Por Ignacio A. Ortiz Bello
Casi con la aparición del primer hombre en la Tierra,
nació también el respeto, la
veneración, hacia los símbolos; siendo
éstos desde entonces parte integral y
principalísima de la vida cotidiana. A la entrada de la
bahía de Nueva York, más exactamente en la
pequeña isla de Bedioe, hoy llamada isla Libertada, se
encuentra erigida la estatua de la Libertad, como simbolo de amistad y
lucha por la libertad de los Estados Unidos y Francia. Pero el tiempo,
la historia y las circunstancias han hecho de este símbolo
un motivo más universal y en ella han visto, al arribar
desde distintos países del mundo, los brazos maternales de
calor y refugio al perseguido, la luz de su antorcha como faro de
libertad.
Aunque la estatua de la Libertad aparece en sellos de varios
países hispanoamericanos y europeos, este año
1986, al conmemorarse el 28 de octubre cien años de su
inauguración, veremos aparecer varias emisiones en su honor.
Este monumento nacional norteamericano erigido en la isla de Bedioe,
hoy isla Libertad, en el puerto de Nueva York, es una de las mayores
esculturas del mundo y la estructura simbólica
más gigantesca de los Estados Unidos. Su placa conmemorativa
reza: “Presente del pueblo de la República
Francesa al pueblo de los Estados Unidos. Esta estatua de la Libertad
que alumbra al mundo conmemora la alianza de ambas naciones para
conseguir la independencia de los Estados Unidos de América
y atestigua su presente amistad”. Débese la idea,
concebida en 1865, al historiador francés Edouard de
Laboulaye, y la ejecución al escultor Fréderic
Auguste Bartholdi, aparecido en un sello de los EstadosUnidos el pasado
año 1985, quien terminó la colosal estatua en
1883. Inaugurada por el presidente Grover Cleveland el 28 de octubre de
1886, fue declarada monumento nacional el 15 de octubre de 1924. La
estatua representa la libertad en la figura de una mujer, cuyos pies
emergen de unos grilletes rotos. La mano derecha, alzada, sostiene una
antorcha encendida y la izquierda sujeta una tabla que representa la
Declaración de Independencia.
La estatua mide 46 metros de altura sobre un pedestal de 27 metros, y
pesa 204 toneladas. La antorcha, que se alza 93 metros, se ilumina de
noche. Los visitantes, que viajan desde el Parque Battery en
pequeños barcos, pueden recorrer la estatua subiendo en
elevador hasta el pedestal de la estatua, y desde allí por
dos escaleras en espiral subir hasta la corona, provista de ventanas
por las cuales contemplar una bella vista de la ciudad. Luego, por una
escalera auxiliar, puede llegarse hasta la antorcha. El costo total de
este monumento se aproximó al millón de
dólares. Recientemente, por suscripción
pública, la estatua de la Libertada fue reparada y ya se
encuentra lista para las actividades programadas a fin de celebrar el
centenario de su inauguración.
España, Estados Unidos, Cuba, Panamá,
Perú, Nicaragua, Mónaco, Francia, hemos visto que
en el pasado emitieron sellos en los que aparee la estatua de la
Libertad, más con la celebración del centenario
han aparecido recientemente y continuarán apareciendo sellos
que hagan más amplia esta temática. |