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Estás leyendo parte de la revista de Enero de 1956
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Eficaz
Radio Montado en Techo de Auto
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SI SU COCHE es un modelo
convertible, este
radio, definitivamente, no es el que usted necesita. Pero si desde hace
tiempo ha estado usted deseando instalar un radio en su
camión, por ejemplo, y no dispone de suficiente
espacio en el panel de instrumentos del vehículo,
he aquí la solución de su problema. El
empleo de este receptor no se limita a camiones,
exclusivamente, ya que sus muchas características
lo hacen ideal para instalarlo en la mayoría
de las camionetas de estación,
automóviles de pasajeros y cruceros de
cabina.
Toda persona que proyecta la instalación de un
radio de automóvil, se encuentra básicamente
interesada en tres cosas: Costo inicial, funcionamiento y
conservación del receptor. En esos tres campos,
este aparato se asegura que es superior a las unidades
montadas en el panel de instrumentos. Su peso es de
sólo poco más de 3 kilos, incluyendo la
antena, y funciona lo mismo con corriente de 6 voltios que de
12. Se instala fácilmente, perforando un
agujero de 5/8” en el techo del coche en cuestión,
y conectando un solo alambre desde el receptor al interruptor
de encendido.
En cuanto a rendimiento, el montaje en lo alto, del tipo usado en
aviones, de este radio de seis tubos, se dice que proporciona asombrosa
libertad de estática y de ruidos del motor y de la
carretera. La posición “en
línea” del altoparlante aumenta la cantidad de
sonido audible. Esta característica hace
innecesario ampliar el volumen hasta el punto de distorsión,
aun cuando
el automóvil se conduzca a considerable velocidad.
Una antena de largo fijo, conectada al receptor mediante una
línea de 5”, permite el equilibrio adecuado de
aquélla al receptor, en cualquier condición
existente, aumentando con ello considerablemente la sensibilidad del
aparato.
En cuanto a la conservación del receptor, es indudable que
sus montajes de caucho a prueba de vibración, y la excelente
ventilación que se le proporciona al conjunto, aumentan la
vida útil de sus diferentes componentes.
Cuando haya que repararlo, no es necesario volverse contorsionista para
llegar hasta el receptor; ni tampoco se requiere pagarle a un
técnico para que lo desmonte y reinstale. Simplemente quite
las cuatro tuercas de mariposa, fácilmente accesibles, y el
aparato queda listo para transportarse al banco del taller. |
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Fuente: Revista Mecánica
Popular - Volumen 18 - Enero 1956 - Número 1 |
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