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CINCUENTA AÑOS DE INVENTOR
Aunque Copeman ha ganado más de un millón de dólares con un invento, todavía le gusta trabajar en su taller
CINCUENTA AÑOS DE INVENTOR
Tal vez su nombre no sea tan famoso como el de Edison, pero millones de amas de casa y sus esposos le agradecen a Lloyd Copeman sus inventos inagotables
Por Anita K. Cléber
COPEMAN se puso a oprimir distraídamente el talón de una de sus botas de caucho con la punta de la otra, y se percató que la costra de hielo que lo cubría se quebraba y desprendía en el sitio que se ejercía presión.
Y lo sorprendente es que un incidente tan baladí suscitó en el cerebro de Lloyd Groff Copeman la creación de una idea que le ha aportado un millón de dólares, pues lo que inventó en forma tan inopinada fué la gaveta de caucho para cubos de hielo del refrigerador. Ese día, estando él en el bosque recogiendo savia por entretenerse, sus botas se cubrieron de lodo que poco a poco se congeló, formándose una capa de hielo. De regreso del paseo se sentó a descansar y dió la casualidad que sus ojos se posaron en sus botas, lo cual, aunque parezca quimera, dió origen al invento de las gavetas de caucho para cubos de hielo. Pero lo notable es que éste no es más que uno de los numerosos inventos de Copeman que facilitan la ejecución de faenas cotidianas, especialmente en el campo de las tareas domésticas.
Esta es la historia de los notables descubrimientos de un hombre que, según él mismo lo declara, constituye un caso indiscutible de chifladura para muchos de sus vecinos. Una de las virtudes más extraordinarias de este señor de aspecto distinguido y cabello blanco, oriundo de Metamora, Michigan, es su prodigiosa memoria a los 71 años de edad.
En cuanto se le ocurrió la idea de las bandejas, se apresuró a notificarle a su abogado que tuviera listas las solicitudes de patentes de inventos para tres tipos de gavetas de caucho: una para gaveta totalmente de caucho, otra para gaveta con divisiones de caucho Únicamente, y la tercera para pequeños recipientes individuales y separados. Esa misma noche Copeman fué a Nueva York por otros asuntos y pidió permiso para usar el refrigerador del hotel, en el cual puso pequeños casquetes de caucho llenos de agua. A la mañana siguiente, después de desprender con deleite los cubos de hielo, telegrafió lleno de gozo a su abogado para que tramitara la solicitud de la gaveta totalmente de caucho.

La cocina eléctrica, a diferencia de la gaveta de caucho, no gozó de la inmediata acogida de las amas de casa.
Los consumidores de cubos de hielo en los EE. UU. acogieron con gran entusiasmo la idea de Copeman, con el resultado que recibió más de un millón de dólares por concepto de derechos de patente.
Los inventos de Copeman incluyen desde artículos tan indispensables a la moderna ama de casa como lo es la cocina eléctrica, hasta un sistema usado en todo el mundo para engrasar los cojinetes de automóviles.
La cocina eléctrica tuvo como punto de partida un termostato inventado por Copeman que indicaba de modo automático cuándo las estaciones de los transformadores para alambres de alta tensión estaban al quemarse.
En esos lejanos días del año 1906, algunas mujeres llevaban a cabo sus artes culinarias en un artefacto que se conocía por el nombre de "cocinilla sin fuego." Se trataba de una estrambótica caja de madera que contenía esteatita calentada, sobre la cual se ponían los cacharros de cocina. Lo que Copeman hizo fue aplicar la idea de su termostato para transformadores a una cocinilla sin fuego y sustituir la esteatita por una unidad eléctrica.
Pocos años después, Copeman y el finado J. D. Dort, uno de los fundadores de la industria automotriz, establecieron en Flint, Michigan, la Copeman Electric Stove Company. Se inició en 1912 con 22 accionistas y un capital de 500,000 dólares.
Los residentes de Flint, centro productor de carruajes, posiblemente se entusiasmaron con la cocina de Copeman, pero no pasó lo mismo en el resto del país. La cocina eléctrica, a diferencia de la gaveta de caucho, no gozó de la inmediata acogida de las amas de casa.
Un día se hallaba Copeman sentado solo y cabizbajo en su puesto de exhibición de una exposición industrial en Philadelphia, en la que varios fabricantes mostraban las excelencias de sus productos a distribuidores potenciales. En todo el día no se le había aproximado una sola persona. Y ahora, pese a su incredulidad, avanzaba un señor entrado en años y de buena presencia que se detuvo y mostró interés en la estufa de Copeman.
Ideó la bandeja de caucho al notar la facilidad con que se desprendia el hielo de una bota de goma
Ideó la bandeja de caucho al notar la facilidad con que se desprendia el hielo de una bota de goma
Un invento reciente es un capuchón para latas de pintura que conserva limpios los canales de cierre
Un invento reciente es un capuchón para latas de pintura que conserva limpios los canales de cierre
"¿Y cómo le va con su artículo, joven?" inquirió el desconocido.
"Bien y mal. Tenemos un buen producto; pero una condenada organización de ventas, que es precisamente lo que está a mi cargo," contestó Copeman con desparpajo.
"Pues nosotros tenemos una buena organización de ventas, pero ningún artículo adecuado para cocinar," replicó el caballero, que era nada menos el presidente de la Westinghouse Electric Corporation.
Después de unos cuantos días arribaron a un entendimiento, por medio del cual la compañía de cocinas de Copeman fué absorbida por la Westinghouse. La cosa sucedió el año 1918.

