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Estás leyendo parte de la revista de Diciembre de 1960
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Por Thomas E. Stimson, Jr.
LOS ESTADOS UNIDOS han iniciado un intenso programa para obtener toda
la información posible sobre la Luna.
La finalidad, por supuesto, es prepararse para la fecha en que el hombre
consiga llegar a la Luna, y luego retornar a la Tierra con toda seguridad.
No es un sueño el pensar que esto ocurra, tal vez, en menos de
10 años.
Lo primero que figura en la fase inicial del plan es un intento, en estos
meses, para establecer un subsatélite en torno de la Luna. Los
Laboratorios Tecnológicos, en Los Angeles, tienen a su cargo un
proyecto de acuerdo con un contrato firmado con la Administración
Nacional de Aeronáutica y del Espacio. Casi no se sabe nada sobre
el proyectado satélite lunar, ya que toda información sobre
el mismo está prohibida.
Luego, el Laboratorio de Propulsión de Reacción, del Instituto
Tecnológico de California, empezará, a mediados de 1961,
su serie de lanzamientos ala Luna con cohetes Ranger. Según el
plan, los primeros disparos se efectuarán de modo que pasen muy
cerca de nuestro satélite, para comprobar los métodos y
ampliar los conocimientos acerca de las condiciones en el espacio. Los
últimos tres Rangers que se lancen, portarán cápsulas
destinadas a descender sobre la Luna, a fin de registrar posibles movimientos
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<- El programa incluye
tres series de lanzamientos: Ranger, Saturno y Nova. La serie Saturno
(la sección final de la nave cuyo interior y exterior se ven
a la izquierda) será la primera de las tres que haga un viaje
con tripulantes a la Luna
La serie Ranger hará las primeras exploraciones y, a la
postre, conducirá a la Luna una cápsula con instrumentos.
La cápsula (der.) se desprende de la nave espacial (parte
inferior del dibujo) y un cohete de frenamiento reduce su velocidad.
La serie Nova (extremo, derecha), que será lo culminante,
podrá llevar exploradores a la Luna y hasta más allá
a otros planetas
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Con un programa de tal magnitud
a su cargo, los técnicos del Laboratorio de Propulsión de
Reacción han diseñado un gran vehículo básico,
denominado "ómnibus espacial", cuya carga consistirá
en un gran número de instrumentos, o bien sólo unos cuantos,
más una cápsula lunar de 140 kilogramos. Este vehículo
es una colección nada vistosa de piezas de metal armadas con objeto
de efectuar una labor específica, y no con fines estéticos.
En el espacio no se requieren depuradas líneas aerodinámicas.
El vehículo está provisto de sus propios circuitos de lógica,
de modo que puede resolver los problemas que surjan, como también
ejecutar las órdenes por radio que reciba de la Tierra.
El ómnibus espacial llevará dos paneles de 1,80 metros por
lado, cubiertos de fotocélulas para convertir la energía solar
en 190 vatios de fuerza eléctrica. Cuenta con un motor de cohetes
de hidracina cuyo empuje de 50 libras se utilizará en loS cambios
de dirección, y, además, pequeños reactores para variar
la posición y la estabilización. Conducirá un radio
de largo alcance, un acumulador auxiliar y otros aparatos. Para los lanzamientos
del Ranger, se provocará la aceleración del ómnibus
y de su carga, hasta obtener la velocidad de escape, mediante un cohete
constituido por un reforzador Atlas y un Agena-B, a modo de segunda sección.
