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Un Año Más
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Por Ignacio A. Ortiz Bello |
Al comenzar este año los
filatelistas, las sociedades filatélicas, los comerciantes
en sellos y las administraciones postales de todo el mundo
deberíamos de prometer una serie de acciones o metas en
beneficio de la filatelia, recapacitar y meditar sobre todo lo que
hasta ahora hemos hecho y lo que dejamos de hacer, con el solo fin de
proponernos mejorar y llevar a un plano superior este apasionante
pasatiempo en el cual estamos involucrados: la filatelia.
Los filatelistas tenemos que prometer ser menos egoístas
para con el resto de nuestros colegas, tenemos que compartir nuestros
conocimientos con los jóvenes y los que empiezan, no hay que
acaparar tantos sellos del mismo sabiendo que otros los necesitan,
debemos saber no
ganar siempre en los intercambios que realicemos, no
abusemos de la ignorancia o descuido de los demás
dándoles sellos en mal estado, debemos inscribirnos y
participar según nos sea posible en alguna sociedad
filatélica, hay que cooperar y mantener el comercio
filatélico local y debemos coleccionar en forma activa, que
se note que somos filatelistas. ¡Ayudemos a mantener con vida
la filatelia! Aquéllos que practican el interesante y
educativo método de intercambio epistolar o por correo, los
que se toman el trabajo y el gasto económico
de enviar
cartas para lograr algunos buenos contactos con los cuales intercambiar
sellos, información e ideas, son personas que no debemos
defraudar, engañar, timar, traicionar, y a quienes no
debemos enseñar la parte fea de nuestro ser. Cuando usted
escribe a otra persona se representa a sí mismo, a sus
conciudadanos, a su país, y cualquier cosa mala que haga cae
como mancha sobre todos. La base de la filatelia somos los propios
filatelistas. Sin filatelistas todo lo demás no existe.
Nosotros somos la filatelia.
Las sociedades filatélicas tienen que dejar de ser un loca,
un edificio, una reunión, un grupo de intocables, un
boletín de historia, una exhibición o muestra de
ostentación. Falta vida en la mayoría de las
sociedades filatélicas que conozco. De qué sirve
un mobiliario muy bello y costoso si nadie lo ocupa. De qué
sirve una revista lujosa y bien impresa si sólo mueve el
interés de unos pocos. Hay que llevar la filatelia a las
escuelas que ahora se inician al igual que a los muy avanzados, debe
darse participación a los jóvenes en todas las
actividades, hay que poner cuotas al alcance de todos, se deben crear
grupos juveniles y organizar actividades para los mismos, hay que
inyectar savia nueva en esos viejos trancos sobre los que ahora
descansa la estructura filatélica de nuestros
países.
El comercio
filatélico en primer lugar tiene que tomar
conciencia de que es un comercio, de que tiene que atraer la clientela,
de que hay que renovar productos, de que hay que competir en precios,
de que hay que dar servicio, de que hay que atraer nuevos clientes, de
que hay que anunciarse; se debe ser amable y cooperador con los
clientes, Esto no es coMarzomida, medicina o ropa indispensable para
vivir;
sus clientes pueden esperar o comprar en otra ocasión o en
otro lugar; haga su negocio atractivo, competitivo, servicial; y tenga
todo lo necesario en filatelia para que sus clientes no tengan que ir a
otra parte, donde posiblemente se queden, sin volver jamas.
Las administraciones postales son organismos que constantemente se
renuevan; allí van nombrando los políticos a sus
familiares, amigos y gente que los apoyaron; allí vemos hoy
a unos, y pocos meses después a otros; a muchos, cuando ya
estaban
aprendiendo y gustándoles la filatelia, los quitan y
perdemos todos. En vista de que hemos hecho varias dependencias
filatélicas, encontramos folletos y otro material
informativo de primera calidad que se usó poco, poco se
distribuyó o se dio a conocer, y un trabajo tan bien hecho
no cumplió su cometido. Las administraciones postales de
nuestros países tienen que responder las cartas de los que
pedimos información. Las oficinas filatelistas tienen que
dar un mejor servicio y cuidar de la calidad de los sellos en su
manipulación. Los sellos son un producto que benefician
económicamente a la nación; las oficinas
filatélicas deben entender esto y atender debidamente a los
filatelistas que a ellas asisten.
Pongamos todos de nuestra parte para hacer de la filatelia, este nuevo
año, el pasatiempo que logró ser calificado como
“El rey de los entretenimientos y el entretenimiento de
reyes”.
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Fuente: Revista Mecánica
Popular - Volumen 49 - Enero 1996 - Número 1 |
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