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Vistazo al Interior de un Muñeco de Ventrílocuo - Febrero 1955
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Es una buena idea dedicarse a una
afición en las horas de ocio, pero si dicha inclinación
además de divertida es lucrativa, tanto mejor. Es esto
exactamente lo que hace Cecil Gough, de Hartford, Indiana, quien desde
su jubilación como farmacéutico se ha consagrado, con
mucho éxito, a la fabricación de peleles para
ventrílocuos.
Su interesante vocación no sólo le sirve de
entretenimiento, sino que también le proporciona una buena
entrada, ya que vende sus muñecos por sumas que varían
entre 50 y 150 dólares, dependiendo de lo complejos que sean.
Gough se inició en esta afición en el año de 1949,
y hasta la fecha ha vendido unos 40 de sus modelos.
Requiere su afición gran inventiva y habilidad mecánica,
así como un taller de carpintería perfectamente equipado.
Gough hizo su primer pelele para ventrílocuo hace cinco
años, e insistencia de una de sus nietas. Confiesa él que
su primer obra resultó un tanto burda; pero, sin embargo, fue el
incentivo que lo decidió a aprender a confeccionar un
muñeco verdaderamente bueno.
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Fuente: Revista Mecánica
Popular - Volumen 16 - Febrero 1955 - Número 2 |
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