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En los LPR se estudia un modelo de la nave Ranger Uno
y Dos (izq.). El diagrama muestra los instrumentos. Los paneles solares-plegados
al lanzarse abren después. Los Ranger Tres, Cuatro y Cinco se adaptarán
para incluir la cápsula lunar |
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La gran diferencia en tamaño
y potencia entre el Saturno y el Nova: El motor Saturno {adelante) se utilizará
en una serie de ocho en la primera sección. El gran motor Nova {detrás)
generará tanta fuerza como los ocho motores Saturno. Con varios motores
Nova se obtendrá un empuje de 12 millones de libras |
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Visto de un vuelo
o lo Luna del Ronger Tres, Cuatro o Cinco. Uno vez que dejo lo nave, 10
cápsula emplea un cohete de frenomiento poro descender sin riesgo
o 320 k.p.h. Lo nave sigue su marcha o 10.400 k.p.h. |
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Una vez que el ómnibus con sus instrumentos
y la cápsula lunar dejen la Tierra, se desprenderá de su cubierta
protectora exterior y extenderá sus paneles solares y su antena de
platillo. Luego, entran en funciones los circuitos de lógica, y empiezan
a razonar: "Comienza a dar vueltas en torno del eje longitudinal, mientras
tus órganos perceptores de la luz buscan al Sol. Muy bien. ¡Conserva
esa posición! Estabilízate y continúa encarando al
Sol, a fin de que sus rayos bañen los paneles solares. "Ahora
vuelve a girar hasta que tus detectores de la Tierra-basados en rayos infrarrojos
localicen este planeta. ¡Mantente así! Inclina el platillo
de la antena hasta que reciba las señales de la estación de
seguimiento en Goldstone, en el desierto de California. ¡Magnifico!
Continúa en esa posición.."
Cerca de la mitad del recorrido, en el viaje de 66 ó 67 horas, los
computadores de la Tierra decidirán que se efectúe una rectificación
en el curso, la cual debe comunicarse por radio a la nave espacial con el
objeto de que toque en un área de 160 kilómetros, previamente
designada en la zona nordeste de la Luna.
La orden relativa al gobierno podría ser la siguiente: "Gira
28 grados en el eje longitudinal, 55 grados en el transversal y enciende
el motor por 19 segundos." Una vez efectuado todo esto, los circuitos
de lógica de la nave harán que ésta recobre su posición
anterior de viaje.
Una hora antes de hacer impacto, y en respuesta a otra orden por radio,
los reactores que determinan la posición de la nave la harán
girar de modo que su base quede orientada hacia la Luna. En este momento,
comenzará a funcionar una cámara de televisión, a fin
de transmitir imágenes de alto grado resolutivo de la superficie
de la Luna. Un espectroscopio de rayos gamma se encenderá para analizar
y transmitir información acerca de la clase de metales que existen
en la superficie, y sobre la composición de las rocas.
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Mientras tanto, un altímetro. de radio
comienza a medir la distancia a la superficie, y cuando ésta sólo
es de 30 a 50 kilómetros, el altímetro enciende un cohete
de frenamiento que va fijo a la cápsula de descenso. La cápsula
deja la nave y disminuye su velocidad hasta unos 240 kilómetros por
hora. Mientras tanto, la nave continúa y hace impacto en la Luna
a unos 10.500 kilómetros por hora, conforme la cápsula gana
cierta velocidad a causa de la gravedad y "planea" a razón
de unos 320 kilómetros por hora.
La cápsula es un órgano mecánico muy complicado que
constituye algo maravilloso. Es capaz de protegerse contra los daños
que podría recibir al estrellarse contra una montaña lunar
a razón de 320 k.p.h. Además, puede moverse o darse vuelta
de modo que la antena de radio se dirija hacia el cielo. Se mantiene a una
temperatura adecuada para su funcionamiento, durante la gélida noche
lunar en que la temperatura desciende a 150 grados bajo cero, como también
en el candente día, en que la temperatura supera a la del agua en
ebullición. Además, la cápsula registra las vibraciones
de la superficie lunar, y envía, por radio, los informes respectivos
a la Tierra. Está diseñada para funcionar perfectamente por
30 días o más.
