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Estás leyendo parte de la revista de Agosto de 1994
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Durante unos pocos años trabajé junto a uno
de los grandes comerciantes de la filatelia -y fíjense que hablo
de comerciantes-, el cual constantemente me decía: "Ortiz, el
secreto está en saber comprar, para vender siempre hay tiempo".
Y es que él notaba mis ansias por vender, mi preocupación
por traer dinero para el negocio, que vieran cómo yo hacía
multiplicar el capital que se me confiaba.
Un filatelista que no sabe comprar
es víctima de sí mismo. Un filatelista que no sabe qué
comprar, cuándo comprar y dónde comprar es víctima
de los comerciantes.
Lo primero que debe hacer un filatelista
es saber cuál es la prioridad o lo más importante para su
colección, cuáles piezas debe adquirir lo antes posible dejando
a un lado o para otra ocasión el resto de los sellos que se encuentren
en venta, qué debe adquirir a cualquier precio y tratando de que
otros no se le adelanten en la adquisición.
Yo soy de los que creen que nunca se
paga mucho por una buena pieza, trato de adquirirla al mejor precio, pero
siempre teniendo en mente que no puedo dejar escapar un buen sello, aunque
tenga que pagar un poquito más de lo que pensaba, ceder más
allá de lo estimado, para que el resultado final sea la posesión
de lo que me interesa.
Por el contrario, cuando compramos
sellos regulares, piezas que pueden ser adquiridas con facilidad y en cualquier
momento, la estrategia que debemos usar es completamente diferente.
Para un filatelista regular, con un
poder de adquisición modesto ya quien sólo le interesa tener
una buena colección sin sellos de un alto valor, su principal preocupación
debe ser el encontrar aun comerciante en el cual pueda confiar, un comerciante
que le ayude, un comerciante que sepa guiarle y ser copartícipe en
su colección.
Muchas veces estoy en comercios filatélicos
donde veo llegar a coleccionistas en busca de sellos para su colección:
coleccionistas que demuestran tanto interés y presura por obtener
una serie de sellos específicos que casi parecen gritarle al comerciante
en su propia cara: "Aquí entró tu víctima, cóbrame
lo que te dé la gana, si no salgo con los sellos que vengo a buscar,
allá afuera me corto las venas". Y señores, los comerciantes
somos humanos y estamos en el negocio para hacer dinero, y en la mayoría
de los casos para tratar de comprar lo más barato posible y vender
al más alto precio.
En la mayoría de los casos (no
me refiero a piezas extraordinarias) se debe comprar con calma, decidir
qué sellos de los que nos faltan o de los que están saliendo
nos son más convenientes de comprar en el momento actual. Revise
los sellos, tómese todo el tiempo necesario para ver que no estén
rotos, manchados, oxidada la goma, limpiados, reparados., falsificados,
reemplazados por otros iguales, descarnados y muchas otras formas usadas
"para meter gato por liebre".
En toda gran ciudad hay una o más
casas dedicadas a la filatelia y, aunque el estar establecido no es una
garantía absoluta, en todo caso sabemos dónde poder encontrar
a quien nos time. Yo recomiendo ir a conocer a los comerciantes establecidos,
ir comparando unos con otros, tratando de hacer amistad con los comerciantes
y averiguar qué hacen por la filatelia. Estudie el ambiente filatélico
antes de decidir qué comprar, cuándo comprar y dónde
comprar; para ello tenga en mente que hay muchos que viven para la filatelia,
pero los más, viven de la filatelia. |
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Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 47 - Agosto
1994 - Número 8 |
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