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PREHISTORIA |
por Ignacio A. Ortiz-Bello
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Nunca
había tenido un año de compras navideñas más
ajetreado que este recién pasado. Creo que hemos gastado en gasolina,
zapatos y tiempo mucho más que lo comprado y, claro está,
lo que hemos encontrado no lo hubiéramos podido adquirir ni en el
almacén más surtido del mundo. Tengo que ser sincero y además
no me apena el confesarlo: Yo disfruto buscando y rebuscando mucho más
encontrando en los mercadillos al aire libre, los pulgueros, rastros y ventas
callejeras que abundan en nuestros países y que por acá en
diferentes versiones ocurren los fines de semana y días festivos.
Agacha
la cabeza, me dice mi esposa colombiana. y entre libros, tarjetas y láminas
encuentro un buen montón de sellos dentro de sobres transparentes,
tarjetas, sellos pegados en álbumes y algunos sueltos a la buena
de Dios como a quien no le importan las cosas. Con toda la humildad y sencillez
del mundo, A como a quien no le importa lo que está mirando, indago
con el vendedor el precio que desea obtener por el desparramado lote de
sellos.
Mire
usted, me dijo el vendedor, resulta que yo compré aun anciano todos
los libros de su biblioteca de muchos años, cargué con varias
cajas que llevé para la casa y allí tuve la sorpresa de encontrarme
con estos raros y valiosos sellos. Yo no sé nada de esto, continuó
diciéndome el vendedor, pero se nota que son valiosos y si usted
los quiere se los dejo en tal precio. Casi que allí le suelto una
gran y burlona carcajada, pero no, me limité a decirle que yo no
estaba dispuesto a pagar tanto por sellos en tan mal estado, mal conservados
y que no me parecían tener un valor tan alto. El vendedor volvió
a la carga, yo nuevamente le expuse mi apreciación y, tras un rato
de estira y encoge me llevé para la oficina la "caza del día"
dentro de una enorme bolsa plástica con la propaganda de un conocido
comercio impresa en grandes letras: Aquí lo que importa es el cash.
y no cabe la menor duda, aquí como en todas partes cuando de negocio
se trata lo que importa es el dinero en efectivo.
Como
tengo una gran caja donde mis clientes se entretienen buscando sellos que
no tienen, buscando piezas para completar series, buscando algún
sello valioso que se me escapara, me puse a seleccionar todo lo adquirido
para ver si encontraba algo de valor. y no encontré nada. Nunca había
comprado un lote de sellos más malo. He tenido que reírme
de mi mismo.
Pero la gran caja de sellos se revitalizó, adquirió colorido
y en ella comenzó a reinar la jungla de mi nueva adquisición:
Dinosauros, Coritosauros, Torosauros, Anatosauros y otros muchos miembros
de las distintas especies que vivieran durante los periodos jurásico
y cretásico que pusieron de moda entre los jóvenes las recientes
películas norteamericanas de ciencia ficción.
Aunque
estas compras de "gangas" siempre nos traen una experiencia distinta,
unas veces buenas y otras veces malas, termino de una manera positiva desde
el punto de vista de promoción filatélica al ver la aceptación
que entre mIs clientes han tenido estos sellos, muy especialmente para los
jóvenes y los niños, teniendo en cuenta su alto valor didáctico
al ampliar y difundir el conocimiento de estas especies extinguidas.
La filatelia es amplia y diversa, aquí hay para todos los gustos
e intereses y, como tenemos tantos entretenimientos nuevos que compiten
con la filatelia, es saludable la aparición de esta jungla prehistórica
que trae una inyección de vida nueva a nuestra amada afición. |
Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 49 -
Marzo 1996 - Número 3
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