A fin de crear un aparato que efectúe esto, los LPR estudiaron, primero,
las ideas que sometieron 14 compañías, y entonces les pagó
a tres de ellas (North American Aviation, Hughes y Aeroneutronic) con el
objeto de que llevaran a cabo estudios adicionales. Sobre las bases de estos
estudios, se concedió el privilegio de construir la cápsula
ala Aeroneutronic, que es una división de la Ford Motor Company.,
Es difícil imaginarse cómo es posible que un mecanismo pueda
realizar todas las funciones de la cápsula; pero se ve que es relativamente
simple cuando se sabe la forma en que los ingenieros de la Aeroneutronic
solucionaron los problemas.
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Se estudian cuatro métodos
para hacer descender, sin riesgo, instrumentos en la Luna. El Ranger combinará
los dos primeros |
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En primer lugar, protegen la cápsula
con una gruesa capa exterior de madera de balsa, de tipo apanalado, o de
cualquier otro material que ceda y se aplaste con el impacto a fin de que
absorba el tremendo choque de la caída, sin perturbar mayormente
los instrumentos.
La cápsula, en sí, constará de dos esferas, una de
las cuales va embutida en la otra, pero se hallan separadas por un líquido
en el cual flota la esfera interior. Esta contiene todos los instrumentos,
y el peso no estará distribuido uniformemente con el objeto de que
la porción. más pesada se halle opuesta a la parte de la superficie
que sirve de antena de radio. Gracias a esto, la esfera interior adoptará
la posici6n correcta en el liquido en el cual flota, una vez que se halle
en reposo, y su antena se dirigirá automáticamente en sentido
opuesto a la Luna.
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Der.: Dibujo del saturn"
que muestra las tres secciones. Ab.: Trazo, a escala natural, del perfil
del reforzador del saturno |
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Al recobrar su posición correcta,
la esfera interior perforará un sello exterior y, entonces, el líquido
se disipará rápidamente por evaporación. Por consiguiente,
la esfera descansará sobre la cubierta exterior, y se establecerá
un firme contacto. En esta forma, las vibraciones de cualquier movimiento
sísmico alcanzarán su sismómetro.
Este aparato es de un diseño especial, en el cual el Instituto Tecnológico
de California y la Columbia trabajan en cooperación. Es fuerte y
sensible. Lo han arrojado, sin ninguna protección, desde un helicóptero
que se hallaba a 300 metros de altura, y después lo examinaron detenidamente
a fin de comprobar si había fallas.
La cápsula se hallará protegida, mediante el debido aislamiento,
de las temperaturas extremas que hay en la Luna; y producirá continuamente
cierta cantidad de calor debido a los circuitos provistos de baterías.
Con este calor se hervirá agua (habrá en el interior un kilogramo
y medio de agua) y el vapor resultante saldrá al exterior, lo cual
mantendrá el interior a una temperatura que no fluctuará más
allá de ciertos límites de seguridad. Esto se basa en un principio
similar al de los enfriadores por evaporación. Durante las gélidas
noches, se disipará por evaporación una cantidad mínima
de agua, que será mayor en los largos y tórridos días.
Los ingenieros de los LPR creen que las cápsulas de este tipo tendrán
muchos empleos en lo futuro. Piensan que estas cápsulas serían
ideales para las primeras exploraciones de Venus, el misterioso planeta
cuya superficie nunca se ha visto. Una cápsula de tipo flotable permanecería
en la superficie de cualquier punto sólido o líquido de Venus.
Un radio instalado en la cápsula sería demasiado débil
para alcanzar la Tierra desde ese distante planeta, por lo cual los ingenieros
opinan que se utilice, a modo de estación relevadora, el ómnibus
del espacio que conduzca la cápsula. Lanzarán el vehículo
de modo que pase muy cerca del planeta, o bien para que alcance el punto
de equilibrio entre su propia velocidad y la fuerza de atracción
del planeta a fin de que- se quede dando vueltas en torno de él.
Ya sea en una forma o en otra, captará las débiles señales
de la cápsula y las retransmitirá mediante su poderoso equipo.
