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Estás leyendo parte de la revista de Agosto de 1991
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Van quedando pocos filatelistas netamente puros: son los
menos los que coleccionan sellos por el puro placer de coleccionar sellos;
casi nadie habla de los grandes beneficios didácticos de la filatelia;
y raro es ver a un padre introducir a sus hijos al mundo del sello para
que le ayude en su aprendizaje de historia, geografía, costumbres
de los países, pintura, escultura y todo ese gran conocimiento básico
que posee el que colecciona sellos.
Asiduamente me visita un eminente radiólogo
filatelista que posee una inmensa colección de sellos de todo el
mundo. El dice que "hay que estar en la mundial" y se ha gastado
una buena cantidad de dinero en sus más de 30 volúmenes o
álbumes que cubren todos los sellos emitidos desde 1840 hasta la
fecha; pero, eso sí, no está interesado en comprar series
ni sellos caros, lo suyo es tener muchos sellos, de todas partes del mundo,
ir completando poco a poco las series y países mientras disfruta
el "hobby de su vida".
Pero van quedando pocos así.
Con la aparición de los nuevos
catálogos y la subida constante de los sellos en Europa, son muchos
los ojitos que veo brillar reflejando el símbolo del interés
y la especulación.
Caso completamente diferente al del
médico me sucede con un joven que viene por acá, nunca con
un álbum, al cual no le interesan los sellos usados, que sólo
colecciona Estados Unidos en perfecto estado "Mint Never Hinged":
nuevos, sin señal de Charnela, pulcramente puestos en un "Stock
Book" clasificador alemán de fondo negro. Este jovencito me
tumba de vez en cuando (se aprovecha de mi), y en más de una ocasión
le he consultado sobre la autenticidad, variedad u origen de un sello americano,
ya que los conoce mejor que el que los imprimió. Mi consuelo, el
de los tontos, es que él me ha enseñado piezas que ha comprado
aun conocido "experto" y más tarde las ha vendido a otro
"experto" con una ganancia substancial. Yo no dudo de su amor
por los sellos, pero tampoco dudo de su interés en utilizar la filatelia
para especular o negociar en su propio beneficio.
Conozco por experiencia propia todos
los campos o facetas que se puedan imaginar dentro de la filatelia. ¡Son
más de 40 años desde que empezara a coleccionar sellos!, y
hoy día me dedico más al comercio, a la promoción y
a escribir sobre filatelia que a coleccionar. Hasta llegué a ir vendiendo
mi colección-acumulación de variedades, errores y curiosidades
que ya casi no tengo nada y por momentos me asalta la pena de haberme ido
quedando como un árbol sin hojas, un filatelista sin sellos, y desearía
gritar a todos que volvamos a los tiempos en que se coleccionaba de una
manera más simple, sin tanto comercialismo, con más intercambio
de sello por sello, sin preocuparnos tanto por el valor que le asignan en
los catálogos.
Aunque considero y puedo aportar muchas
pruebas de que la filatelia es un medio excelente de inversión, de
que especulando se puede ganar una sustancial suma de dinero, los que visitan
mi oficina filatélica pueden ver un letrero a mi espalda que dice:
LA FILATELIA ES un entretenimiento sano, educativo. NO ES una cuenta de
ahorros. |
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Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 44 - Agosto
1991- Número 8 |
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