|
Estás leyendo parte de la revista de Abril de 1961
|
Recomienda este artículo a un amigo
|
|
|
|
LOS VUELOS DE LOS COHETES U -2, con sus extrañas fotografías
de varias regiones inaccesibles de la Tierra, tendrán su fin; pero
hay algo mucho mejor en perspectiva. La Administración Nacional de
Aeronáutica y del Espacio proyecta lanzar un observatorio astronómico
de 1360 kilogramos, que permanecerá dando vueltas en torno nuestro.
El hecho de que se trata de un satélite astronómico pone en
evidencia el interés de la ANAE en asuntos científicos de
índole civil. Además SI se desean fotografías nítidas
desde esas distancias, pueden obtenerse mediante el uso de telescopios adaptados
a cámaras. Un sistema de barrido televisaría las imágenes
hasta las estaciones terrestres.
En parte, esto ya se ha venido haciendo por largo tiempo. Basta recordar
que los rusos tomaron fotografías de la región invisible de
la Luna, las cuales se televisaron a estaciones instaladas en tierra. Los
Estados Unidos, por su parte, han obtenido miles de fotografías de
las regiones de la Tierra -mares, continentes, nubes- las cuales televisan
los satélites del tipo Tiros.
Lo que se necesita para lograr estudios precisos y detallados de la Tierra,
mediante satélites, son los siguientes componentes de perfección
casi absoluta: sistemas de estabilización y orientación, telescopios
de potencia media combinados con cámaras, y sistemas de televisión.
Los Estados Unidos ya tienen todo esto.
Detengámonos un momento para examinar, a la ligera, el proyecto del
observatorio en el espacio. No sólo va a ser un sistema de observaciones
visuales. Se van a estudiar diversos fenómenos cósmicos, tales
como los rayos X del espacio, la luz ultravioleta y los rayos infrarrojos.
Todos estos componentes del espectro electromagnético no alcanzan
la Tierra en todo su esplendor, pues la atmósfera de nuestro planeta
absorbe gran parte de la energía. Sin embargo, en un satélite
cuya órbita se halle por encima de la atmósfera, los instrumentos
pueden registrar dichos fenómenos en toda su potencia, pues no existe
interferencia alguna.
Según los planes existentes, el observatorio espacial será
un satélite de ocho lados, de 2,90 metros de alto, 1,98 de diámetro,
y un peso de 1450 kilogramos, incluyendo 450 kilogramos en instrumentos
de observación. Se trata de un casco del tipo usual que llevará
dentro, entre otras cosas, sistemas de estabilización, aparatos para
producir energía, e instrumentos telemétricos. El equipo astronómico
incluirá espejos reflectores hasta de 91 cm. de diámetro,
como también varios telescopios. Estos instrumentos se montarán
en una cámara cilíndrica, instalada a través del satélite.
En cifras aproximadas, el costo de todo esto será de 23.000.000 de
dólares.
El primer observatorio de esta clase se establecerá a fines del año
1963. El lugar de lanzamiento será, probablemente, la Faja para Proyectiles
en el Atlántico, y el observatorio describirá una órbita
circular a una distancia de 800 kilómetros de la Tierra. El sistema
estabilizador del observatorio "fíjará" el instrumental
astronómico en relación con una estrella, con el Solo uno
de los planetas. El método de fijación permitirá situar
una estrella con una exactitud de un segundo de grado, lo cual equivaldría
a determinar la posición de una pelota de baloncesto a 800 kilómetros
de distancia.
Un tubo de TV transmitirá las imágenes a las estaciones terrestres,
y el sistema telemétrico enviará las informaciones relativas
a los diversos experimentos. Si el satélite no decide transmitir
la información inmediatamente, puede acumular por lo menos 100.000
datos diversos.
En la superficie exterior, habrá sectores cubiertos con pilas solares,
las cuales producirán los 350 vatios de energía que se necesitan
para el funcionamiento de todos los instrumentos y aparatos.
Además de los estudios que se hagan sobre los rayos X y otros fenómenos
mencionados, el observatorio estudiará las radiaciones de hidrógeno
en el espacio y la luz ultravioleta proveniente de las nuevas estrellas,
a fin de conocer algo acerca de su formación y la etapa inicial de
desenvolvimiento. Puede confiarse que estos observatorios espaciales nos
permitirán aumentar los conocimientos sobre las maravillas del Universo. |
Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 28 -
Abril 1961 - Número 4
|
|
|