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Estás leyendo parte de la revista de Diciembre de 1988
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Para los filatelistas del mundo, el coleccionar sellos de
San Marino ha sido casi una exigencia, y es raro cuando se entabla una conversación
entre viejos coleccionistas que, al hablar de los países de su preferencia
al coleccionar, se omita el nombre de San Marino, diminuto país europeo
que nace al mundo de la filatelia en 1877 al emitir sellos hermosamente
grabados.
San Marino, al igual que otros diminutos
países, estados o principados europeos, como Mónaco, Liechtenstein,
Andorra y Luxemburgo, ha utilizado la filatelia como un productivo método
de obtener divisas, al mismo tiempo que da publicidad a sus atracciones
turísticas y, pese a no necesitar de muchos sellos para satisfacer
las necesidades de sus habitantes, iguala y sobrepasa a cualquier gran nación
en cuanto a producción de sellos, siempre de gran colorido, bellamente
impresos, con motivos de interés universal.
Dos razones han mantenido el interés
por los sellos de San Marino siempre en alza. La primera de estas razones
es el contar con una oficina filatélica de primer orden, con un personal
profesional que atiende a quienes les escriben, con un presupuesto para
publicidad que les permite anunciar sus nuevas emisiones en la prensa filatélica
internacional y con un personal que asiste a exhibiciones internacionales
para promocionar y vender sus sellos. La otra razón es que anualmente
se celebra una o más exhibiciones filatélicas de primer orden
en San Marino, siendo quizás la más antigua y tradicional
la que junto al Círculo Filatélico y Numismático de
Rimini, Italia, patrocina anualmente en la ciudad italiana de Riccione,
feria filatélica internacional que atrae a filatelistas de toda Europa.
Según la tradición, San
Marino fue fundada en el año 300 por un cristiano llamado Marinus,
que huía de la persecución religiosa romana encabezada por
Diocleciano, el cual huyó hacia el Monte Titano, situado al Suroeste
de Rímini, lugar donde a finales del siglo IX ya se encontraba asentada
una comunidad religiosa independiente y donde más tarde, en 1300,
se estableció la República Independiente de San Marino, llevando
este nombre en honor a San Marino de Dalmacia, el cantero cristiano que
1,000 años atrás escalara el Monte Titano.
La Serenísima República
de San Marino está enclavada en el territorio italiano, al Suroeste
de Rímini, en lo alto del Monte Titano, con sus característicos
tres picos coronados por una torre o fortificación a los cuales une
una elevada muralla. San Marino cuenta en la actualidad con una población
de casi 24,000 habitantes, diseminados por todo el territorio nacional,
de 61 kilómetros cuadrados, de los cuales casi 6,000 habitan en la
capital, San Marino, que se alza sobre lo más alto del Monte Titano,
con sus 2,478 pies de altura. En San Marino se utiliza la lira italiana
y se habla el idioma italiano. |
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Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 41 - Diciembre
1988 - Número 12 |
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