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La visión de Asimov |
A
pesar de que el futuro todavía no está aquí, en cierta
forma es familiar. Sabemos que ésa será una época poblada
por robots supertrabajadores, lo suficientemente diestros e inteligentes
como para ser nuestros compañeros de juegos. Los vuelos espaciales
serán comunes y muy prácticos. Y, eventualmente, el hombre
edificará colonias en otros planetas.
¿Cómo sabemos que todo
esto sucederá en un futuro? Es mayormente una cuestión de
fe. Una fe que se encuentra alentada por un puñado de visionarios,
quienes inventaron y le dieron vida al futuro que conocemos a través
de la vasta cantidad de historias que explotan en la ficción los
hechos científicos. El mundo perdió uno de los más
originales e influyentes practicantes de este arte, cuando el escritor norteamericano
de origen soviético Isaac Asimos falleció el pasado mes de
abril.
Recuerdos del futuro
La cualidad más notable de Asimov
era su prodigiosa fecundidad. Escribió casi 500 libros durante el
curso de sus 72 años de vida, e incontables piezas más cortas.
Mejores conocidos fueron sus trabajos de ciencia-ficción, la primera
de la cual fue publicada cuando él tenía sólo 18 años.
Pero también escribió literatura que no era ficción,
en una amplitud de materias que son demasiado extensas para poder intentar
describirlas aquí. El también fue un científico, finalizando
su doctorado en química en la Universidad de Columbia en el año
1948, y manteniendo una cátedra de profesor en la Facultad de Medicina
de la Universidad de Boston durante muchos años.
Aunque los críticos raramente
hablan de la ciencia-ficción como una forma de literatura seria,
y además los científicos a veces le dan de lado a sus apuntes
tecnológicos como ampliamente especulativos, es incuestionable el
duradero impacto que ha tenido Isaac Asimov sobre el mundo. Muchas figuras
grandes en la ciencia moderna fueron primeramente atraídos a la profesión
por los seductores prospectos que Isaac Asimov hizo circular, y ahora alegremente
reconocen su deuda con él. El tenía la visión de la
posibilidad y la promesa de mundos donde la tecnología no solamente
capacita al hombre para poder dominar las fuerzas de la naturaleza, sino
también para poder contrarrestar sus propias flaquezas.
Las páginas de la revista Mecánica
Popular fueron pues un medio natural para el trabajo de este escritor norteamericano,
y sus trabajos aparecieron aquí en muchas ocasiones. Su esfuerzo
más reciente en esta revista llevó el título "Cómo
viviremos en la Luna", y apareció en la revista de MP del mes
de junio de 1988. Es algo típico de Asimov: un recuento grande y
además amplio en el que se combina la imaginación con una
amplia variedad de hechos científicos. El redactor de MP, Tim Cole,
quien preparó ese artículo para su publicación, recuerda
con mucho afecto el haber logrado trabajar con Asimov.
"El era realmente fácil de editar", dice Tim Cole. Pero
mucho mas sorprendente fue la impresión que Asimov le causó
como persona. A pesar de toda su fama y de los logros alcanzados por su
obra, Cole lo encontró "muy simpático, expresivo y en
exceso amigable". Y también tenía una característica
muy notable y es que era una persona accesible. Por lo general su esposa
contestaba el teléfono, mientras que su célebre esposo podía
ser escuchado en el fondo mientras escribía a máquina sus
trabajos.
Este prodigio personal con certeza
será muy extrañado. Pero, afortunadamente para las generaciones
futuras, él puso tanto de sí mismo en todos sus escritos que
un amplio legado aguarda a cualquiera que se atreva a compartir sus visiones. |
Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 45 -
Noviembre 1992 - Número 11
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