|
Estás leyendo parte de la revista de Marzo de 1981
|
Recomienda este artículo a un amigo
|
|
|
Mis primeros pasos en la Filatelia |
por Ignacio A. Ortiz-Bello
|
|
|
Recientemente he recibido una vieja crónica filatélica,
publicada en el diario "Información" de la Habana en 1955,
dando a conocer la fundación e incorporación al Club Filatélico
de la República de Cuba, de un Club Filatélico Juvenil en
la pequeña ciudad de Jaruco, club que fundara un modesto grupo de
"fines" o jóvenes entusiastas coleccionistas de sellos.
Tan grato ha sido el recuerdo que esta crónica me ha traído
que casi con exactitud pudiera relatar mi primer contacto con el mundo de
la filatelia, unos treinta años atrás, cuando contaba la edad
de nueve a diez años y quedara fascinado ante la meticulosa manipulación,
observación y ordenamiento que de cientos de papelitos con vivos
colores, efectuara en su oficina un viejo misionero canadiense.
Cuando se vive en una modesta población, en la que pocos son los
que gustan de escribir, no es mucha la correspondencia que se recibe. Así
que vigilé donde dejaban sus cartas los dos carteros del pueblo y
me convertí en "fiero cazador de sellos", siendo recompensada
mi labor con la generosidad de mis conciudadanos que hasta llegaron algunos
a traerme un "paquete de sellos universales" al regreso de un
viaje a la Habana.
A meticuloso y ordenado no hay quien me gane, también pudiera decir
que soy observador y estudioso. En una palangana ponía agua bien
limpia, sin agregarle nada, sumergiendo un grupo de sellos pegados al pedazo
de sobre en que me los regalaran, esperaba unos 10 minutos e inmediatamente
procedía a despegar los sellos del papel y ponerlos a secar sobre
hojas de un periódico, con la parte impresa hacia abajo.
Mi corta edad, mi modesta posición económica y el vivir en
una pequeña población no significan que no pudiera conseguir
una carpeta de tres anillas, un ciento de hojas blancas para la misma y
un paquete de papelitos fijasellos "charnelas" que era todo lo
que necesitaba. La utilización de pinzas y lupa tan necesarias a
un filatelista, fueron un regalo posterior que desde la Habana me envió
el primo Ernesto.
Decidí coleccionar sellos de todos los países del mundo. Página
por página fui rotulando el nombre del país correspondiente
a cada sello que encontraba y pronto pude mostrar con orgullo mi colección
de sellos, debidamente clasificados por países.
Y había que oírme hablar: "Estos sellos son de Labuan,
que es una isla británica cerca de Borneo. Estos sellos son de Hungría
porque yo sé que de Hungría son los sellos que dicen Magyar
Posta. Mira, estos sellos son de Inglaterra, ellos nunca ponen el nombre
del país, pero se les identifica por el retrato del Rey o el de la
Reina. Este sello de Honduras tiene el retrato de Estrada Palma y dice que
él fue el Primer Director General de Correos de Honduras y Primer
Presidente de la República de Cuba..."
Y así más o menos fue como me inicié en la filatelia.
En mi próxima colaboración trataré de cómo y
qué hice para situarme entre los jóvenes filatelistas más
prominentes del país. |
Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 34 -
Marzo 1981 - Número 3
|
|
|