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Vigía Espacial - Por el Dr. Dan Q. Posin - CATEDRATICO DE FISICA DE LA UNIVERSIDAD DE DEPAUL, Y CONSULTOR Y ASESOR CIENTIFICO DE LA COLUMBIA BROADCASTING SYSTEM
LA PESADILLA. de cualquiera de los primeros. hombres que sean lanzados en órbita al espacio es que no pueda salirse de órbita. Después de todo fue esto lo que le sucedió al Sputnik ruso que transportaba a un astronauta artificial. Se transmitió desde tierra una señal de radio para que el SPutnik disparara cohetes de retroacción, con el escape apuntado en la dirección de recorrido, a fin de que el satélite perdiera velocidad, apuntara hacia abajo y descendiera luego a tierra. Sin embargo, el Sputnik se había virado y estaba apuntando en dirección contraria, por lo que los llamados cohetes frenadores le proporcionaron en realidad mayor velocidad. describiendo el satélite una órbita aún mayor, para jamás regresar a tierra.

En el satélite de los rusos que portaba los perros Belka y Strelka sin embargo, los cohetes frenadores funcionaron correctamente. En otras palabras, la nave espacial se hallaba apuntando en dirección correcta cuando se transmitió la señal de radio desde tierra para encender el combustible que habría de activar los cohetes frenadores.

Algo que infunde optimismo. por supuesto, es que un ser humano que se halla en órbita podrá disparar los cohetes de retroacción en el momento preciso. O sea que el astronauta mismo que se encuentra volando en órbita decidirá cuándo oprimir el botón para salirse de órbita .Sin embargo, también existe la posibilidad de que aquél no se encuentre en plena facultad de sus capacidades mentales para salirse de órbita en el momento preciso. Por supuesto, el sistema transmisor-receptor de radio entre la Tierra y la nave espacial permitirá saber si el astronauta se halla en posesión de Sus facultades y si puede actuar por sí solo. De no ser así, se usará la radio para disparar los cohetes de retroacción desde tierra y de fallar esto, un dispositivo ajustado de antemano, instalado en la nave espacial misma, efectuará el disparo. Así, pues, se pueden disponer de tres controles para sacar a la nave espacial de órbita. No hay razón alguna, por lo tanto, de sufrir pesadillas.

Sin embargo, es posible sufrir pesadillas por otras causas menores. "Supongamos que tenga éxito para salir de órbita", podrá preguntarse el astronauta, "¿no confrorttaré después problema alguno?"

Antes de contestar la pregunta anterior es necesario diferenciar entre el Proyecto Mercury y cualquier otra operación mas avanzada.

En el Proyecto Mercury, después de salir de órbita. el piloto de la aeronave desciende dentro de una cápsula que, al entrar en la atmósfera, baja "suavemente" mediante un paracaídas. Con probabilidad, la cápsula caerá sin peligro en el agua, flotará en ella, será descubierta allí y será rescatada por buques o aviones. A pesar de que se ha tenido éxito rescatando satélites en pleno aire, el Mercury caerá en el agua, intencionalmente.

Es natural que esta operación sea motivo de insomnio para un astronauta, a pesar de que se han ensayado bien todas las fases relacionadas con el proyecto. después de la salida de órbita .Hay varios paracaídas, incluyendo aquellos que se abren en casos de emergencia; la cápsula ha sido diseñada para que flote. y sin duda flotará (siempre y cuando no se rompa); además, transmite señales de radio y emite destellos de luz para dar a conocer su posición en el agua.

¿Qué otra cosa puede causar insomnio y pesadillas a un astronauta y sus familiares? Bueno, nos hemos olvidado de una cosa: ¿qué tal si estalla la aeronave mientras asciende? Ya se ha encontrado una solución a ese problema. La cápsula tiene un cohete de emergencia que, en caso de producirse una explosión o una falla de los cohetes reforzadores. saldrá disparada para apartar la cápsula con el astronauta de los fragmentos lanzados por la explosión y luego elevarla a una altura en que un paracaídas se abrirá automáticamente, mientras se desprende el cohete disparado.

Si se trata de un sistema más avanzado, entonces lo siguiente es motivo de preocupación: Un cohete reforzador eleva la nave espacial para colocarla en orbita; ¿salió todo bien? En orbita. el astronauta dispone su nave en posición o se hace esto desde tierra; se disparan los cohetes de retroacción (¿correctamente?); la nave espacial en sí, y no una cápsula, desciende, entra en la atmósfera, utiliza combustible para fines de enfrenamiento y se prepara para aterrizar.

De aquí en adelante hay que llegar a una decisión: ¿Debe aterrizar toda la nave espacial? ¿Lo puede hacer sin riesgo alguno o debe la cápsula ser lanzada por la nave espacial, a fin de que descienda por paracaídas? Los rusos hicieron esto con los dos perros; pero la nave espacial en sí aterrizó perfectamente bien, según dicen ellos. El lanzamiento fue sólo una medida de precaución.

Pronto habrán de desaparecer todas las pesadillas: Se elevarán naves espaciales fácilmente, sin correr peligro alguno y a impulso de combustible de tipo no explosivo; entraran en órbita y luego bajarán intactas a tierra con sus navegantes ya sean Iván o Joe.

Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 28 - Enero 1961 - Número 1



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Idea original de Mi Mecánica Popular por: Ricardo Cabrera Oettinghaus