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En Pos de los que se Pierden en los Bosques - Octubre 1955
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Eran las cinco de la tarde del
jueves 11 de noviembre de 1949 cuando el azar decidió mostrarle
su siniestra faz a William Reader. La obscuridad de la noche se iba
extendiendo rápidamente, y comenzaba a caer una ligera lluvia,
cuando Reader se dió cuenta que se hallaba irremisiblemente
perdido, cosa que no le había ocurrido nunca en sus 49
años de vida. No hacía más de una hora desde que
se había separado de su hijo Bill, encaminándose hacia el
lugar en que se hallaba estacionada la motocicleta del muchacho, donde
pensaba descansar mientras lo esperaba. Con tal motivo, tomó un
sendero usado para transportar trozas; pero al cabo de un rato lo
dejó con el objeto de tomar un camino más directo.
Después de cierto tiempo, se percató de que dos veces
había recorrido un mismo círculo; ahora, lo único
familiar que veía era un abeto Douglas fulminado por un rayo que
ya había surgido frente a él, minutos antes.
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Fuente: Revista Mecánica
Popular - Volumen 17 - Octubre 1955 - Número 10 |
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