En vez de conducir cápsulas, el Ranger Uno y el Ranger Dos se han
diseñado para transportar un juego completo de instrumentos instalados
en un bastidor de magnesio que se asemeja a una grúa de torre. Estas
naves serán de 3,65 metros de alto, 1,50 de diámetro, y pesarán
250 kilogramos. Entre los diversos instrumentos, figuran un magnetómetro
de vapor de rubidio para medir el campo magnético en torno de la
nave, aparatos para registrar la intensidad del Sol, otros para medir el
hidrógeno en torno de la Tierra:, y una cámara de iones para
registrar la radiación de rayos cósmicos.
Habrá un instrumento para medir el impacto de los micrometeoritos.
En una caja se efectuará un "experimento de lubricación".
Una de las grandes interrogantes en 10s viajes espaciales se refiere a los
lubricantes. Hay el temor de que se evaporen, lo cual haría que los
cojinetes se pegasen y los engranajes se aferraran entre sí. El experimento
sobre fricción y lubricación ayudará a resolver el
problema.
Los ingenieros de los LPR, en Pasadena, se hallan estudiando la combinación
de colores que debe usarse en las naves Ranger. La mayoría cree que
blanco y negro sería lo mejor. El color negro absorbe el calor y
evita que los instrumentos se enfríen demasiado, mientras que el
blanco refleja el calor y los conserva frescos.
El cono de instrumentos de un cohete explorador que se disparó hacia
la Luna, tenía largas franjas blancas debido a que iba a volar paralelo
al Sol, y había el temor de que se recalentase. Esto significa que
si el lanzamiento se hubiese pospuesto algunos días, cuando la Luna
se hallaba lejos del Sol, se habría tenido que pintar el cono con
franjas negras. Al presentar al Sol una superficie menor, requeriría
franjas negras para mantenerse tibio.
Es tan eficaz este método sobre el uso de los colores en el espacio,
que en ocasión de lanzarse dos cohetes exploradores cuya temperatura
interior debía mantenerse a 30 grados centígrados, de uno
de los cohetes se recibió por radio la información de que
su temperatura era algo más de 37 grados, y el otro comunicó
que había en su interior 31 grados constantes.
Cuando se termine con el programa relativo a los Ranger, se hallará
listo un nuevo y más poderoso cohete, el Atlas Centaur; Con su empuje,
será capaz de conducir una cápsula hasta las cercanías
de los planetas, y hasta podrá descender, con relativa lentitud,
una carga de instrumentos, bastante pesada, en la Luna.
Para llevar a cabo la operación más importante, o sea el viaje
de ida y regreso de una nave tripulada hasta la Luna, debe esperarse hasta
que el cohete Saturno, de 61 metros de alto, emerja de su etapa experimental.
De acuerdo con el plan, los primeros lanzamientos de prueba se efectuarán
en 1964. Sus motores -de combustibles corrientes- se están perfeccionando
en la Rocketdyne, mientras la firma Aerojet lleva a cabo, simultáneamente,
estudios sobre motores de hidrógeno líquido.
Según la opinión de los ingenieros de los LPR, se utilizarán
varios cohetes Saturno para hacer descender lentamente paquetes de una tonelada
con lo necesario para subsistir en ese extraño mundo, viviendas,
vehículos terrestres, oxígeno para respirar y todo lo demás
que se necesite en la Luna. A continuación, se lanzará un
Saturno de siete secciones, en cuya cabina sellada viajará la tripulación.
Usarán tres secciones para efectuar el viaje, y la cuarta servirá
para las maniobras en el tramo final ya fin de poder descender lentamente
a la superficie lunar. Dado que la fuerza de gravedad en la Luna es menor,
las últimas tres secciones serán suficientes para el viaje
de retorno a la Tierra, a pesar de ser pequeñas.
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Fuente: Revista Mecánica
Popular - Volumen 27 - Diciembre de 1960 - Número 6 |
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