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Estás leyendo parte de la revista de Abril de 1951
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Stanley Hiller se dispone a montar en el helicóptero
ideado por él mismo. Este nuevo aparato puede llevar dos personas
y es impulsado por medio de arietes de reacción |
¿DESEARIA usted tener un helicóptero
lo bastante pequeño para aterrizar en su patio y lo suficientemente
grande para transportar dos personas?
¿Sí? Pues ya se está fabricando.
Hace muy pocos días que Stanley Hiller me llevo a pasear en un aparato
así. Hiller, a pesar de que sólo tiene 26 años de edad..
es el presidente de la compañía Hiller Helicopters, de Palo
Alto, California, la empresa que durante el año pasado vendió
más Helicópteros que todas las otras fábricas juntas.
Su aparato mayor, el "Hiller 360" sirve para transportar carga,
regar insecticidas, ayudar a extinguir incendios en los bosques y otras
labores similares. |
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El piloto y el pasajero van sentados en el tanque (1) Bastón
de dirección. (2) Indicador de velocidad del rotor. (3) Velocidad
del aire. (4) Altímetro. (5) Botón de arranque. (6) Medidor
del flujo de combustible. (7) Acelerador y control para subir o bajar |
El nuevo "Hiller Hornet" es un vehículo pequeño,
personal; su precio es menos de 5000 dólares, o sea la quinta parte
de lo que cuesta un helicóptero ordinario. Más tarde ese precio
podrá ser reducido posiblemente a menos de la mitad. Si no hubiera
sido por el problema de Corea, el Hiller Homet estaría ya a la venta
para el público en general; por el momento se está fabricando
únicamente para las fuerzas armadas.
Hiller me llevó en auto desde su moderna fábrica hasta una
destartalada casa situada en una granja, para mostrarme el nuevo aparato.
La granja parece haber estado abandonada por muchos años y aquí,
protegido de las miradas indiscretas, Hiller hace ensayos secretos para
mejorar en todo aspecto sus máquinas de vuelo. |
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El "Hornet" es tan estable que se pueden soltar
los controles en pleno vuelo |
"Aparte del personal técnico de la fábrica, usted es
la primera persona que ve el nuevo helicóptero," me dijo mientras
abría la puerta de un garaje y penetrábamos en él.
"Ahora la sacaré y "Volaremos." Tranquilamente con
una sola mano, arrastró hacia afuera el pequeño aparato, que
mide 3.86 metros de largo y lleva encima un rotor con dos delgadas aspas.
Me llamaron la atención los tubos cortos y gruesos que lleva este
helicóptero en los extremos de sus aspas. "Son los arietes reactores
-me explica Hiller- No tienen partes móviles; nada que se pueda descomponer.
Cada ariete pesa algo menos de 5 kilos y entre los dos desarrollan 70 HP."
Nos sentamos una junto al otro sobre el tanque de combustible, que está
acojinado para servir de asiento, y Hiller empezó a explicarme los
controles de mando: "Esta barra o bastón horizontal entre usted
y yo es el control colectivo del ángulo de ataque; cuando usted la
levanta, el aparato se eleva; cuando la baja, el aparato desciende. La empuja
hacia un lado y el fuselaje gira con objeto de alinearlo con la dirección
del vuelo. Cómo usted verá, no hay pedales.
El control cíclico del rotor es esa barra curvada que viene de arriba,
y su función es gobernar la dirección del vuelo; si se empuja
hacia adelante, el helicóptero avanza; si se echa hacia atrás,
retrocede. Si se desea virar, simplemente se empuja la barra en la dirección
deseada. Eso es todo." |
El pequeño y nuevo helicóptero propulsado por
reactores se ve aquí junto a un modelo grande movido por motor de
gasolina |
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Cuando los arietes reactores del helicóptero
funcionan en la obscuridad producen esta especie de halo |
Fotografía del halo que producen los reactores del
helicóptero cuando éste va ascendiendo lentamente |
Entre los pies de Hiller y los míos había un
pequeño pedestal de instrumentos con un tacómetro de la velocidad
del rotor, un indicador de la velocidad en el aire, un altímetro,
un indicador del flujo de combustible, un botón para el encendido
y un mango que mueve una bomba cuya finalidad es iniciar la corriente de
combustible que va a los motores. Hiller bombeó primero el combustible
y luego se volvió hacia un lado para darle vueltas a una manivela
que está acoplada al rotor.
