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Escuela Bajo el Agua - Marzo 1956
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La lección más
importante que se enseña en esta escuela de buzos es: ¡No
perder la cabeza!
El hombre ahogado había comprado por correo un dispositivo para
respirar bajo el agua. Con el pulmón artificial asegurado al
cuerpo, se había sumergido a uno de los bellos bancos de coral
que abundan en las profundidades de la costa de Florida. Cuando
volvió aparecer su cuerpo sobre la superficie del agua estaba
muerto.
La noticia, que apareció en los periódicos, dio lugar a
que numerosas personas solicitaran a las autoridades que se prohibiera
el empleo de tales dispositivos en lo futuro.
"Estos nuevos dispositivos son demasiado peligrosos para el nadador
común y corriente," manifestó uno de los que se
dirigió a las autoridades. "Este caso constituye un buen
ejemplo. Se trataba de un hombre que gozaba de perfecta salud. Se
había tomado la precaución de comprar el mejor equipo
disponible. Llevaba, además, un pulmón de reserva para
casos de emergencia. Es decir, que el hombre había hecho todo a
su alcance para protegerse la vida bajo el agua."
"No es así," replicó Ed Townsend, buzo aficionado de
Florida y uno de los entusiastas más grandes con que cuenta
dicho deporte. "No hay duda de que perdió la cabeza cuando se
hallaba bajo el agua y que no supo cómo debía actuar al
producirse una emergencia."
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Fuente: Revista Mecánica
Popular - Volumen 18 - Marzo 1956 - Número 3 |
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