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Estás leyendo parte de la revista de Agosto de 1984
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Para los seres humanos se hace necesaria la comunicación
con sus semejantes, ya sea para expresar sus sentimientos a un interlocutor
o para difundirlos a un número indeterminado de oyentes. Y fueron
las señales de humo, el sonido de los tambores y los mensajes escritos
los que dieron nacimiento a la comunicación entre los seres humanos.
Mas, desde el nacimiento de la radio,
se abrieron nuevas fronteras a los medios comunicativos. Este medio de comunicación
de masas se inició regularmente en todo el mundo en la década
de 1920 a 1930. Para llegar a la radiodifusión como servicio regular
hubo de recorrer un largo camino tecnológico y científico.
La radiotelefonía se había revelado eficaz en 1912 en el salvamento
de los supervivientes del "Titanic", y su uso popular se divulgó
entre 1912 y 1916. En 1914, se iniciaron en Francia experiencias de lecturas
de periódicos transmitidas a distancias, y durante la Primera Guerra
mundial se mostraron embrionarios servicio de radiofonía, que no
prosperaron. En los Países Bajos se realizó en 1919 la primera
experiencia de emisión privada, a la que siguieron la organizada
en Gran Bretaña por el "Daily Mail", en 1920, y sobre todo
la realizada por Paul Gilson, en Pittsburg, en el mismo año. A partir
de estos inicios y del impulso dado en Francia a las emisiones desde la
Torre Eifeel, la radiodifusión a nivel experimental se instaló
paulatinamente en todas las naciones europeas: Bélgica, en 1923;
Italia, en 1924; España, en 1924; y Alemania, en 1926. Entre 1920
y 1930, la radiodifusión llegó a toda Europa y parte del continente
americano, y se empezaron a consolidar los géneros radiofónicos,
básicamente derivados del periodismo y la literatura, con el complemento
de los espacios musicales.
El pasado año, 1983, fue designado
por la Organización de Naciones Unidas para honrar a las comunicaciones
de toda índole, y más de 130 naciones decidieron emitir sellos
en los que se honra los diversos métodos empleados por los seres
humanos para comunicarse. La radiodifusión encontró en la
filatelia el reconocimiento que hasta entonces parcialmente se le había
otorgado, pues hemos observado que la radio aparece más que otros
medios en los sellos emitidos. Y, para beneplácito de los que además
de filatelistas somos radioaficionados, también vemos honrados por
la filatelia a los hombres y mujeres que practican la amistad mundial mediante
la radioafición, héroes anónimos en grandes catástrofes,
que han servido desinteresadamente de medio comunicativo, como enlace entre
los dañados y las unidades de ayuda.
Esta es una interesante temática
que puede abarcar todo lo que a comunicaciones se refiera o, por el contrario,
se dedica exclusivamente a la radiodifusión, pues no tengo la menor
duda de que muchos radioaficionados y amantes de la radiodifusión
en onda corta son también filatelistas. |
Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 37 - Agosto
1984 - Número 8 |
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