Cuando el aparato sea lanzado al mercado, dice Hiller, se ofrecerán
tres clases diferentes de dispositivos de arranque; la manivela, un motor
eléctrico conectado aun acumulador o un pequeño motor de gasolina
enfriado por aire, que se arranca tirando de una cuerda. |
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La función de éstos es hacer girar el rotor
hasta que alcance 50 revoluciones por minuto, momento en que pueden prenderse
los arietes y el rotor comienza a funcionar normalmente.
Hiller oprimió el botón del encendido e inmediatamente brotó
una llama de los reactores, la cual desapareció al consumirse el
exceso de combustible. A la luz del día, los reactores funcionaban
sin que se notara fuego ni humo alguno en ellos. Fotografías tomadas
en la obscuridad revelan, sin embargo, que el escape de los arietes produce
un halo azulado cuando funcionan a su máxima eficiencia. Lo que me
sorprendió fué que el ruido de estos motores no es tan alto
como yo esperaba. Podíamos conversar sin gran trabajo. |
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La cola del helicóptero puede quitarse
en sólo tres minutos |
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Este modelo del helicóptero impulsado
por arietes reactores puede llevar a un herido en una camilla |
No fué necesario esperar a que se calentaran los motores.
Hiller simplemente levantó el bastón de control colectivo
y ascendimos verticalmente. No sentí vibración alguna ni siquiera
la sensación de qué nos encontrábamos en el aire. Nos
quedamos suspendidos a menos de dos metros del suelo; un mecánico
se acercó por debajo y agarrando una rueda, trató de tirar
del vehículo. Tuvo que hacer grandes esfuerzos para mover el helicóptero
de un lado para otro; lo cual demuestra la gran estabilidad del aparato.
Hiller empujó hacia adelante la barra de control cíclico y
empezamos a movernos, elevándonos lentamente hasta pasar sobre una
cerca próxima. Volamos hacia la fábrica a poca altura y luego
descendimos en la rampa de la misma, donde unos mecánicos estaban
haciendo ajustes a varios helicópteros "360."
Cuando volábamos de regreso a la zona experimental, tomé yo
los controles y pude observar que un ligero toque era todo lo que se necesitaba
para hacer cambiar la dirección de la máquina o para hacerla
subir y bajar. La subida o bajada no se produce de manera brusca, pues el
helicóptero reacciona a los controles en forma suave y lenta. "Suelte
los controles y usted verá," me dijo Hiller. Hice como se me
indicaba y la máquina siguió su curso exactamente como si
yo hubiera estado empuñando las palancas de mando.
Hiller había estado tratando de construir un helicóptero simple
y barato desde que se relacionó con este tipo de naves aéreas
. . . cuando sólo tenía 15 años de edad. El mayor obstáculo
con que había tropezado hasta hace poco era la fuente de energía
que tenía que utilizar. No le quedaba más remedio que usar
costosos motores de combustión interna, lo cual hacía necesario
el empleo, de engranajes, sistemas de enfriamiento, etc., costosos también. |
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El timon tiene una forma especial para que actúe sobre
él la corriente del rotor |
El combustible sube por el mástil y llega a los arietes
por tubos interiores |
Durante la pasada guerra se perfeccionaron notablemente las turbinas de
gas, los arietes reactores y otros aparátos por el estilo. Hiller
vio en ellos la posibilidad de rebajar el costo de sus helicópteros
e hizo infinidad de experimentos con diversas clases de reactores, llegando
a decidirse por el tipo de ariete, que fué el que le pareció
más conveniente para sus fines. Después se demoró año
y medio en perfeccionar el modelo de ariete reactor que necesitaba para
sus helicópteros.
