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Los Milagros que se Hacen con el Calor - Abril 1958
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Fred Hess tiene instalados varios
hornos en los suburbios de Dresher, cerca de Filadelfia. Como sucede
con todos los panaderos, sus herramientas de labor son el calor y los
hornos; pero aquí es donde termina la comparación. Los
hornos de Hess varían en tamaño desde crisoles de
cerámica no mayores que tazas de té hasta enormes
túneles de ladrillos refractarios de más de
kilómetro y medio de largo. Sus llamas alcanzan temperaturas de
miles de grados. En el interior de una cadena de novísimos
edificios de millones de dólares, con el aspecto de una
universidad moderna, las siluetas de sus "chefs", vestidos con
indumentarias más diversas, desde uniformes de tela basta de
algodón hasta trajes de aluminio forrados de asbesto, se
destacan sobre el fondo blanco incandescente construido por el infierno
que ellos crean mientras se aplican con ahinco a la solución de
problemas técnicos por medio del calor.
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Fuente: Revista Mecánica
Popular - Volumen 22 - Abril 1958 - Número 4 |
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