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Estás leyendo parte de la revista de Abril de 1981
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Mis primeros pasos
en la filatelia II |
por Ignacio A. Ortiz-Bello
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Ya en la colaboración anterior relaté mi inicio en la filatelia
y la decisión de coleccionar sellos de todos los países del
mundo, algo que hoy casi resulta imposible y que por entonces resultaba
bastante difícil.
Al comienzo generalmente todo filatelista se encuentra desesperado en la
busca de sellos, se hace difícil el conseguir corresponsales serios
en otros países, se imposibilita el tener contacto con países
remotos en que la filatelia es mínima y sobre todo, si en la desesperación
se opta por comprar y comprar, muy pronto se notará lo caro que resulta
este entretenimiento o coleccionismo.
Siempre he sido un amante y fiel practicante de la correspondencia y el
intercambio. Creo que fue cuando contaba 15 ó 16 años que
conocí al Sr. Martín Irigoyen, miembro del cuerpo diplomático
de la República Argentina y quien me obsequió desde La Habana
con una revista en la cual aparecía una sección filatélica,
allí fue donde se abrieron las puertas del mundo a mis deseos filatélicos.
No llegaban a 20 los nombres de filatelistas que aparecían en la
revista, pero para mi eran bastantes, así que les escribí
a todos ofreciéndoles sellos de mi país en intercambio con
sellos del suyo. Unos contestaron y otros no, alguno que otro no mostró
seriedad y no continuamos la correspondencia, pero con la práctica
de escribir mensualmente a todo filatelista que apareciera en aquella sección
filatélica, con el tiempo llegué a contar con un gran número
de corresponsales en Argentina, en Colombia en Uruguay, en México.
Cuando ya contaba un poco más de edad y se me permitía viajar
a la capital habanera, me inscribí en el Club Filatélico y
compraba otras revistas filatélicas o que trajeran alguna sección
filatélica, visitaba las embajadas y consulados a los que pedía
sellos y revistas de su país, medios que fueron ampliando más
y más mis contactos con los más remotos países del
mundo, a tal extremo, que en 1960 pude exhibir una colección de sobres
dirigidos a mi persona procedentes de todos los países acogidos a
la Organización de las Naciones Unidas.
Hoy día no recomiendo el coleccionismo de sellos mundiales, aunque
sigue siendo mi favorito por su valor didáctico, siendo mi recomendación
que se coleccione el país de origen y el continente en el cual se
encuentra, también recomiendo el coleccionismo temático, ya
sea los deportes en sellos, religión en sellos, flores en sellos,
etc.
El pertenecer aun Club o Sociedad Filatélica es de extrema importancia;
primero se debe pertenecer aun club local y si se puede aun club extranjero
o internacional que nos permita relacionarnos con filatelistas serios y
en cierta forma garantizados por el club.
Seriedad es una palabra clave en la formación de un nombre o reputación
dentro de la filatelia, ya que a pesar de ser millones los coleccionistas
de sellos esparcidos por el mundo, esto resulta una pequeña familia
en la cual todos conocemos quien es quien, así es que una vez lograda
una fama mala o buena, ella correrá con nosotros a través
de toda nuestra vida filatélica.
Y por último, constancia. De mi se dijo en la prensa habanera "marea
y cansa, pero obtiene lo que necesita...para el bien de todos sus compañeros,
además del suyo propio". Y es que para lograr una buena colección
hay que ser constante en el intercambio, en escribir, en buscar, en estar
al tanto de todo lo relacionado con nuestra especialidad o campo de coleccionismo. |
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Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 34 -
Abril 1981 - Número 4
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