Este tipo de reactor es ineficiente y consume enormes cantidades de combustible;
pero, por otra parte, es ligero, barato ya prueba de descomposturas. No
tiene carburador que; se congele ni sistema de encendido que se descomponga
o falle. Trabaja admirablemente bajo una lluvia fuerte, que haría
descender a cualquier helicóptero movido por motor de explosión.
El reactor que utiliza Hiller es del tamaño de una sandía
pequeña y puede ser montado en el extremo del rotor en unos cuantos
minutos. Funciona con cualquier clase de combustible, desde kerosene hasta
gasolina de aviación. Cada uno de esos motores cuesta menos de 200
dólares y puede descartarse a las 500 horas de servicio.
Hiller gastó un cuarto de millón de dólares en perfeccionar
el ariete reactor y logró producir un tipo que es menos ruidoso y
más eficiente que los primeros modelos. Actualmente está proyectando
perfeccionarlo aún más. Si logra producir un motor mejor,
todo lo que habrá que hacer es desmontar el ariete viejo y entonces
poner el nuevo en su lugar.
El "Hornet" fué proyectado tomando como base este tipo
de motor. La primera máquina realizó su vuelo inicial en la
primavera pasada y desde entonces ha volado centenares de horas. La empresa
de Hiller se preparó para producirla en gran escala, dió los
pasos necesarios para obtener el permiso de la Comisión de Aeronáutica
Civil y estaba ya lista para lanzar sus máquinas al mercado, cuando
sobrevino la guerra. Ahora se ha dedicado enteramente a fabricar aparatos
para las fuerzas armadas estadounidenses.
He aquí las especificaciones del "Hornet:" Largo del fuselaje,
3.86 metros; ancho del tren de aterrizaje, 1.52 metros; alto de la máquin,
2.03 metros; diámetro del rotor 7 metros. La máquina vacía
pesa 154 kilos; puede llevar dos personas y 11 kilos de equipaje; su alcance
de vuelo es de 80 kilómetros a 112 kilómetros por hora; puede
subir hasta más de 3600 metros de altura, a razón de 365 metros
por minuto. A velocidades normales de viaje, el rotor da unas 520 revoluciones
por minuto. No lleva abanico de cola ni ningún otro mecanismo compensador.
El timón trasero se usa para la dirección y está inclinado
de manera que reaccione con la corriente descendente del motor.
El borde de ataque del rotor es de aluminio sólido y el borde de
salida está hecho de piezas de magnesio superpuestas. Las paredes
de la cabina son de Plexiglas transparente y el fuselaje es de Fiberglas
y láminas de plástico.
Le pregunté a Stanley cuánto tiempo creía él
que me tomaría aprender a pilotear el "Homet" y cuáles
eran los riesgos que corre uno al volar en esa máquina.
"Cualquier persona -me contestó- puede aprender los rudimentos
de vuelo de este aparato con sólo unas dos horas de instrucción.
Sin embargo, no creo que la Comisión de Aeronáutica Civil
aplicará a los pilotos de estos helicópteros condiciones menos
estrictas que las, que aplica cuando se trata de otro tipo de nave aérea.
Volar no es solamente saber manejar los controles. Hay que aprender algo
sobre navegación, sobre el estado del tiempo, sobre las responsabilidades
del piloto, etc."
"Con respecto a la seguridad de la máquina sólo puedo
decirle que no sé cómo podría usted lastimarse en ella
amenos que choque con un edificio o contra otro obstáculo cualquiera.
Usted puede siempre detenerse en el aire y pensar detenidamente lo que va
a hacer; puede viajar a una velocidad igual al paso de una persona y puede
aterrizar en cualquier pequeño espacio de terreno despejado. No se
necesitan aeropuertos para este tipo de máquina." |
Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 8 - Abril
1951 - Número 4 |
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