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Estás leyendo parte de la revista de Julio de 1984
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Aunque la filatelia continúa siendo practicada en nuestros países
en forma o manera bastante ortodoxa, tal y cómo se practicaba en
todo el mundo 20 ó 30 años atrás, no es menos cierto
que la apatía por escribir y la facilidad de ir a una casa filatélica
y hallar en la misma los sellos que necesitamos están matando el
interés por la correspondencia y el intercambio que siempre fueron
grandes aliados de la filatelia y, más aún, beneficiosos a
la comprensión y a la amistad entre los pueblos más remotos
del mundo.
El intercambio de sellos de nuestro país por sellos del país
en que reside un filatelista que se brinda a ser nuestro corresponsal es,
sin lugar a dudas, el método más interesante. instructivo
y barato de enriquecer nuestra colección.
Por experiencia propia puedo aseverar que, mediante el intercambio de sellos
y correspondencia, he obtenido piezas valiosísimas, de las que hoy
día aún poseo algunas. Muchos son los filatelistas venezolanos
que pueden atestiguar el extraordinario hallazgo que hube de hacer al estar
despegando sellos de mi correspondencia, pues al clasificar los sellos ya
despegados encontré el que corresponde al No. 1 ,206 del Catálogo
Scott y al No.2,147 del Catálogo Valera, con el error u omisión
del nombre del país. Venezuela, así como omisión también
de la leyenda descriptiva del motivo por el cual se emitió el sello.
Tener corresponsales para el intercambio de sellos es muy entretenido, interesante
y nos sirve para darles uso a los sellos repetidos que vamos acumulando.
Para comenzar, es aconsejable preparar partidas de 50 ó 100 sellos
diferentes, ya bien todos nuevos o todos usados, sin mezclar los sellos
nuevos con los usados, cuidando bien que los sellos no estén rotos,
descarnados o sucios. y si están cancelados, que la cancelación
no sea tan fuerte que no permita ver la figura impresa del sello. A cada
país en donde se desea encontrar un corresponsal se han de escribir
un mínimo de cinco cartas ofreciendo en intercambio los sellos que
tenemos dispuestos para el mismo, y una vez obtenidas dos o tres respuestas
a nuestras cartas, decidir qué oferta nos resulta mejor. Pero ya.
ya fin de que no se desanimen los que comiencen a intercambiar tras leer
esta crónica, quiero advertirles que van a recibir respuesta a sólo
una o dos cartas por cada cinco que escriban; que muchos van a ofrecer en
intercambio lo que nunca podrán enviarle; que otros han de quedarse
con los sellos que usted envíe y jamás le escribirán
nuevamente. Y es que así somos los humanos y los filatelistas no
nos podemos quedar exentos de la maldad.
Pero usted no se desanime, si no tiene respuesta a cinco cartas enviadas
a un país en el que desea encontrar corresponsal. Entonces envíe
otras cinco cartas más, escriba a las sociedades filatélicas
pidiendo que le recomienden un corresponsal interesado en los sellos y el
tipo de intercambio que usted ofrece. Y si esto también falla, que
muchas veces sucede, escriba a la Embajada de su país en el país
donde no ha logrado tener un corresponsal, pues ellos generalmente conocen
de personas que están interesadas en tener correspondencia con su
país. Eso sí, por favor, no deje que la maldad, la pereza
y la poca responsabilidad de los demás le cierren a usted tan lindo,
interesante e instructivo medio de enriquecer su colección como lo
es el intercambio de sellos. |
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Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 37 - Julio
1984 - Número 7 |
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