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El Alba de la Era electrónica - Marzo 1952
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Cuando los sonidos vocales fueron
articulados por vez primera, el antepasado del hombre se libró
súbitamente de las mudas cadenas del animal. Las primeras
escrituras en crudos jeroglíficos, que permitieron sin embargo
expresar ideas en forma permanente, ayudaron a organizar individuos y
tribus desparramadas en grupos sociales, y a conservar el contacto con
generaciones futuras por medio de la durabilidad de la palabra escrita.
Durante siglos, sólo un grupo muy reducido de personas,
más o menos privilegiadas, ejerció un monopolio en el
saber leer y escribir. Cuando apareció en Europa el tipo
cambiable y la imprenta de Gutenberg, el leer y escribir se
convirtieron en patrimonio de todos. Siguió el servicio de
correos, alentando un intercambio fructuoso de ideas entre los pueblos.
Los antiguos griegos inventaron un método primitivo de
heliógrafo para comunicaciones de carácter militar.
Más tarde, los banderines de día y las fogatas de noche,
transmitían informaciones a grandes distancias. después,
el sistema de telégrafos por semáforo, inventado por
Claude Choppe durante la Revolución Francesa, indicó el
camino que conducía al telégrafo eléctrico de
Morse. Apenas se hace un siglo que se estableció el primer
telégrafo eléctrico, un medio instantáneo de
comunicaciones para grandes distancias en tierra, seguido por el cable
submarino, que permitió a las ideas cruzar océanos. Bell,
haciendo pruebas con una nueva forma de telegrafía
tropezó con el teléfono, y, como consecuencia, el
horizonte del mundo social y económico aumentó
infinitamente.
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Fuente: Revista Mecánica
Popular - Volumen 10 - Marzo 1952 - Número 3 |
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