Mecanismo para remolque que hace girar las ruedas traseras a fin de lograr la estabilidad de la carga
Mecanismo para remolque que hace girar las ruedas traseras a fin de lograr la estabilidad de la carga
Uno de los primeros inventos que le aportó ganancias hizo su aparición el año 1900. Era un instrumento cauterizador para cirugía. Otro invento que desde el punto de vista financiero no dió gran resultado, pero que sin lugar a dudas encierra gran valor práctico, es su cordón flexible de caucho para tendedero interior. El cordel es de aproximadamente 30 centímetros de largo y consta de tres cabos de caucho hueco trenzado. Puede estirarse hasta a 2.45 metros y las prendas lavadas se sujetan entre los cabos hasta que se secan.
Parte de sus invenciones se debieron al hecho de haber pasado Copeman la mayor parte de su vida en uno de los centros de producción de automóviles más grande del mundo. Algunas de sus ideas murieron al nacer. Una de las que tuvo éxito y que hoy se usa en todo el mundo es un sistema de alta presión para engrasar los cojinetes de automóviles. La idea fué vendida, antes de perfeccionarse, por la suma de 178,800 dólares.
Otro ingenioso descubrimiento, ahorrador de trabajo y de molestias, fué el fruto de una sugerencia que le hiciera en forma casual su esposa. Un buen día se hallaban los dos de compras, cuando ella observó una tostadora.
"¿Por qué no inventas una tostadora que voltee el pan automáticamente? ," preguntó ella como quien no dice nada.
Yeso es precisamente lo que hizo él. Empleó un sistema de perilla y soporte que volteaba el pan sin necesidad de tocarlo. Fué ésta el primer modelo de tostadora automática.
Una de las contribuciones de Copeman, la cual es de suma utilidad y tiene innumerables usos, es su aplicación del látex en la forma líquida natural en que se le extrae del árbol de caucho. El distinguido inventor descubrió que este producto, al aplicarse al papel, forma un adhesivo frío y fuerte que se pega a sí mismo pero no a cosa alguna.
Copeman está al momento en espera del resultado de las pruebas sobre la utilización del látex como un posible medio de hacer sobres inviolables para uso del gobierno. No puede abrirse el sobre sin rasgar el mensaje. Otro uso del látex es una cubierta protectora de papel para despachar piezas de automóvil.
Entre sus otros inventos patentados está un procedimiento de refrigeración para camiones de distribución de carne. El sistema consiste en derretir hielo seco en un baño de líquido incongelable; los gases resultantes empujan el líquido helado a través de los tubos que hay en el camión. También ideó un capuchón para latas de pintura a fin de conservar limpia la parte superior del envase y poder cerrar bien la tapa cuando sólo se usa parte de la pintura. Todavía no está en producción.
No cabe duda que Copeman continuará contribuyendo con nuevas invenciones. Después de todo, no puede desilusionar a sus vecinos.

Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 16 - Enero 1955 - Número 1



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Idea original de Mi Mecánica Popular por: Ricardo Cabrera Oettinghaus