí.
protegidos contra el Sol. los telescopios capturarían
imágenes carentes de interferencia luminosa.
Los astrónomos no son los únicos con
propuestas creativas. Los científicos proyectan convertir a
nuestro satélite en una estación
espacial de combustible, en donde las misiones que se dirigen hacia
Marte y otros satélites con agua -como Europa- puedan
rellenar sus tanques. Mientras tanto. aquéllos que
desean alcanzar las estrellas sueñan con una
estación para ensamblado de cohetes impulsados mediante
energía nuclear; así,
alcanzarían las altas velocidades requeridas para viajar a
soles lejanos.
La primera señal se presentó en l996,
cuando la misión Clementine ( un proyecto conjunto de la
NASA y el Departamento de Defensa de Estados Unidos)
transmitió datos que indicaban la existencia de hielo dentro
de un cráter. Los instrumentos a bordo de
la reciente misión Prospector sugirieron
que los primeros 45 cm de la superficie lunar contienen entre 10 y 300
millones de toneladas de agua, la mayor parte reunida en los polos.
En teoría. para utilizar este líquido
bastaría con versiones a escala industrial de equipo que se
encuentra en cualquier laboratorio escolar: un alambique para calentar
el pedregoso terreno de la Luna y capturar la humedad que
escape, y equipo para electrólisis que divida las
moléculas de agua en hidrógeno y
oxígeno. La NASA estima que el líquido
lunar puede transformarse en combustible y oxidante suficientes para
impulsar más de un millón de lanzamientos de
transbordador.
Sin embargo, antes de cavar pozos en la Luna, es necesario
solucionar dos problemas fundamentales: el polvo y los trajes
espaciales. ¿Recuerda la huella de Neil Armstrong que
aparece en todos los documentales? Ese mismo polvo
descompuso instrumentos en todas las misiones Apolo. Esto significa que
los caminadores lunares deberán ser tripulados para
solucionar cualquier inconveniente. Por su parte, las
barreras de los trajes espaciales los vuelven demasiado
pesados e impiden que los astronautas trabajen con comodidad.
Madhu Thangavelu, arquitecto espacial, cree que es posible solucionar
ambos problemas mediante la combinación de dos viejas ideas:
la rueda y la cúpula. Sugiere que los astronautas
permanezcan dentro de un caminador -llamado Nomad Explorer- que
aterrizaría en una zona donde pueda haber mucha
agua, como los polos. Después de alunizar, el
Nomad Explorer utilizaría su brazo robótico para
conectarse a un remolque de potencia auxiliar. Combinados,
los sistemas de celdas de combustible y baterías solares
generarían potencia suficiente para miles de
kilómetros de viaje y para mantener a una
tripulación de seis integrantes.
Lo que distingue al Nomad Explorer de otros caminadores es su
cúpula para actividad fuera del vehículo. Al
viajar, Nomad se detendría en los puntos donde
previamente se habrían depositado paquetes con equipo
científico; la campana se colocaría sobre una
esterilla y se conectaría
herméticamente con ella. La tripulación, sin
necesidad de trajes especiales. podría trabajar en el
área creada.
Thangavelu cree que el Nomad Explorer podría hacer mucho por
el programa espacial, sin limitarse a la construcción de una
base lunar. La velocidad con la que permitiría
trabajar a los estudiosos crearía la sensación de
progreso, tan necesaria para conservar la
atención pública. Y, con el paso del
tiempo, el Nomad Explorer podría convertirse en el
primer autobús turístico de la Luna.
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Fuente: Revista Mecánica
Popular - Volumen 51 - Agosto 1998 - Número 8 |
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